Tal vez en una de aquellas
gotas que cayeron al suelo, iba mi nostalgia y mi demanda, yo suelo ser
solidario con el campo miro la expresión de su belleza invernal y detecto, si
el sol mete más energía que el equilibrio de su esplendor, luego pienso que tal
vez, en esa compensación de la vida con el astro rey, se vaya y añoren tantos
misterios que me enredo en el pensamiento, para abstraerme de mis causas
justas. Efectivamente llovió, y me alegre por la hierba, sé que estaba sedienta,
que las noches de lágrimas y condensaciones no llegaban a tallar la voracidad
de un sol que entona y saca pecho a todas las plantas. Vivir en el paraíso tiene
delirios de belleza, se confunde la primavera con el otoño y el invierno. El
verano es cosa del sol constante, con la suerte de un rocío esporádico, aparecen
miles de insectos que reivindican huelgas de naturaleza, es una explosión sin
control de repente todos se manifiestan con una algarabía, digna del final de
una guerra, o de un aterrizaje espléndido en la luna del siglo 19. Pero como
puedo hacer lectura del misterio natural, como puedo interpretar los ciclos si
la vida es un misterio constante enaltecido por este recital de abundancia de
soles y gotas asociadas en rocío, que escapan buscando fecundar vidas en
territorios de luz perennes. Detrás de las nubes bajas, se esconde el verde de
mis sueños, me consuela su ternura vital, es un cuento que no termina mientras
las aves, zarandean columpiando aleteos sin compás. Llovió y fui victima de mi
nostalgia, el invierno de mis pensamientos, sacude plumas de inspiración de un
alma poseída por el don de la sensibilidad mas inadvertida. Miro a través de la ventana de mi hogar las
nubes altas, se toman un respiro del trabajo, para jugar con el cielo azul de
las alturas. Caprichos aéreos y gaseosos, tal vez. Todo es belleza serena,
bondad de un Dios omnipotente.
sábado, 19 de noviembre de 2022
HOY YO VI, QUE LLOVIO...
domingo, 16 de octubre de 2022
DE LA PEPINA A GUANARTEME
Como
debe ser la iniciativa en un chiquillo, con apenas trece años, para buscar sus raíces,
o su familia. Para tomar la decisión heroica de cruzar media isla para buscar a
sus tíos. Estas secuencias del cuento, vienen a explicar en el futuro las causas
por que los hombres no tienen miedo, ni límites geográficos, la aventura de una
imaginación avalada por cruzadas o destierros. Juan Morales “Junior”, el hijo
mayor de la tía Carmen, hermana de Benita, ya contaba con antecedentes de
olfateador de caminos, de cazador nato, de aventurero sin reparos, ni espacios.
Casi un año después de que la tía Benita se casó con Miguel Ramirez, le dijo a
su madre, que un día iba a visitar a la tía a Guanarteme. Obviamente, no tenía
ni idea de donde estaba, ni su dirección para localizarla, aunque Juanillo aprendió
el dicho -preguntando se llega a Roma-
Siempre
fue atrevido, nunca paraba en la casa, desde que salía el sol, hasta que se
ponía -andaba de la seca a la Meca- Sin mayor freno que el de su propia intuición,
un día aparecía con dos o tres conejos para comer, otro día con alguna gallina
extraviada que se cruzó en el camino. Frutas, almendras o castañas, era un buscavidas
extraordinario, con él, nadie pasaba hambre ni necesidad, pues andaba rápido a
la caza.
Aquella
mañana salió temprano y tiró Lomo Peña abajo, hacia la matanza, recuerda haber
ido pequeñito, cierta vez, con su madre al mercado de Piedra de Vegueta. A llevar
unas cestas de juncos que trabaja Carmen artesanalmente y que llevaba a un
señor en Las palmas, El tomó nota del camino mental y pronto estuvo en la cuesta
Ramón. Donde con unos ahorrillos se subió a un “Pirata” que le soltó en Las
Palmas, allí fue preguntando a todo el mundo, donde estaba Guanarteme y avanzó,
como un perro perdiguero en el trigal, cuando vió el muelle de la Luz, y fincas
unidas y los arenales comenzó a entender que la capital era grande y que había
que aligerar el paso
Ya
en Guanarteme, preguntó, preguntó y se hartó de preguntar, desde las canteras a
la Cicer, de la Cicer a Chile y cuando el tiempo se agota y los recursos no
acuden, apareció la mano de Dios, para guiarle un poco, unos pescadores de la Cicer,
les dijo que la zona del Pilar, habían llegado vecinos nuevos, porque había casas
de alquiler para trabajadores de carreteras y allí llegó con la esperanza bajo
el brazo y las alpargatillas gastadas de dar rueda. La tía Benita cuando lo vio,
suspiro con un Juanillo… Tía Benita, llevo todo el día buscándola, a donde
diablo se vino a vivir, tan lejos. Benita incrédula cobijó a su sobrino y se acordó
de su hermana, que estaría dando gritos por el barranco llamándole, aunque con
las primeras ausencias largas, extendía que volvería tarde.
