Deja que suelte la palabra, que labre el pensamiento en un caudal de lectura e inspiración, la suerte de tener el mecanismo que elabora el tejido literario para disfrute del pensamiento activo. Soñar y contar los sueños, vivir y contar la vida desde la observación y las perspectivas. Es la melodía de la lectura quien lleva en volandas la suerte del encuentro. la filosofía de una vida buscando la plenitud a través de jugar con las letras y los mensajes encriptados que desvelan belleza literaria

domingo, 22 de enero de 2023

EL TIO ABUELO CUBANO.

 

Corrían los años 30, las revueltas nacionales mantenían en vilo, unas islas pobres, donde los únicos supervivientes eran terratenientes, la propiedad era parcelas de labranza y pastoreo y no todos tenían la suerte del “cachito tierra”, con o sin regadío para la supervivencia. Manuel suarez, el bisabuelo de la pepina, que se casó con la Bisabuela María Pérez y habían fundado una gran familia. Siempre anduvieron preocupados por esa necesidad de superación, pero en aquellos años de penuria, cada hijo era una suerte y un halo de supervivencia para salir adelante.

Así en el cenit de aquella familia nacida en las cuevas de la Pepina en el barrio de la Gavia. Se contaron, por nombres tantos hermanos como siete eran: Juan, Manuel, Pepe, Domingo, Carmen, Jesus y Benita. Una retahíla de sueños, de niños a jóvenes, donde el futuro llegaba en noticias encapsuladas desde la capital Las Palmas o la ciudad emergente de Telde.

Había indicios de la instauración de la república, contra una monarquía que siempre asfixio sin mayor cortesía que la España de los Borbones. Herencias de postín y reinados de palacios arrebatados y de sangres azules descoloridas.

Juan, había convencido a Manuel y a punto estaba de hacerlo con Pepe, por las noticias que llegaban del caribe, la miseria tiene una cara triste y la dignidad un valor alegre. La isla de Cuba estaba en pleno apogeo una corriente de empatías auguraban que la perla del caribe fuera a más, entre la abundancia de ubicarse estratégicamente entre varios continentes además de ser la plataforma de lanzamiento de la América Latina con el norte de los Yankis.

Un tío bisabuelo, habló con Manuel Suarez padre de la familia y le contó buenas noticias de allende los mares. Y así fue como ante la incertidumbre de la hambruna y de una guerra civil en puertas, decidieran la aventura cubana como ejemplo de migración normal de supervivencia. Fueron muchos los que midieron tamaña aventura y otros tantos los que llenaron los barcos que partían del muelle la luz, para las américas repletos con aquellas maletas de madera y las alpargatas puestas anhelando el sueño del mañana mejor.

Pepe, habló con Benita y le pidió a su padre, que la más pequeña de la familia, se quedara con la cueva en la vista de la pepina, si quería casarse, mientras hacían perras para volver, tendrían un lugar seguro sin mayor desembolso. La hermana Carmen, se había casado con Juan Morales, que a punto estuvo de ser convencido para tirar al caribe también, pero el amor y la responsabilidad les contuvo.

Y tanto Pepe y Manuel Suarez, como el otro hermano, Juan casado con una mujer de Tenerife. Decidieron partir a la buena de Dios. Aquellas plegarias de sueños, de la partida, del desenlace, de la aventura con lo puesto, los tres tíos abuelos no se amedrentaron y decidieron cambiar sus vidas para siempre.


viernes, 20 de enero de 2023

RECUPERANDO LA HISTORIA

 


Descubriendo la historia 8: La influencia británica

EL MOVIMIENTO EN GRAN CANARIA.- CAPÍTULO 8.

