Deja que suelte la palabra, que labre el pensamiento en un caudal de lectura e inspiración, la suerte de tener el mecanismo que elabora el tejido literario para disfrute del pensamiento activo. Soñar y contar los sueños, vivir y contar la vida desde la observación y las perspectivas. Es la melodía de la lectura quien lleva en volandas la suerte del encuentro. la filosofía de una vida buscando la plenitud a través de jugar con las letras y los mensajes encriptados que desvelan belleza literaria

miércoles, 28 de octubre de 2020

JUANILLO EL INOCENTON



Juanillo era inocentón y aplicado, en los tiempos de penuria de los años 30/40. La madre cargada de hijos, Lo mandaba con disimulo, a robar frutas a las fincas para escapar..
Tunte  la capital de San Bartolomé de Tirajana. Era excesivamente rural. Al ser pueblo de cumbres las tierras y el pastoreo era la premisa de subsistencia.

Las tiendas. Los cafetines y bares Eran los lugares de tertulia y sosiego, donde traían y llevaban noticias de lo que acontecía más allá de las Tirajanas

Momito el guardia. Recibía día sí. Día también, Las denuncias verbales de gente 
donde culpaban a Juanillo de pequeños hurtos, en frutales y hortalizas, Todos  hacían la vista gorda. La necesidad obligaba y hasta Momito el guardia, Lo sabía bien.

Cierto mañana que entró Momito en el cafetín.  Y charlaban abiertamente del dineral. Que habían subido los impuesto. 

Las contribuciones rústicas y urbanas. Aquel diezmo. Que cobraba hasta hace pocos años, el Señorío de Aguimes

Paco Tabares. Decía. Yo por mi finca pago 17 pesetas. Antonio el turco, Decía yo pago 14 pesetas. Y Momito que venia entrando.

Se quedó mirando para la esquina que estaba Juanillo sentado con la cabeza gacha. Intentando no llamar la atención.

Y le dice Momito el guardia. Y tu Juanillo. Cuanto pagas..? No Momito, yo no pago nada.

Pues paga algo Juanillo. Paga algo mi hijo.
A cuenta lo que has limpiado.



ELSABOR DE LA GINDILLA


En algunos lugares de Valsequillo y principalmente en Tunte. Se puso de moda la Guindilla. 
Un licor fuerte de Guindas, que inventó un cura catalán a principios del siglo pasado

La cultura popular se fue encargando. De perfeccionar y mantener la tradición
Sí bien es verdad, que el fruto goloso, había que custodiarlo para poder sacar unos litros de tal elixir y entre los guardianes del fruto y de las letras en rima. Crearon el poema. Que dio soplo a la tradición
Tenía el Sr. Tila. Todo un hermoso guindero, Todo lleno de espantajos, con muñecas y un sombrero Pero los diablos de los mirlos, Que son inteligentes se comieron todas las guindas, Sabiendo que no eran gentes
Si no mi mujer y mi hija no hacen un pizco guindilla
Entonces Pichí. compró una escopeta que disparaba con carburo y cada cinco minutos Disparaba un tiro seguro y decía María Rodríguez y gracias a la escopeta, que por un kilo de guindas, Ya dan, quinientas pesetas También decía Cabrerilla.. Gracias a la escopetilla Y remataba Dorotea. Si le ponen un pizco limón y toda la prevención.. La esencia de vainilla. El paquete manzanilla
Con lo caro que está el Ron, A que precio es la Guindilla?

jueves, 22 de octubre de 2020

EL ALUNNO DE MACHADO



Llueve sobre mojado. Largo invierno de frío y ventisca,  placentero hogar

Nada más hermoso, que observar el agua a través del cristal, llora el cielo y atrae la humedad

La tierra agradece el gesto de tanta humildad

Allá a finales de los años setenta conocí a un matrimonio mayor en plena

senectud,  D. Francisco y la Señora Laura

Fueron gente de bienes. Gozaron en su juventud de buen status económico, él fue pionero en telefónica y ella era profesora de piano

Recuerdo cuando iba a su casa de campo que estaba en el Valle las nueve a

recoger las uvas de la parra

Uvas moscateles riquísimas, doradas y otoñales, La música del piano invadía la estancia grande, hasta el silencio se callaba para oír la dulce melodía

Ella sonreía poseída por su arte y empujaba las teclas con el cariño de sus manos arrugadas de felicidad

Recuerdo a D. Francisco sentado en el sofá, Leyendo, periódicos viejos.

Curioseando los recuerdos, que le dieron una vida tan plena y feliz

Me hablaba con orgullo que Fue alumno de D. Antonio Machado. El gran poeta

manchego que se cumple 90 aniversario de su muerte

Me hablaba de su poesía épica. pausada jugando con el tiempo y la memoria de los pueblos y sus leyendas, él era un enamorado de los campos de España.

Recitaba de memoria sus mejores poemas y yo me adormecía viajando en el tiempo de sus relatos, Oyendo la música de aquel piano de cola blanco

Un día tiempo después, encontré a Doña Laura sonriendo alegre como siempre le conocí,  me dijo que D. Francisco había muerto de viejo y de felicidad y que ya se encontrarán más adelante que el la esperaba. Tuvo una vida intensa vivió 96 años

Ella mataba su tiempo con las teclas de aquel piano. Porque la música le

amenizó la dulzura de la vida. Nunca tuvieron hijos, pero si una vida intensa, yo a veces la recuerdo. Como la Orquesta del Titanic, hasta el último segundo amenizando la vida.

 


 

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