Por
supuesto espero que llegara Miguel y lo enviaron de nuevo hasta el Teatro a
coger los piratas para Telde. El resto lo imaginan, Juan había descubierto
américa aquel día, viajaba tan entusiasmado hablando con todo el mundo que
aquella noche llegó tarde a la Pepina, después de andar barranco de Telde
arriba, La tía Carmen con la palmatoria en la mano, daba vueltas y cogía el
farol y caminaba por las veredas con la esperanza de sentir el rastro de la
figura y en algunos de aquellos rezos de soledad, escuchó la trapisonda de
Juanillo que volvía de hacer las Américas entusiasmado por todas las experiencias
vividas en un solo día. Tu padre te va a matar, desgraciado, que me vas a
quitar del mundo, y empezó hablar y hablar y a reír y Juan Morales el viejo, comenzó
a sentirse orgullo de su raza perdiguera.
sábado, 15 de octubre de 2022
LOS SUEÑOS SON UNA REALIDAD ETEREA
Miguel
nunca perdió la fe, ni la pasión, ni la ilusión, ni los sueños. Su padre
Antonio Ramirez “el Sajorín”, le inculcó la pasión y el sueño como bienestar
interno del pensamiento, como anhelo de encontrar un camino correcto con la
habilidad que otorgaba el conocimiento y la intuición. Y aquella intuición era
pura inteligencia al servicio de la necesidad. Había comprado unos zapatos
preciosos de charol negro en Calzados Quesada - Triana, para una futura y
posible boda, y en el intento de acomodarlos al pie, entendiendo que no era
tarea fácil. Sufría dolores de estrecheces. Entonces fue cuando se le ocurrió el
préstamo con lo del noviazgo de su hermano Antonio con Carmela. Ya lo cuento
más adelante en otras secuencias de los recuerdos, para no repetir cuentos
contados por la tía nieves, detallista en los momentos pasajeros.
La boda se iba a resolver el próximo domingo, Miguel había hablado con su hermana, Maria la Monja, Sor Maria Ramirez había hablado con el cura de San Roque, de cuyo conocimiento no tengo memoria, aunque evidentemente existió. Acordaron la boda como un acto de fe por amor, entre uno de tantos sacramentos brindados por dios. Y allí acudieron aquella tarde. Benita con su hermana Carmen y los chiquillos chicos Juan y Carmen, su hermano Domingo y su padre Manuel Suarez. María Pérez, su madre, estaba con una de aquellas crisis de memoria que no se hacía responsable, bajaron el camino de la pepina, y acordaron verse en la degollada los Picos, en graciarui, el punto más cercano para acompañarse entre risas y buenaventuras. Miguel miraba de reojo la belleza de Benita, Hermosa, lozana e integra. Que mujer más valiente, pues su vida soltera había sido puro amor servicial y familiar, con una responsabilidad personal que la elevaba a los soles.
LA PEDIDA DE MANO
domingo, 9 de octubre de 2022
EL REENCUENTRO QUE SABE A PASION
Lo volveré a comentar en estas memorias del sueño, en estas hebras de la vida de mis abuelos, ubicarse en aquel tiempo triste, desangelado, pobre, hambruna de una vida dura en cada despertar, por que el sueño era el único regalo del día y de la noche. El sueño de los pobres era el regalo de Dios, el equilibrio de la supervivencia, cuando el hambre dormía, la belleza de la sensación sacaba los pinceles del deseo para pintar en los cuadros de la imaginación, siendo todos pedacitos de ternura de sueños.
Benita
Suarez, aquella mañana se levantó temprano, hizo el apego de su virtud,
razonando su existencia, sus padres, sus hermanos, aunque domingo el más pequeño,
que nunca quiso largarse a cuba y se quedó con las decadencias del macho que guía
la vida y las tradiciones de sus hermanas, Carmen, Jesús, Benita. En aquel
escenario al que nuestra imaginación nunca podrá llegar, por el desconcierto,
sin embargo, la emoción del cuento -medio real- ayuda al entendimiento como extra
de otra virtud, la de la imaginación de los aconteceres contados, por unos y
otros.
Bajar
a la Pepina, al pozo a por agua. Aunque los tiempos eran cálidos, la traída del
agua era “el pan nuestro de cada tercer día” Con los cacharros en la cabeza con
ruedo, la vida era lenta y permisible, era primaria y necesaria, un apéndice de
apenas deseos prohibidos, es verdad que se conocían las flores silvestres, sus
nombres, sus aromas, su esencia. Las medicinales, su textura, sus ramas, sus sabores,
sus remedios, el cobijo de su existencia rural, era la escuela de la vida, del
día a día, los lagartos un reptil que mantuvo su supervivencia, gracias al asco
que les produce a los humanos, ahí cogiendo sol de regalo y comiendo tanta
abundancia para su reproducción, que nadie osó erradicarlos, porque eran
animales de dios.
Benita
suspiró, miró al mar y pensó en sus mandados, creyó que el día estaba próximo.
Y supuso por intuición femenina, que Miguel por su naturaleza ávida es capaz de
sorprenderme. Ya sabía, ya, que el desenlace de las contiendas bélicas estaba liquidado
por las noticias que corría como la pólvora, que él sobrevivió y que tan solo
la palabra de un hombre cuando ama a una mujer es capaz de iluminar las
estrellas en los días oscuros. Lo otro, es naturaleza de Dios.