 

Las trazas de nuevas carreteras se convirtieron en un auge ilimitado de actividad, conectar todos los municipios era la primera necesidad y duró más de cincuenta años tales enlaces de construcción, pero la isla tomó el testigo de un futuro que comenzaba a ganar al tiempo y la explosión del porvenir pues, ya estaba aquí, aunque vayamos por parte, porque los movimientos sucederán con lentitud y habrá muchas sorpresas por compartir. La ciudad de Las Palmas con la ampliación del Muelle grande y el puerto. Tomaba la hegemonía comercial del atlántico convirtiéndose todo en un pulso al crecimiento de la sociedad capitalina

 

 

La bicicleta había tomado también el pulso a la sociedad y era un medio de transporte rápido y ágil por la ciudad, así durante muchos años estuvo compartiendo calles y actividades. Con ella comenzaron las primeras competiciones de la Sortija o Carreras de Cintas, saliendo multitud de grandes habilidosos en los concursos de las fiestas importantes.

 

La Fyffes Limited compañía de transportes y empaquetados de plátanos, trajo sus primeras flotas de camiones de carga de Inglaterra, principal proveedor de material industrial

 

 

La llegada del rey o principales ministros de la nación, generaba una notable recepción en el muelle, para el recibimiento, distíngase que los vuelos comerciales tardarían aún cincuenta años más en producirse sobre las islas.

 

 

La primera vez que llegó el coche de hora a la Vega de San Mateo,  aquella mañana dominical, sería todo un acontecimiento pues el traqueteo inusual envuelto en una nube de humo y tierra, amenizaba el primer viaje a la vega, corría el año 1908 y los políticos con la prensa, daban el primer paseo en viaje inaugural, hasta las medianías de la isla, era la primera vez que llegaba tan alto una guagua y el acontecimiento bien merecía un trato preferencial en la prensa del momento y en las peculiaridades del viaje.

 

 

La misa matutina hubo de detener el sermón del párroco ante el ruido infernal que venía de la calle principal y que daba la entrada triunfal al motor en el pueblo de San Mateo. Los feligreses salieron corriendo de la iglesia, sorprendidos por el espectáculo de otro mundo que acaba de llegar al pueblo. Tremendo acontecimiento que supera ya los 110 años de antigüedad.

 

 

Norton, una icónica moto inglesa, de las que aún quedan en Canarias

 

El motociclismo comenzaba a despertar y a emerger primero como novedad y clase, luego como revolución industrial de soluciones al empuje laboral que se apoderaba del ambiente civil, las primeras máquinas eran en su mayoría inglesas y su fuerte preferencial supuso su introducción en las islas a partir de los años veinte y treinta en menor cantidad y en mayor rigor, a partir de las guerras civiles y mundiales. Cuando la industria se ampliaba en abanico de países y modelos, así como la demanda de comercial que despertaba pujando más oportunidades.

 

Las Vespas, llenaron de vida y familia la actividad callejera de los pueblos

 

La verdadera explosión comercial se consolidaba a partir de los años 40/50, que comienzan abrirse las fronteras industriales de expansión y recuperación económica, la vida era dura, pero el trabajo comenzaba a dar sus frutos y la modernidad, aunque lenta ya comenzaba a sortear las inquietudes de muchos canarios que decidían apostar por el futuro.

 

Montesa Brío 81, un modelo icónico de los años sesenta en Canarias


MIRABALA - LA PALMA - CORREA


Rincones de Gran Canaria 69: Mirabala, La Palma y Lomitos de Correa

RUTA APTA PARA TODO TIPO DE MOTOS.

 

Valsequillo por ser nuestra linde visual del día a día, tal vez nos devuelve más paisaje al recuerdo, con sus impresionantes cumbres centrales que, vistas desde las tierras planas de los Llanos del Conde, nos regalan un escenario impresionante de belleza en los pechos de la cumbre. Desde la montaña Las Arenas, hasta las cumbres de botija de Valsequillo, Caldera de los Marteles, Montaña del Pleito, Montaña del Saucillo, Del codeso, de los cardos, Los grandes farallones de Tenteniguada. Y la rotunda verticalidad del rincón, todo un espectáculo visto desde abajo del Municipio de Valsequillo. 

