Deja que suelte la palabra, que labre el pensamiento en un caudal de lectura e inspiración, la suerte de tener el mecanismo que elabora el tejido literario para disfrute del pensamiento activo. Soñar y contar los sueños, vivir y contar la vida desde la observación y las perspectivas. Es la melodía de la lectura quien lleva en volandas la suerte del encuentro. la filosofía de una vida buscando la plenitud a través de jugar con las letras y los mensajes encriptados que desvelan belleza literaria

miércoles, 24 de noviembre de 2021

LA NIEBLA Y EL MAR ESTABAN TRISTE, ESCUCHANDO AL VOLCAN

 


Se borró el paisaje, y se lleno de una extraña sensación de suspense, un aire de trasiego revuelto, escudriñar nuevas formas caprichosas del paisaje que esconde y enseña tras el vapor de nubes blancas abstracciones combinadas, una inmensa humareda que nace en el cielo y baja a la tierra buscando aire donde acolchar su instinto de negar espacios visibles.

Volvía a casa después de trabajar y me quedé impregnado de una sensación de ausencia de mis montañas, alguien borró mi paisaje, algo estaba sucediendo con un poder natural, se estaba manifestando otra vez, es esa sensación de que somos juguetes del tiempo, de la tierra y sus valentías en manifestaciones extraordinarias, no estaba preocupado, estaba fascinado por el fenómeno. Observaba el comportamiento de las nubes, que se movían a sus anchas, como atrapando paisajes vivos para borrarlos del mapa. Pensé en los invidentes, pero no me atrevía a comparar la sensación, esto era mirar para ver todo blanco y borroso.

Miguel, salió a saludarme y conectó la expresión del descubrimiento de la niebla y el pensamiento seductor de su increíble poder, ¿has visto el paisaje? ¿Qué suspense verdad? Era obvio que había analizado las vistas y las sensaciones, me alegre de ese instinto de observación, tiene una sensibilidad especial, sin duda; Pensar, mirar, cuestionar, sentir. En realidad, no hacía frío, más bien calidez, pero la indescriptible versión de la niebla que vino sin avisar. fue un espectáculo más de la madre naturaleza, acostumbrada hablar sin palabras, a comportarse con ciertos patrones de similitud análogos a las estaciones, que le toca lucir y mientras por las hojas perennes correteaban gotas de agua transparentes, como lágrimas sin dolor, como una expresión otoñal más de belleza de los atardeceres.

Le propuse subir a la azotea y tomar unas fotos y sentir esa sensación que nos regalaba el otoño infrecuente. Es verdad que ya las cumbres cobijan los bancos de niebla densa, que vistos desde aquí abajo, nos recuerda que llega el invierno y todos contentos, pero esta visita inesperada muy por debajo de las cotas normales de exhibición, fue un hermoso regalo a la lucidez y al análisis, fíjate, las aves no vuelan en estas circunstancias, no llueve alisio, es una especie de vapor seco que prende todo con absoluta anarquía como el humo denso, pero sin olor a quemado. Indoloro, insonoro e inofensivo, aunque absolutamente rebelde

Al día siguiente mientras volvía al trabajo, costeando por la autovía hacia la capital, advertí el dulce plato de mar, que regalaba la mañana sereno, dormido, como una enorme balsa líquida que dejo de mecer ondas constantes, no había señal de movimiento en el agua, el último rizo de la ola en la orilla era un revuelto si energía, apenas un golpe seco y sencillo que no quería despertar la mañana. Busque razones y culpables, juzgue al tiempo, al día especial, a los caprichos del mar, a las sirenas dormidas. Y encontré al culpable, a la culpable de tanto concierto de serenidad vespertina. La luna llena que quiso dejar las aguas de la inmensa bahía de Las Palmas, con los luceros de los barcos destellando limpios y en silencio.