El camino del pozo, siempre supuso en las reflexiones de los andantes, el pasillo del pensamiento. Los arrieros a sus labores, los labradores a sus tierras, los jornaleros a sus precarios trabajos, los aires a sus caricias, la luz a su oscuridad. Entonces adivinó en el rancho que andaba por el camino de la umbría que el sol iluminaba diferente, su corazón palpitó como un Vals de las mariposas, de repente agilizó su andar, intentó controlar sus palpitaciones y sonrió hacia sus adentros. Benita tenía la virtud cultivada de controlar sus emociones, ni frío, ni calor, ni oscuro, ni claro. Y lo más imponente de esta mujer lo adivinó su nieto 60 años después -este que suscribe- Los trapos sucios le sacaba resplandor en casa, ni las moscas se enteraban de su elegancia maternal y marital. Que grande esta abuela, por Dios. Hoy, ahora mientras escribo estas memorias inventadas, miro a la pared de mi casa y ella a través de una foto enmarcada en su honor, una foto robada, me sonríe con la discreción de la Gioconda.
sábado, 8 de octubre de 2022
EL AMOR SABE ESPERAR
Probablemente
ese consuelo, es mirar al mar o al cielo buscando respuestas, por que han de
venir de ahí. Benita llevaba días impaciente, con un anhelo especial en
realidad conocía aquella frecuencia eran las palpitaciones del amor. La gente
hablaba de que la guerra había terminado, que había ganado el bando de un tal Franco.
Que hubo muchas bajas, eran noticias tristes cuando la ausencia de noticias no
hablaba de la suerte de algunos vecinos, pero nadie tenía claro lo sucedido,
había demasiadas preguntas sin respuestas, necesidades sin reparo, hambres sin
sustentos. La vida era muy dura, pero los rayos de la luz destellaban con un
calor especial, habían pasado tres años y veintidós días desde que Miguel la
dejó con el ajuar en el cajón, con los sueños rotos.
Con
la mirada ausente y regocijo en el alma era el único aliento en la esperanza.
Volveré por ti, recordaba cuando se lo prometió. Y nos casaremos y tendremos
una linda familia. Las promesas son deudas lo sabía bien Miguel Ramirez, la
palabra es sagrada se la infundo su padre, el amor cuando es verdadero es
milagroso se le recordó su madre Rosita, ellos -sus padres- murieron jóvenes,
pero le seguían acompañando cada día en su corazón en sus actos, en la
desesperación escuchaba sus consejos, en la tristeza su consuelo. Miguel
aprendió el arte de servir, la habilidad de cocinar en la guerra, de atender
las demandas de una camarilla de oficiales al servicio del poder militar, lo
único que tenía que hacer era servir y cumplir.
Se
había ganado el aprecio del mando, Miguel el canario le decían, tenía habilidad
para obtener aprecios, su nobleza manifiesta, humildad y respeto le empujaban
por el camino sensato. Pronto llegó la absoluta, el júbilo, la fiesta del
regreso. La última carta que le envió a Benita debía andar en mulas Higuera
canaria arriba, cargada de sueños y condiciones. Era la última carta de la maldita
guerra, solo se leían buenos presagios y voluntades, pronto volveremos Tesoro.
Y solo Dios sabe que es así. Aquellas cartas se escribían en tercera persona, a
sabiendas de que no las iba a leer Benita porque no sabía leer, y los
sentimientos se contenían en el pensamiento y los deseos se adivinaban, en el
alma, aunque ella había acudido a la primera escuela en la Gavia, en la Casa de
Manuel Cruz. Con una de aquellas maestras que hoy nadie recuerda, donde
acudieron muchos abuelos ya desaparecidos hace años.
El
movimiento por los caminos del barrio se había acelerado por el momento, las
noticias corrían de boca a oreja, como los chismes, que poco se cultivaban por
falta de ética moral, los más viajeros llevaban y traían noticias de supuestas
actividades acaecidas, los más valientes, se acercaban al ayuntamiento o al
cuartelillo de la guardia civil, para informarse de la última hora del regreso
de los salvados de la contienda.
Miguel
tuvo tiempo de despedirse de los mandos, de prometerse suerte en la vida y
recomendaciones de estado, de la fiabilidad que le había otorgado el servicio a
la patria, que ahora se llamaba la nueva España la del generalísimo Franco, el
salvador de la patria y la república libre soñada por otros. Porque los pobres
solo quería el pan y alpargatas y muchos acabaron partiéndose la cara por la ambición
del valiente, pero eso ya no importaba, ahora solo valía volver a Canarias, reconstruir
su vida, fundar una familia, era el sueño en su mejor perspectiva. Se acabó el
odio y los disparos, aunque la otra guerra la de la reconstrucción de un país,
iba a ser dura y trabajosa. Con la ayuda del amor de Dios.
AMOR DE TIOS ABUELOS.
María fue junto antonio los hermanos mayores, ellos cuidaban a Isabel y al pequeño Miguel -mi abuelo- esa necesidad de protección, los llevó a lidiar con amor las decadencias, pues tanto Rosita amador como Antonio Ramirez, sus padres eran justos y buenos consejeros. María recordaba años después llevar a Miguel en el hombro -a caballete-, cuando hacían recados o mandados por el barranco. Quiso el destino que la felicidad fuera en esa medida del tiempo equilibrada, pues no se conocían otros tiempos futuros. Y en aquellos, eran niños nobles y responsables, los hijos del Sajorín y de Rosita son un ejemplo para la comunidad, advertían algunos vecinos sabiondos de la vecindad del respeto y la admiración.
María
sentía la llamada religiosa, estaba iluminada por un camino hacia el culto del
catolicismo y llevaba ese secreto guardado en su corazón, ya de joven y tras la
muerte de sus padres, con sus hermanos ya encaminados en la vida, María dirigió
sus pasos a al cultivo de la fe, se metió en la vida religiosa y en el estudio
de la contemplación divina, estuvo los primeros años en Telde, en una comunidad
cristiana y educativa en San Francisco y años después, tomó los votos de servir
a la hermandad de Dios en un convento. A los que dedicó 58 años de su vida. Murió
y ejerció la voluntad divina en el Hospital de nuestra señora de los dolores en
la Isla de La Palma.