 

Tenemos además la suerte de avanzar hasta las cumbres por la carretera que se adentra en el municipio y en ese intento de meternos debajo las montañas, su grandeza se expande creando multitud de paisajes alpinos indescriptibles 

 

 

Nos ubicamos en el pueblo de Valsequillo, para tomar la salida desde la calle Isla de Beneahore, o GC-810, desde la GC-41, la que entra por la Panera, al lado del cementerio de Valsequillo. Seguimos hasta el fondo para girar a la derecha por la calle ciudad de Tacoronte, y comenzar a bajar hacia la calle de Mirabala, saliendo de la urbanización, por la calle cántaro, vamos abandonando el pueblo hacia la siguiente urbanización de Mirabala. 

 

 

Atentos en la curva estrecha para entrar a la izquierda por la calle Dorada que hace varios recovecos antes de salir airosa hacia el barranquillo de los juagarzos, para llanear entre invernaderos de nuestras atractivas fresas, donde pueden comprar en los empaquetados recién cortadas, en la época. Pasamos delante del acceso al Guachinche de Valsequillo y avanzamos hacia las montañas del Lomo de la Palma, donde podemos apreciar las magníficas vistas aéreas de todo el municipio. 

 

 

Desde el Lomo La Palma divisamos atrás el barranco de los Morenos que baja a San Roque desde el Lomo La Vega cumbres del norte de Valsequillo. Arriba al norte la imponente montaña del Troncón. Nosotros vamos a remontar al cruce anterior y subir Lomo la Palma arriba, siempre con las mejores vistas a ala izquierda, hasta llegar a uno de los barrios más antiguos de Valsequillo Lomitos de Correa, una calle larga encima del Lomo, avanza hasta encontrar la GC-810 a la que salimos en una paella de carretera más amplia...

 

 

Subimos por ella en dirección a Valsequillo -si bajáramos lo haríamos al barrio de San Roque- cruzaremos los Juagarzos otro barrio que mira al pueblo desde un buen escenario. Rodeamos el helechal y en breve llegamos a conectar con el pueblo, de Valsequillo, por la parte alta. Abajo el barranco de San Miguel, el puente y el Colmenar, con bonitas vistas de Tenteniguada. Aquí decidimos la siguiente opción, después de un breve picnic. 

 

Descubre, conoce y sobre todo cuida tu tierra

NO HAY FLORES PARA LA FIESTA



No hay flores para la fiesta, los almendreros están dormidos, un invierno tan largo, los ha sumido en un letargo, tal vez no necesitan aflorar el sentimiento del pueblo, pues está anestesiado de fiestas, que ya no apresuran más, parece que no hay respuestas.

Los almendreros están dormidos, que alguien los despierte, que ya febrero está aquí, que la verdadera tradición es verte y para ello no hay remedio, que hacer bulla en la plaza y soltar más tradiciones aunque hipotequen hasta la casa

La fiesta del almendrero a los ojos de Valsequillo, se ha convertido en un pozo donde enterrar los ahorrillos. Sensatez y diversión sin que nos cueste un riñón, es que no hay limites para detener la ruleta del fuego de artificio, sin quemar nuestra decepción ni meternos en un juicio.

No hay flores para la fiesta, que alguien haga algo, que contraten floresteros y nos pasen el embargo. No es buena lección identificar la tradición con monumentales conciertos que nos han dado, y no creo que regalado sea la mejor atención, mientras el pueblo es un desierto la gente no ha despierto ni espera redención.

Y mientras otros esperan cobrar las flores de mayo, que se le cortaron los tallos, para que su esplendor no brillara, y el olor naufragara con la fragancia del perfume que a la gente los une cuando el olor es aroma y ni por la aurora asoma, las cosas del destino, ojalá y me empecino, sea un pesar momentáneo, pero mientras los otros no restringen, dar la cara ante extraños de los compromisos adquiridos, para liquidar lo debido y pasar página del año.

