La
dulce experiencia del pensamiento puro, como esencia de un comportamiento
activo, resuelto, con sus deleites y debilidades, tan humanos. Cuantas seducciones
y limitaciones nos imperan y solidifican la integridad. Aunque hay un duende
apasionado que se escapa al control, que remueve la conciencia buscando aliados.
El entusiasmo, la iniciativa, la tolerancia, la pasión, la emoción -alegría, gracia,
valor- Tantos aliados a una causa justificada como es la personal, tan grande
como quiera manifestarse, tan elocuente como quiera contarlo, tan pasional como
consiga el contagio, tan valioso como una obra de arte de pura inspiración, tan
generoso como una apuesta a la fe poderosa y estas tesis del pensamiento
labrado quedan las limitaciones. Por ello la profesión liberal es tan divertida
y ausente, Por que el encuentro seductor de cada uno, es pura intimidad, como
el sexo, esas expresiones del instinto que nadie controla, ni el yo. Y sin
embargo gradúa en la balanza, toda la esencia de una integridad física y mundana
retorcida de bondad y maldad. Tan humana, tan civil, tan particular… Entonces
digo, siempre quedan pensamientos que se escapan. Como el equilibrio de tantos
otros en las estructuras de la integridad personal.
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