Antes
de partir. Y en la fe del amor de su familia, se presentó en el gobierno
militar aliada de la mano poderosa de la santa madre iglesia, cuando el
alzamiento nacional y la llamada de su hermano pequeño Miguel Ramirez al frente.
Por
favor, es el más pequeño de la familia, es un niño. Decía… Dios lo guarde señor,
yo rezó por el todos lo días, que sea la voluntad del señor su aventura. Pero a
dios ruego, no lo desampare en ninguna contienda. Tranquilidad hermana María,
sus ruegos se harán oír en el mando de Canarias, para aliviar el sufrimiento de
su virtud. –Y e aquí un ejemplo de diplomacia militar y religiosa- Miguel se
presentó en Madrid en el batallón canarias. Y mientras el sargento chusquero
comenzaba a llamar a todos los pobres desamparados a un punto u otro geográfico
de España, su nombre y apellidos no salió de la boca de aquel mando mandado.
Al
final quedaron, tres reclutas mirando unos para otros las ordenes de quien se
siente disciplinado. Miguel Ramirez Suarez, nombró en alta voz un mando. Preséntese
en el despacho de capitanía general de estado. Le recogerán en breve, lleve su macuto.
Y allá partió Miguel en un viejo Land Rover militar, con otro recluta, hacia alguna
parte que el destino le guardaba. El Sargento que conducía, solo se le limitó a
decir en tono de sorna chusquera, con que ustedes son los niños bonitos. Miguel
se acordó inmediatamente de su hermana Maria, que le dijo que haría lo posible
por que no fuera al frente. Y sonrió, siempre tuvo una empatía especial con su
protectora, era amor de hermanos, amor de familia y con dios mediante la
familia está protegida.
A
Miguel lo destinaron de ordenanza de un coronel en capitanía General, no oyó un
disparo en una guerra de otros, no vió la sangre correr, ni la agonía de uno
que se muere, no sintió ese frío aterrador de Belchite, ni ese sonido atronador
del Pilar, no sudó sangre, ni paso hambre. La vida en el frente fue una
aventura para reengancharse. Solo lo detuvo el pensamiento de otra soledad, de
una promesa. Volveré a por ti Benita. Por que prometí casarme contigo y tener
una familia hermosa. Pronto volveré, cuando se acabe esta maldita guerra de mi
soledad. A trazos rotos y lágrimas de emoción escribía tranquilo aquellas
cartas para enviar a Canarias. A unas islas desafortunadas que se morían de hambre.
Mientras el misterio del tiempo ordenaba el ciclo y las contiendas. Benita no
sabía leer, pero su hermana Carmen y su primo Pepe Perez le contaba las
bondades de aquel soldado, que se alió con la suerte para vivir en la guerra
civil y sobrevivir día a día. Mientras allá en la Pepina, solo era fiel el día,
la noche y el hambre.
Maria
Pérez la madre de Benita -Bisabuela mía- cuidaba y apartaba los granos,
evitando que la desgracia del pulgón u otra enfermedad pudriera sus pocos recursos,
que guardaba lejos de la humedad y los animales, en unos garrafones de vidrio con
tapones de corcho. Con una rueca larga, cogía los tunos pintados, los barría y
apartaba los de la comida del día -la única- y los que se iban a “pasar” como
los higos, había que hacer provisiones, pues los tiempos seguían tiñéndose de
autentica dureza. Su marido. Miguel Suarez, era un hombre listo, hablaba de las
bondades de cuba, de aquellos que fueron y vinieron con perras e hicieron
fortuna y en ese afán de los sueños, sus dos hijos hilvanaron el desquite a la
miseria. Juan y Pepe, juntaron las perras y se largaron pal caribe. Cantando
aquello de. A cuba me voy madre a comer plátanos fritos por que los pobres de
canarias son esclavos de los ricos.
Ya
hacía tiempo que escuchaban hablando que los cuentos de Juan Morales de su
padre Miguel Morales, que arrancó para la isla del tabaco y desapareció para
siempre, aunque escribía para decirle a los sobrinos, que fueran para allá, que
aquí la miseria se los comería por las patas. Que en cuba se vivía bien y se
comía mejor y así partieron a una aventura transoceánica con la maleta de
madera y los zapatos abetunados llenos de callos y con las patas rajadas. Pepe
y Juan se quedaron para siempre. A veces llegaron cartas años después, cartas
que no hablaban de bondades, si no de supervivencia. Que no hablaban del dorado,
si no de revolución. Y El tiempo fue enmudeciendo aquellas letras y garabatos
que la tinta se empeñaba en recordar.
