Juanillo era inocentón y aplicado, en los tiempos de penuria de los años 30/40. La madre cargada de hijos, Lo mandaba con disimulo, a robar frutas a las fincas para escapar..
Tunte la capital de San Bartolomé de Tirajana. Era excesivamente rural. Al ser pueblo de cumbres las tierras y el pastoreo era la premisa de subsistencia.
Las tiendas. Los cafetines y bares Eran los lugares de tertulia y sosiego, donde traían y llevaban noticias de lo que acontecía más allá de las Tirajanas
Momito el guardia. Recibía día sí. Día también, Las denuncias verbales de gente
donde culpaban a Juanillo de pequeños hurtos, en frutales y hortalizas, Todos hacían la vista gorda. La necesidad obligaba y hasta Momito el guardia, Lo sabía bien.
Cierto mañana que entró Momito en el cafetín. Y charlaban abiertamente del dineral. Que habían subido los impuesto.
Las contribuciones rústicas y urbanas. Aquel diezmo. Que cobraba hasta hace pocos años, el Señorío de Aguimes
Paco Tabares. Decía. Yo por mi finca pago 17 pesetas. Antonio el turco, Decía yo pago 14 pesetas. Y Momito que venia entrando.
Se quedó mirando para la esquina que estaba Juanillo sentado con la cabeza gacha. Intentando no llamar la atención.
Y le dice Momito el guardia. Y tu Juanillo. Cuanto pagas..? No Momito, yo no pago nada.
Pues paga algo Juanillo. Paga algo mi hijo.
A cuenta lo que has limpiado.
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