Despierten flores despierten que valsequillo es un pueblo hermoso, que suban a las fiesta los gozos, y se llenen las calles de aromas del pueblo y de alegría colectiva que para eso nunca faltaran deseos y tradiciones populares

Valsequillo es un almendrero lo sabe el mundo entero…

  

jueves, 19 de enero de 2023

MOVIMIENTO EN GRAN CANARIA CAP.7

 

Descubriendo la historia 6: Aparece la primera moto en la isla

EL MOVIMIENTO EN GRAN CANARIA, CAPÍTULO 7

 

El año 1902 sin duda marcará la historia de las Islas Canarias, por ser el nacimiento y manifestación del motor de explosión. Llegaron los primeros coches de la historia para cambiar todo lo que esistiera del movimiento del pasado. Según los datos más detallados de las primeras matrículas en España, las islas se llevan también la grandeza de encabezar las provincias pioneras de España, por delante de Madrid y Barcelona. Salamanca, Palma de Mallorca, en 1900, Plasencia, San Sebastián en 1901, La Coruña, Santander, Tenerife, Bilbao, Valencia y Gran Canaria, en 1902 y de ahí en adelante hasta llegar al resto del territorio español, incluídas Ceuta en 1917 y Melilla en 1922. Todas las provincias ya lucían sus placas y sus automóviles. En Canarias hasta la división provincial era TE, y luego pasaron a TF y GC. Pero sigamos indagando que sucedía en aquel año 1902 la sorpresa mayúscula que significó el automóvil para los canarios y el resto de España 

El transporte de pasajeros -coche de hora- fue viral para el movimiento en las islas.

 

Evidentemente el primer negocio rentable y de necesidad lo avalaría el transporte de pasajeros, el movimiento rápido se hizo viral, llegar antes, a las ciudades, agilizaba la vida y nos comenzaba a dar la dimensión de velocidad, evidentemente esta primera secuela se tradujo en trabajo de carreteras, obras públicas, mantenimiento, de servicios, canalizaciones, puentes, etc. Las islas comenzaron a expansionar sus arterias, sus carreteras, las primeras ya comenzaban a pensar en el los primeros “enchinados” -así conocíamos en las islas a los primeras carreteras asfaltadas-  el familiar asfalto que vestía de color negro el pavimento y aligeraba el paso de los vehículos.

 

Las primeras máquinas de arreglar y asfaltar las carreteras en Canarias

Cuando llegaron los primeros vehículos a las islas, el primer problema que se presentó era el del mantenimiento. La figura del mecánico iba a ser una necesidad imperativa, ya vino un mecánico alemán de la casa Benz, para enseñar a conducir y a realizar reparaciones, pero pronto se volvió Alemania, y se llevó consigo el primer canario, con autoridad para aprender en la fábrica Mercedes-Benz; Don Nicolás Gonzalez Hernandez, ayudante de Don Manuel Sánchez Camacho, de la escuela de Peritos industriales. Viajó a Berlín para el aprendizaje de todo lo relacionado con las nuevas tecnologías del automóvil.

 

Concesionario de ventas de automóviles

 

Y sucedió que, a las primeras de vuelta, y con el honorable título de perito de reconocimiento de carruajes otorgado por el gobernador civil, se empañó de fracaso. Pero buscamos el antecedente para justificar las primeras desgracias laborales. Don Manuel Bravo de Laguna, señorito de alta sociedad, se pasaba el día dando vueltas a la plaza Santa Ana, dando estampidos con el coche y haciendo “buya”, cuando los políticos del Ayuntamiento de Las Palmas tenían las sesiones de trabajo y acuerdos, lo cual les causaba evidente molestias.

 

El Diario de las Palmas del 2 de mayo de 1902, en su gacetillero del día, exponía el primer accidente acaecido con el coche de D. Manuel Bravo de Laguna, conducido por los peritos industriales D. Manuel Sánchez y D. Nicolás González, cuando a la altura del antiguo secadero de los Fornos, vieron como el depósito de combustible del automóvil se inflamaba y el coche ardía por debajo. Inmediatamente pararon y se alejaron ya que podía explosionar como así sucedió poco pudieron hacer por salvar el vehículo ya que fue pasto de las llamas, y tan solo la manía de tirarles cestas de tierra para ahogar el fuego, pudo evitar tener que devolver el cadáver a la fábrica de Alemania, para rehacerlo, ya que quedó prácticamente inservible.