Les
quiero mucho, familia ya tienen varios sobrinos, dile a la hermana Benita que a
un hijo le hemos puesto el nombre de Pepe, y el otro Jesús, como la hermana que
murió joven y que Benita cuidaba. La vida es un carrusel de emociones y
momentos, es una pirámide de sensaciones y decisiones, es un monumento a la
supervivencia. Pero en el corazón de Benita Suarez Perez. Solo había una
sintonía. Cuando vuelva Miguel Ramirez, me casaré. El me lo prometió y se que
Dios me guarda ese regalo de amor.
jueves, 6 de octubre de 2022
EL PORTILLO - LAS ROSAS - LOMO MATAZNO
Los encantos de las tierras altas, siempre van acompañado por paisajes seductores a la mirada, con grandes desniveles, barrancos o montañas, por ello nuestro paisaje es tan rico y variado que aparece un constante cambio paisajístico al escudriñarlo, una suerte de isla montañosa, como rezan los montañeros por toda Europa, un continente en miniatura de primer nivel de relieve. Uno de los lugares mas montañosos en tan poco espacio físico
Nos vamos a las Lagunetas de San Mateo, allí delante de su espectacular Iglesia, con el inmenso mirador del barranco de la mina. Podemos tomarnos el aperitivo en la misma plaza antes de partir. Tomamos el acceso a la general de San mateo al Parador de Tejeda GC-15, queremos descubrir los espacios cortos y lo que guardan en sus rincones...
martes, 27 de septiembre de 2022
GALAZ – CUEVACORCHO – CALDERETA
Antes
de que el verano se haya extinguido el tiempo nos ha dado un regalo de
autoridad como hace muchos años no vivíamos, que el otoño traiga una tormenta
de agua serena y brutal, es un obsequio para los campos secos de las islas, y
convierten el pasaje otoñal en el invierno más largo que probablemente hayamos
recordado. De repente la temperatura a caído diez grados, las nubes se cobijan
de nuevo en las montañas y la tierra revientan agua por todos lados, pronto el
verde regresa a nuestros campos y nuestra mirada recupera el mejor paisaje
isleño el del disfrute en ruta.
Ruta apta para todo tipo de motos.
lunes, 26 de septiembre de 2022
AL BAILE CON UN MECHÓN
Antonio
Ramirez, era el mayor de los hermanos le seguía Maria e Isabel siendo Miguel el
más pequeño de los cuatro, la vida en los años 20/30 era dura, había que
trabajar mucho y el sudor se compensaba con “perras chicas”. Su padre. Antoñito
Ramirez el Sajorín – mi bisabuelo materno- trabajo en la finca de los condes que
tenía en el barranco de Graciaruiz, había una pequeña hacienda con almacenes de
empaquetados, Semilleros, Cuartos de aperos y una distribución importante para
el núcleo de la finca, a la que acudía los Condes varias veces al año, Tenía una
pequeña ermita en honor a San Nicolás, donde los vecinos acudían puntualmente a
las funciones religiosas de curas que recibían encargos con gulas que el conde
suministraba, Antoñito se había ganado el respeto de los señores, pues la
infinita sabiduría que le dio la experiencia en la vida, la uso, como
realización personal de obediencia y bondad, valores que transmitió a sus hijos
desde pequeño a los que intento llevar por el camino correcto de la ejemplaridad.
Miguel y sus hermanos se criaron libres y responsables en el barranco, y la naturaleza de las acciones, los llevó a cada uno en la línea de sus anhelos
domingo, 25 de septiembre de 2022
CAMINOS DE UMBRÍA
El
sonido del agua en las torrenteras de las laderas, los saltos desde los riscos
como puñales plateados que se dejan caer buscando la libertad y el cauce.
Miguel miró a los a la cresta de los picos, apenas en el resplandor dormido de
la mañana, escuchó el magullar de un gato que avisaba desconsuelo -tal vez
hambre de caza mojada- la noche fue larga y pocas veces suceden las oportunidades
de cena, los ratoncillos son seres esquivos y permanecen escondidos en las yerberas,
o en los alpendes de los animales al
calor de las bestias, los gatos también, pero la poca lumbre es aliada de los
seres más pequeños que se esconden en las sombras, y afuera la noche fue serena
de agua.
En la aurora, después de calzar las alpargatas y recordar el sueño, se puso en marcha
Lluvia mansa de San Miguel
Eran
noches de vela oscura, noches de agua serena. En la cabecera de la cama el crucifijo
colgado conciliando el amparo y el sufrimiento de los pobres un equilibrio tan
humano como dependiente, agarrarse a la oración, a la fe. Al regocijo de
aceptar la voluntad de Dios, así era la conciliación de la vida en aquellos
años de juventud de los abuelos. Con dios todo, sin dios nada, frase antológica
que cerraba filas al testimonio.
Afuera
de la cueva, Miguel se había entretenido aquella tarde anterior hablando con su
padre –El Sajorín- en presagiar el
tiempo, llevaba días con una punzada indigesta en el pensamiento, miraba al cielo,
al paisaje, escudriñaba señales en la naturaleza, que le revelaran los acontecimientos,
en su interior presentía, auguraba con la inexplicable razón del presentimiento,
que no se equivocaba, el movimiento de los insectos, alterados por una tensión
inusual buscando alimentos, picando aquí y allá, Las aves revoloteando y buscando
amparos temporales en parejas independientes o solitarias. La serenidad del aire,
la desaparición de las nubes altas y el efecto gaseoso, casi imperceptible con
la niebla, que poco a poco parecía que enjabonaba el paisaje.
Los
tiempos aquellos, en los que las predicciones eran sabias, las tornas se
viraban a tiempo, las escorrentías se limpiaban con agrado para el parto del
cielo, para el regalo de dios. Y el pensamiento era recadero del
acontecimiento, se recogían, protegían, amarraban, preveían tiempos de agua. Ojalá
no haga viento, y la lluvia sea serena y abundante. Miguel heredó la dulzura y
la sabiduría de su padre Antonio el Sajorín, aquel hombre que nació en el barranco
de Graciarui y sus descendientes vivieron barranco arriba donde vivía la gente
de la Pepina. Misterioso personaje que habitó en aquel lugar donde nació la
familia. Recuerdo comentar a mi madre que de cuentos antiguos del abuelo. Se
refería a una familia que vivía en la depresión del barranco y a cuyo miembro matriarcal,
le llamaron la Pepina, -tal vez, por carácter, por fisionomía o comportamiento-
nadie explica porqué y su existencia se ancló en la toponimia del tiempo y
sobrevivió a la actualidad, que ahora soy testimonio de su existencia y
escribiente de los recuerdos, como transmisor cuentista de otras vidas.