A veces deduzco que el paisaje habla, que los elementos trasmiten sus encantos por el sosiego que exhiben, por la magia que destila su luz o la belleza de sus formas. Es una comunión espiritual del paisaje y nos remite alguna parte de la habilidad del pensamiento para el cauce de las sensaciones como armonía de la belleza de la vida

Y recordé de nuevo el volcán, esa otra buya constante que no cancela su furia, que sigue vomitando rabia con el paso de los días, que se ensaña con las laderas, con las fincas, con el pueblo, que solo apacigua su rabia el mar, solidificando el fuego de su garganta, ya no me quedan palabras para definir su maldad, los científicos han creado universidad y laboratorio, el pueblo aprendido a calmar su lamento, que nace en la montaña y cubre los llanos de humo y lava, de espantoso rugido y lluvia ácida, a quien acudimos a sacudirnos las penas, quien barre las calles del espanto, los jardines del luto, los ladridos de los perros roncos, los plátanos negros de cenizas, los invernaderos fundidos de rofe y picón, las paredes reventadas de soldadura ardiendo. El cielo negro de presagios y maldades, los cantos amargos de oración. Más pensando en tu suerte, vida


martes, 23 de noviembre de 2021

Otoño que huele a lluvias


Noviembre fue siempre un mes transitorio, antesala del cambio de los tiempos climáticos, de la visita de las nubes y las tempranas lluvias que se dejan sentir, con pequeños escarceos nocturnos o tristes días copiosos de nubes y “calabobos”. Probablemente cuando estos compases de melodía climática se manifiestan, uno recurre a los comentarios y observaciones de los más viejos, que van mirando cabañuelas y recordando episodios con algún sentido o similitud para enmarcar tales años. De momento la frase resuelta y de primera reacción, es que la lluvia estos últimos años se han anticipado a los tiempos, es decir, el invierno se está adelantando, como dirían los más rápidos en resolver los enigmas y a primera vista no deja de resultar curioso, pero “por ahí van los tiros” como dirían los cazadores. 

Hoy recordé el sabor de la lluvia, mastiqué los granos de sus gotas en mi boca, las puntas de los alfileres en mi cara, corrió el agua por la visera, por el casco, por el parabrisas de la moto, sentí que me estaba mojando de felicidad, era una sensación antigua, mojarme, sentir la lluvia como un regalo del grifo divino, que cae sobre su tierra, para refrescarla, lavarla y volverla a gestar de vida. Lo cierto es que en estas secuencias del pensamiento que intentan describir que los tiempos frescos se acercan junto con la ropa mojada y los chubasqueros escurriendo. Yo me alegro mucho de que llueva, para mi conducir la moto bajo la lluvia es un regalo que me divierte. Alfonso un amigo, me dice que debo estar poco cuerdo para que me guste rodar bajo el agua en moto, Me encanta, no es que desee que llueva para sacar la moto, es simplemente, que sigo usando la moto como si fuera verano, pues hasta el coche lo he vendido, para evitar los atascos del tráfico. 

Por supuesto que hay más riesgo, menos visibilidad, más salpique, más frío, más atascos, claro. Ya eso lo he superado. Por la misma regla de tres, la gente es más sensible, más prudente y hasta más considerada cuando te ve mojándote con la moto y ellos enlatados oyendo la radio musical. Diferentes maneras de interpretar la melodía de la lluvia. 

Sin embargo, salir al campo mientras llueve es simplemente espectacular, la tierra se muestra placentera, recibiendo la gracia de la lluvia, los pájaros y aves desaparecen a sus cobijos, es la respuesta al riego del cielo, todos al soco. Pero también se produce muchas manifestaciones invernales, de animales que salen a jugar, como los caracoles, las orugas, o toda la fauna imperceptible a nuestra visión, a buen seguro tantos y tan simpáticos organizan sus propias fiestas bajo las cortinas de agua. Siempre habrá gente o animales que se diviertan bajo la lluvia, unos bailando otros tejiendo. El fenómeno del tiempo y sus lágrimas sobre la tierra es un poema de vida que se repite, para la naturaleza. Por este encuentro otoñal con la lluvia y que cunda sobre el campo canario esa estampa idílica del verde isleño, a la espera, mientras se lavan las carreteras y refrescan los árboles y las visiones, todo se volverá a colorear de belleza y nosotros de afecto invernal disfrutando los regresos y los paseos.

Por supuesto rodar en moto bajo la lluvia con prudencia, suavidad y equipamiento, es todo un placer para los mortales de las dos ruedas, descúbrelo.

