Sacado de apuntes, apenas de las responsabilidades más básicas de una sociedad competente se exhibían en aquellas viejas enciclopedias -Alvarez-. Lo que los grandes manipuladores del futuro, indicaban como un manifiesto adoctrinamiento, cuando en realidad era la base más pura y autentica de la educación cívica en primer grado, para poder interpretar lo que la vida regalaba con esa asignatura compartida. Ahora me viene a la mente las conversaciones de mi abuelo, que argumentaba con los amigos de la época cuando quería hablar de mí en público, para presentarme, - comentaba que yo era un niño noble- siempre pensé que era un título nobiliario o al menos en aquellos años tan lejanos me lo parecía, pero no acabé más que entendiendo, que era un niño bueno, con un silencio prudente y un vocabulario obediente y familiar.
Antonio
Miguel López, nos regaló la otra noche en público, su conocimiento curtido
de la interpretación de los modelos establecidos de políticas para la
ordenación del territorio y su legislación desde la fundación de aquel acuerdo
forzado de la constitución; En realidad, lo que sucede con los modelos desde la
ley, a la realidad de los pueblos y municipios, siempre amparados por las
tesituras de las lagunas de las interpretaciones en el orden del acierto y el
aprovechamiento de tales normas. Si ante la duda antigua, de una firma con la
mano y el saludo estrecho, que ya era toda un acta notarial de mucho valor
personal. Añadíamos las hijuelas, como fundamento de fe oficial.
Tras,
tantos cauces de ordenamiento y rodaje democrático, volvemos al mismo error del
principio, las normas, su conocimiento y su interpretación por los del
aprovechamiento y en estas tesis entendemos las lagunas tan terribles que heredamos
en aquellas asignaturas que nos arrebataron para evitar los confrontamientos y
los desacuerdos, cuando la sociedad soñaba con ser justa y atender la legislación
perfeccionándola.
Desde
luego me quedé intranquilo ante las duras verdades de unos modelos obsoletos y
en la que los medios de comunicación afines a sus intereses, dan la mano y
armonizan las críticas dejándolas para las mejores entendederas políticas.
Antonio Miguel mantenía silencios prudentes haciendo un duro vacío de dudas, en
su propia opinión, para acabar con la interpretación personal de cada uno. Siempre
con la consecuencia de un proyecto inacabado, donde las decisiones y líneas
directas, las toman los elegidos por el pueblo, sean ignorantes, justos o interesados.
Debates
interesantes, que echamos de menos en una sociedad saturada de información y normativas,
donde el aprovechamiento queda de la mano de los espabilados lamentablemente y a
los que la propia sociedad elige como salvadores de patrias, con todas las
decadencias de sus acciones y el terror de su destino. Enriquecer vendiendo e
hipotecando su esencia. Ya lo dijo y certificó el imperio romano – Con lo de
pan y circo- y la evidencia nos sonroja en una sociedad huérfana de acciones culturales
y sociales, evidencias de aquella asignatura de civismo, que nos dejamos atrás
por que parecía viejuna y sin embargo fue la columna vertebral de nuestras
entendederas y nobleza
Las
inquietudes de educación social y política vienen pujando fuerte, por recuperar
con anhelo las sencillas verdades que se disfrazan de intereses y acaban
vendiendo nuestra identidad e insultando a la sociedad con las chapuzas, los
parches y las dependencias. Por suerte activa, siempre nos quedará los que
mantienen el pulso mutuo como reivindicación justa para una sociedad madura,
que exigen políticos y políticas acertadas que no vayan a remolque, ni en la
más infame de las decadencias manifiestas.
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