Miguel,
despertó de un salto, había pasado de duermevelas a caer en un sueño de
pesadilla en la que su padre, le recordaba las previsiones de las noches de
agua serena. Se amarró las alpargatas al tiento, después de encender la vela,
que desesperó una llama de duendes dormidos. era una estampa lúgubre de cuentos.
Afuera el rumor y chipoteo del rocío sereno, una orquesta sonora preparada para
un concierto de ángeles meones, en una noche de fiesta en la que tocaba regar,
sin maldad. Tantos rezos y misericordia habían conciliado la voluntad del padre
y el agua corría alegre y en armonía, se estancaba dulce como los espejos del
alma, en cristalina visión.
Los
perros no ladraron, los burros no rebuznaron, ni las gallinas cantaron aquella
mañana de la tormenta por San Miguel. Eso sí. Un ejército de gusanitos negros
de humedades y babosas sedientas con periscopios observadores, salieron arrastrándose
a su oportunidad de tiempo libre, para sus manifestaciones
A
Miguel y Benita, Ángeles de mis recuerdos.
miércoles, 21 de septiembre de 2022
CARDONERA – SAN NICOLAS – GRACIARUI
Siempre
recordamos el enorme poder de selección que tiene las medianías de Gran
Canaria, en cuanto a rutas alternativas, ello es debido a la gran población
rural que existe y ocupa todos los espacios de los valles, montañas y
barrancos, a menudo estas pequeñas poblaciones o fincas privadas se convierten
en lugares de paso y conexión con otros tantos sitios que vamos adivinando en
el paseo.
La
ruta de hoy es apta para todo tipo de motos
El barranco de García Ruiz, llamado así en toponimia legal y “graciarui”, en el habla de los paisanos más antiguos del lugar...
domingo, 18 de septiembre de 2022
OTOÑO QUE SE AVECINA
foto; Laura Rowe
Belleza y nostalgia, piropos de otoño. No vi las hojas caer, pero si la lluvia incoherente a destiempo, como un grifo de ducha que escupe gotas sin orden, ni concierto. Al principio el tamaño de los goterones marcaban el suelo y la pared del patio con fuerza, con energía y discordancia. Sin embargo en cuanto el suelo se empapó de gotas malvadas en repique, un triste vapor de humedad salió del patio buscando el frescor y el escape en forma de nube que asciende al rescate gaseoso de la materia. Siguió lloviendo tenue, conciso, sin estruendo, era una lluvia mansa, sin pasión ni cometido. Eran razones de tormento, celebraciones de conquista. Y llego encapsulado el sentimiento y el recuerdo de tiempos de lluvia, de bohemia otoñal, somos conscientes de la naturaleza del tiempo, de los caprichos de su temperamento, del exilio de su olvido. Y disfrutamos de su regreso, de sus anécdotas caprichosas, de dejarse oír. Y brindamos por el querido otoño en puertas, que envió la avanzadilla. No se preocupen nos dijeron, las primeras gotas al golpear. Somos mensajeros del otoño. Los hermanos pobres del invierno, los saltadores de caminos secos. La constancia de la existencia hecha verdad y avanzamos más rápido cada año, por el temperamento de la ciencia cuántica, casi una expresión real del pensamiento inteligente. Tan volátil e improvisada, tan artista y extravagante, que no renuncia ahora y mirando el campo, las nubes regresan como los caracoles se agarran a las montañas como jugando a la cogida. Es voluntad natural las circunstancias que el tiempo tenga vida y marque los ciclos, yo feliz de brindar por los tiempos que corren
sábado, 17 de septiembre de 2022
PENSAMIENTOS QUE SE ESCAPAN
La
dulce experiencia del pensamiento puro, como esencia de un comportamiento
activo, resuelto, con sus deleites y debilidades, tan humanos. Cuantas seducciones
y limitaciones nos imperan y solidifican la integridad. Aunque hay un duende
apasionado que se escapa al control, que remueve la conciencia buscando aliados.
El entusiasmo, la iniciativa, la tolerancia, la pasión, la emoción -alegría, gracia,
valor- Tantos aliados a una causa justificada como es la personal, tan grande
como quiera manifestarse, tan elocuente como quiera contarlo, tan pasional como
consiga el contagio, tan valioso como una obra de arte de pura inspiración, tan
generoso como una apuesta a la fe poderosa y estas tesis del pensamiento
labrado quedan las limitaciones. Por ello la profesión liberal es tan divertida
y ausente, Por que el encuentro seductor de cada uno, es pura intimidad, como
el sexo, esas expresiones del instinto que nadie controla, ni el yo. Y sin
embargo gradúa en la balanza, toda la esencia de una integridad física y mundana
retorcida de bondad y maldad. Tan humana, tan civil, tan particular… Entonces
digo, siempre quedan pensamientos que se escapan. Como el equilibrio de tantos
otros en las estructuras de la integridad personal.
lunes, 12 de septiembre de 2022
OJERO – ARBEJALES – LLANO ROQUE
En estas medianías de la isla
redonda, alturas de 800 a 1000 metros y posición de pagos norteños, con la
caricia perenne del alisio en esas extraordinarias tierras de plantío y vergel
natural.