MARIA HACE UN PACTO DE AMOR

 




Sintió que el amor era una fuerza natural, fantaseó que el tiempo era un azar, que juega en el tablero de la aventura, las circunstancias y los momentos y no dejó de soñar, como Eros y Psique cayeron en las redes del amor pasional y con la fantasía de los Dioses mitológicos enhebraron su destino conjunto. 

Allá soñó su idilio con la magnitud de una chispa divina, encuentros de romancero gitano sin que faltaran miedos y espinas 

y es que la niña de plata sueña despierta y alegre 

encontró su príncipe azul, cultivó amor y quereres 

compartieron amor y amistad, secretos y fantasías 

soñaron con seguir de la mano y crecer en sintonía 

Y si el amor es sensible y fiel hay que plasmarlo valiente y con pincel 

 

 María tenía cuatro años y una noche volvía en barco de otras islas de Trabajar, el inmenso mar oscuro y la melancolía de sentir su voz vibrar, emoción que marcó mi pensamiento. ¿Dónde estás papa? Soy un capitán de navío que regresa a puerto jovencita, a buscar a su niña amada, la princesa María que está en una isla encantada. Yo quiero verte papa, con aquel timbre de voz infantil. Entonces haremos un milagro, jovencita ya que puedes oírme, podrás verme. Pero ahora viene la magia, sube a la azotea de casa, ocurrirá ese milagro, muchachita Ya estoy en la azotea papi, decía, sus pensamientos se agitaban esperando aquel milagro ansioso. Bien, mira hacia el cielo y busca la luna llena, ella será nuestro espejo del alma. Sí, la veo papa. Una luna inmensa brillaba en una noche mágica, encendiendo sus ojos de felicidad. Yo también veo esa misma luna, princesa, vamos a tocarla con los dedos y nos tocaremos. Si papa te veo y yo a ti, cielo. Ves cariño, los milagros existen, solo tienes que creer en ellos, desde el fondo de tu corazón”  

Esta experiencia espiritual, marcó mi vida para siempre, descubrí la sensibilidad especial que María estaba tocada, sus sueños eran latitudes inalcanzables, solo expuestos por la fuerza del amor. Ella es todo corazón su contagiable sonrisa es el espejo de su alma, su generosa voluntad transforma lo que toca con esa chispa encantadora. 

Que no falte la magia en su vida, ni la pasión por vivirla, misterio que solo el amor interpreta como una fuente inagotable de riqueza, porque los milagros existen... 

Cultiva el amor, es el secreto de la felicidad eterna.  

 

domingo, 7 de noviembre de 2021

CALLES DE CENIZA


 

A mi querido Adelto, pensando en tu suerte un día más con estruendo. Fuerza hermano, queda menos.

Creí que la noche estaba cerca, pues al observar la calle de tu pueblo, las luces eran cortinas de lluvia oscura, polvo de hoguera quemada, del corazón de una tierra ardiendo. Cuanto espectáculo dantesco, nunca llovió ceniza durante tanto tiempo, es una niebla funesta, un retablo terrorifico de una tragedia natural, no hay tregua, ni descanso. Tan solo temor y desespero, porque si llueve será tinta de pulpo herido, aceite hirviendo de un caldero. Tu calle tiene moqueta negra de luto largo, de soledad y trinchera herida, tus palmeras son plumas de pavo muerto, tus huellas mensajes de agonía, tu paisaje, sotana de cura de pueblo. Hoy estas sufriendo sacudidas de un infierno, que no tiene noche, ni día. Que no tiene paz ni sosiego, es la cara de una osadia, que está sufriendo esta isla, con aguante y letania.

Aprovecharé esta pizarra negra, para pedir paz y escribir sosiego, es el infierno tiznado quien sobrevive, es la oscura noche de un faro muerto, que lanza señales de auxilio, que grita hacia sus adentros. Que cambia la lucha por la resistencia, el color del humo por lágrimas al viento,

Volcán herido que no das respiro, que borras paisaje con lapicero. Para ya de vomitar tus entrañas basta ya de tanto fuego. No querrás que te recuerden como el más voraz del infierno, arrogante y hervidero, mal nacido y pendenciero, deja respirar a tu pueblo que lleva el orgullo palmero.

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