Deja que suelte la palabra, que labre el pensamiento en un caudal de lectura e inspiración, la suerte de tener el mecanismo que elabora el tejido literario para disfrute del pensamiento activo. Soñar y contar los sueños, vivir y contar la vida desde la observación y las perspectivas. Es la melodía de la lectura quien lleva en volandas la suerte del encuentro. la filosofía de una vida buscando la plenitud a través de jugar con las letras y los mensajes encriptados que desvelan belleza literaria

lunes, 14 de septiembre de 2020

LA VIEJA CASONA DE YAIZA

 


La sombra de Hilario, cruza la tarde, en el inmenso Valle de Yaiza
Su Camello en parsimonia con la naturaleza. anda despacio
Algo pasa en Timanfaya. . La tierra tiembla y vomita fuego
Y huele asustado la tierra.. Aquella mañana trágica de 1733.
La Vieja Casona de Yaiza.. despliegue un encanto armonioso e inusual, ahora convertida en Hotel Rural
Hilario asustado. Recoge sus animales y se refugia en su Islote. Año 2014
El paisaje petrificado después de la tormenta, es un inmenso mar de lavas negras
Su secreto de antaño, trazando la perpendicular el Sol hacen de pasillo y compañía, ala sombra del astro Rey
De cristal pecera. Su cuidada distribución, de espacios. Su exquisita decoración atrevida.
Qué saca la lengua al mar del Golfo,. La vieja Casona de Hilario. Es ahora un remanzo de paz, milagrosamente fundida en contemplación de sueños Sus amplios ventanales
Y en medio del Caos tostado de la lava, la vida. Sale por las rendijas de las rocas
De toscas del mundo y combinada con maderas de la tierra, telares de oriente y metales de Europa Armonía contenida, caja musical de los caprichos del sol, olor a ceniza, aromas de fuego y palmera
Al atardecer. Cuando el sol acaba la jornada y el alisio refresca el rostro a la tierra caldeada
Las Higueras y Palmeras han encontrado hueco. Para decir que están vivas. Y que Hilario no ha muerto. Su fruto es manjar de la luz y la sombra del volcán. Que destapa con fuerza el milagro del retorno. Al valle de Yaiza Se produce el milagro.
El pacto del demonio Timanfaya arrebatando con violencia sus tierras. Se magnífica. en el capricho de cada tarde
Hilario regresa del campo con su camello Y en la casona de Yaiza. Se sienta junto al zoco de piedra Mira hacia el golfo. Despide la luz en las mil y una sinfonias, de las puestas de Sol más bellas del Atlàntico Cuando la mirada cansada recibe el regalo de la luz y el color. La sutil armonía de esa inmensa calma.
Hilario y su Camello callan y permanecen en el tiempo
La vieja Casona de Yaiza. Es un paraiso para conocer los secretos del Valle. Un caja musical en la que las sensaciones desde dentro. Se magnifican con la mirada hacia afuera



viernes, 4 de septiembre de 2020

MANOLO EL GANSTER


Allá por los años cincuenta. Arriba en la aldea de San Nicolás, debajo la cueva el mediodía. Nació y se crió. Manolo "el Ganster". Nombrete que se ganó a pulso en la juventud, era un tipo singular hasta que hizo la mili, no acabó por realizarse y definir ese carácter particular y gracioso..!! Que exhibía en tertulias de cantinas y bares desde el barranco Tocodomán, hasta la playa de la Aldea. Era su reinado y andanzas mayormente
Algunas personas se quedan ancladas en sus convicciones u aficiones según sus cultivos. Manolo. "El ganster" Tenia varios:
Fué forjando el personaje del lejano oeste primero, luego se transformó, con el trabe del soldado que nunca debió haber abandonado la mili y en la tercera fase, sacó el bigote mostacho de J. M. Iñigo para compensar su prominente calvicie prematura.
Sí ha esto, le sacamos pecho con camisa abierta hasta encima el ombligo, tatuaje de amor de madre el brazo, y cachondeo a mansalva allá donde se apalancaba, pues ahí tiene la foto. 
Cierta tarde que bajaba con el Derbi "Tres marchas". Por la carretera la Cardonera, Llevó a Pepe "Julaga" atrás y más abajo se encontró con Paco "El cojo, se echó un poco encima el tanque y le dijo, suba por ahí amigo. 
Imaginen el "Tres marchas" espichao "El ganster, El julaga y el cojo" ..y tiraron pal pueblo tan felices.
Antonio "El Judía" El Cabo de la Policía Municipal de la Aldea estaba montando un control en el cruce la Palmilla cuando vió aparecer un Derbi con seis patas arrastro. Uff.. Sacó la mano, les dió el alto, con efusiva autoridad.
Manolo "El Ganster" meditó y cuando llegó a la altura despacio y sin parar con socarrona voluntad, le dijo: Lo siento Antonio.! Pero hoy voy completo, no te puedo llevar.
Hasta luego y lo dejo en "treinta y tres"




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