Hoy volvemos hacia ese norte nostálgico que nos guarda diseminados y caseríos al pie de los riscos o barrancos, en comunidades y pagos que han ido creciendo o desapareciendo según la cultura de asentamiento de sus pobladores.
jueves, 8 de septiembre de 2022
MOMENTOS DE GLORIA
SOMADILLA – LA GAVIA - LA PEPINA
Intentar
describir un paisaje que forma parte de mi infancia, de mi espacio de vida, de evolución
del ayer al hoy, es más una sintonía del aprendizaje que me enseño a situarnos
en el mapa de la isla y a la idiosincrasia de las costumbres de los pueblos, a
descubrir las gentes, los lugares, las toponimias, mi barrio de la Gavia,
además en un lugar privilegiado de medianías nos mostró otra mirada en el
paisaje y en su gente, en el valor del barrio, la esencia del valor de donde
vinimos y hacia donde vamos.
Parece
que la cita de hoy por la cercanía, puede despistar a los amigos en el
descubrimiento, pero vayamos a reconocer en el espacio, estos nuevos rincones
de Gran Canaria, tan nuestros y susceptibles de encanto, por las motos y el
paisaje.
La ruta apta para todas las motocicletas
sábado, 3 de septiembre de 2022
ESPIGAS VERDES DE TRIGO
Gracias Vincent Van Gogh, por
que el destino se encargó que no hubiera dos iguales.
jueves, 1 de septiembre de 2022
AL REGRESO DE LA COSECHA
Sus pies cansados, sus días contados de trabajar, su alma rota en su mirada brota, sus sueños pobres, su aliento cuerdo, su tristeza manifiesta en el andar. El día acabó y la siega lleva la recolecta al desván. El pensamiento avanza entre el silencio y la huida del pedestal, sosiego coloreado remesa de bienestar, sutilezas de un pincel educado, cuerpos con delantal, el pañuelo delata la costumbre del tocado medieval, la piel morena, de los soleados días de trabajar, Y allá vuelven las segadoras al regreso de la cosecha, ellas traen la vida en los pajumes y en la belleza del paseo manifiestan serenidad, en los colores que las destacan, es el silencio quien las conducen por el prado del pastizal, que el verano avanza y el tiempo hace andar.
Julien Dupré 1815-1910 pintor
francés. Óleo sobre lienzo
martes, 30 de agosto de 2022
TARA – AZUCARERA DE SAN JUAN – MAYORAZGO
Bajamos del norte al centro sur, de cumbres a medianías y costas, para ir visualizando el paisaje de verano que también nos ilumina los rincones de Gran Canaria. Esta vez queremos hacer un recorrido histórico y cultural por los aledaños de la ciudad de Telde, entre sus barrios más antiguos que duermen a la rivera del barranco real de la ciudad de los Faycanes.
lunes, 29 de agosto de 2022
CAOS DEL TIEMPO
Hoy reivindicaré una fortuna visual de atrapar aquel tiempo.
ESENCIA DE ENERGIA
martes, 23 de agosto de 2022
SOBRADILLO – TROYANAS – CARPINTERAS
Inmersos en un verano a veces agobiante y muy lejos de los paisajes idílicos que recuerda nuestra tierra en cuanto cambia el ciclo invernal y primaveral. Seguimos tirando de hemeroteca, para descifrar esos valores tan entrañables que nos regala aquellos paisajes. Hoy queremos volver al esplendor verde y extraño de rincones escondidos en el norte más auténtico de Gran Canaria. La gran depresión de valleseco y su imponente vergel natural
El VIAJERO INSACIABLE
Como formar parte del espacio y el tiempo, multiplicando la esencia y ganando al conocimiento. En esta escultura al viajero insaciable, el autor -Bruno Catalano- sopesa lo que queda entre la esencia y el cultivo, lo que vemos es una absorción del conocimiento que se desintegra en la capacidad de atrapar tanta información y caracteres. Una fugaz huida hacia nuevas fronteras, catapulta otras dimensiones insolidarias y anónimas de la velocidad con que pasa factura la vida. Engancharse a viajar sin fronteras, ni historia. Por el simple placer de devorar a pie el tiempo y el espacio, es una mirada basta sin escudriñar. Es una noción de haber vivido o un estado pasajero de transición permanente, Aquí el pasajero tiene prisa por llegar a ninguna parte. La peor secuela de su propio destino. Lleno de lugares sin nombres, de momentos sin huellas. Destino de quienes quien llegar pronto, sin disfrutar el camino...
martes, 16 de agosto de 2022
VALSENDERO – BARRANCO LA VIRGEN - MONAGAS
En ese norte más húmedo y exquisito de Gran Canaria, siempre descubrimos lugares que nos impactan por su belleza y localización, el enorme tajo que a surcado la depresión del Barranco de la Virgen y el hermoso pueblo de su interior destaca con un encanto sobrenatural en los cortos días de invierno, que allí hace sus vacaciones estivales convirtiéndolo en un lugar agradable para retiro espiritual y natural. Volvemos a Valleseco, para iniciar una nueva ruta, en dirección al barranco la Virgen por Valsendero
lunes, 15 de agosto de 2022
ENTRE ACEBUCHES Y CASITAS CANARIAS
Siempre hay un tiempo para
compartir, un tiempo de familia sagrado, un verse las alegrías y acercar las
distancias y en ello, no hay mejor atención que los sagrados anfitriones del Espartero.
Antoñita y Mario, volvieron abrir las puertas de su castillo encantado, para
que el verano y sus caprichos soleados, nos dieran un baño de familiaridad y ratitos
estivales.
En aquella falda del volcán dormido
de Pino Santo, los barranquillos, lomas y cauces, marcaron un territorio de
postal, de serena postal de alisio. Ahí donde la frontera con el fenómeno climático
comienza hacerse fuerte y natural. Y aunque el sol brille en estado bravo, el
soplo silencioso del viento acaricia sutilmente las montañas, refrescando al
morir la tarde. Las nubes suben arropar la cima, a airear su vegetación de verde
acebuche apiñados y cortezas de negro carbón.
Bancales de fruta golosa se
esconde entre los amplios cañaverales. Que como cortinas de feria cierran las
visiones de los foráneos a las introspecciones furtivas. Las viviendas se han
ido apilando en los montículos naturales, para aprovechar las tierras de plantío
y el encanto de su estampa rural hace entrañable la vida en la tierra.
Sus casi mil metros de
altura, le añoran largas de noches de invierno y lectura. Amparados por la cara
norte de la isla sitúa su vegetación entre dos latitudes temporales, arbustos
acebuchales esparcidos entre barranquillos y laderas que acompañan las vertientes
del barranco del cortijo hasta su nacimiento cerca del Faro de Teror, y arriba
los eucaliptos y helechos atrapan la humedad de unas medianías caprichosas y
rurales.
Volver al Espartero, fue volver
abrir el libro de gnomos y druidas, para acompañar en esas reuniones anuales y bíblicas.
Un encuentro de magia familiar que acompasa la medida del tiempo, los magos de
la tierra media, se reúnen en un lugar del paraíso para reírse y manifestar los
lazos de familiaridad. Son hermosas sintonías de compás y dichas. En las que el
único factor que hace visible la grandeza del momento es la sonrisa de estar
vivos y unidos por vínculos temporales y generacionales.
Y la noche borró el paisaje y
escondió los sueños, la cúpula celeste desplego su lienzo. Mientras en el banco
del patio, la meditación y el balance de Mario y Antoñita fue ralentizando la
noche y atrajo la curiosidad de las lechuzas, en el brillo de sus ojos iluminaron
el bosque encantado del Espartero como luciérnagas aplaudiendo su generosidad
con destellos.
sábado, 13 de agosto de 2022
AVIONES NEGROS
jueves, 11 de agosto de 2022
SIRENAS DE VERANO
Siempre llega despierto y
luminoso, puntual y carnoso los veranos de mis recuerdos, son tiempos de playa
y rocas, de marisma y bronceado, de cargar energía a través de la piel y la
vista, de arena caliente y sed insaciable. A la luz, a la mar, a las caracolas que
se esconden en la arena, mientras los pies las pisan, a estirarnos la piel y contar
las arrugas con entrecejos altivos, a caprichos y libertad de soltar el tiempo atrapado,
a filosofía del ser y de la memoria, a hilvanar la vida con el pensamiento
relajado y la familia cerca. Verano azul, verano caliente, verano que invitas a
nadar, a sumergirte en tu vida, a pisar arena que hierve, a lamer helados sabrosos,
a fruta jugosa y manjares exquisitos.
Y sentir como te quema de
nuevo la piel, los años de tus paseos sobre la arena dorada y el salpicar de los
chapoteos del encuentro, las miradas, el paisaje del mar sobre las olas, el olor
de la marisma que repica en cada espuma blanca, el sonido de la acústica de la
mar. Y lánguida escena del momento repetible de las sirenas del verano. Amores que
despiertan las pasiones estivales. Y en ello la vida sumerge como cada año estos
cuerpos y sus rosarios. Las sirenas de verano cantan por agosto, por las playas
del paraíso, como veda de tiempos que vuelven a la expresión de bellos momentos
de arena, sal y brisa, con sol, sed y nostalgia.
viernes, 5 de agosto de 2022
Ciro Corujo
Las casualidades de la vida y sin embargo. Hay personas que parecen conocerse de toda la vida. Por su talante, su trato personal, su humanidad o tal vez esa chispa de humor que les hacen seres encantadores. Luego vienen los conocimientos, las pasiones, la experiencia. Y la suerte de los encuentros. En algunos grupos de wasap, uno conoce gente que no ha tratado nunca en directo, y sin embargo la fusión es conexa por circunstancias inexplicables, tal vez de afectos, de cercanía o de curiosidad.
Hoy conocí en persona, a un tipo grande, conejero, sorprendente como el interior de un aljibe de aquella isla. Espléndido y cercano. Reconozco pasar un rato entrañable por una curiosidad sincera y amistosa. Que honesto valor la nobleza de su apellido, la exhibición de su carácter. Tremendo legado honra su nombre. Ciro Corujo.
Sin oírlo cantar en directo, me atrevo a nombrarlo "La voz del paisaje de Lanzarote" ese susurro potente del viento, ese aroma a bodega antigua que existe y sorprende, esa lava -picón, rofe, césped del volcán- ese parar el tiempo en los hombres y en sus hábitos naturales, con una sabiduría impenetrable, de espera y mirada. De pensamiento y cosecha. esa proeza de sentirse vivo y auténtico en su tierra. Grande amigo, como las pasiones que nos unen. Como las nubes caprichosas que juegan con las tierras de Masdache.
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