 

Caos por las lluvias en Las Palmas de Gran Canaria. Años 30

 

Las calles se fueron llenando lentamente de coches, y las chapuzas urbanísticas comenzaban también a dejar la evidencia de las demandas de técnicos especialistas en todos los campos del automóvil, las carreteras, las calles… Todo un nexo que comenzaba a fraguar la gran batalla de la industria naciente.

 

(Izq.) Paisanos de Tenerife, años 20     (Dcha.) Personaje -Bernardo de la Torre- de LPGC

 

Pronto llegaron otros vehículos y las carreteras del interior comenzaban a subir turismo al descubrimiento. Todo estaba tomando el color de la novedad, había que descubrir nuestras islas, sus pueblos y para ello el coche o la moto comenzaba a ser la asignatura de todos.

 

Aunque nuestras queridas motos tienen capítulos aparte, ya que es su sintonía la que nos fascina, adelantamos la primera fotografía (portada) de una moto registrada en Gran Canaria, paseando por las pistas aún de tierra de Gáldar y Guía, mientras seguimos indagando y buscando en las hemerotecas más archivos ocultos. Creemos que su aparición en las islas pudiera situarse desde 1910 -1914. Aún desconocemos el dato exacto. Sin duda esta foto nos marca un principio estimado y, a juzgar por las vestimentas y el modelo super raro de motocicleta con ese sidecar de canastilla, entendemos que es el señor que viaja en el side el  propietario y su chófer el que conduce. Es difícil de deducir, pero hemos encontrado dos fotos de los mismos personajes y todo induce a ser uno de los pioneros en Gran Canaria del motociclismo, si bien desconocemos su nombre.

 

 

Aún no portaban matrícula de cresta delante, ni vemos detrás indicios. Ignoramos la marca de la motocicleta; Singer, Terrot, Humber, Clino, Thor, Douglas, Victoria, Perry Vale. Hugh Gindson… En Inglaterra habían cientos de marcas que desaparecieron posteriormente, Podría ser cualquiera. Evidentemente es bicilindrica, lleva pedales que a partir de 1912 comenzaban a desaparecer en las cilindradas grandes. Y otra pista interesante es saber que a partir de 1910 se comenzaron a fabricar los sidecares con canastilla y a exhibirse como complemento en diferentes marcas

 

Carretera de Tejeda a Ayacata, a la altura de su paso por el Roque Bentaiga

domingo, 15 de enero de 2023

ATALAYA DE PALMERAS

 


Si la bohemia del tiempo tiene sensibilidad con un paisaje de palmeras, el antiguo valle Cásares era el marco de tamaña obra natural, un pueblo dormido al naciente de boca barranco, por donde el sol saca pulso cada mañana de verano y se enarbola entregando luz al palmeral y a las casas talladas en las cuevas blancas y negras de cantera dulce. De sus entrañas sacaron los perfiles de iglesias y catedrales. De sus campos yermos territorios de terratenientes que exhibían proletariados de señoríos. Fuentes de agua perenne que mantenían el valle encantado de verde y frutales. Y fuentes de aguas agrias que sentaron precedentes medicinales y patrimonio de tradiciones.

El valle sigue dormido entre la abundancia y el abandono. Entre el pasotismo y el sueño de la historia olvidada, y entre sus placeres descubrir sus encantos, sus añoranzas, sus verbenas de verano y ventorrillo, sus romances anuales de camadas y tradiciones. Cuantos recuerdos de niñez. Cuantos apuntes para una historia sin escribir, sin recordar, ¿dónde quedó tu memoria, valle de las cien Palmeras? Dónde quedó tu rincón olvidado aborigen de asentamientos primarios, donde tu pastoreo continuo de migración y pastizales. Dime de tus abuelos, cuanta belleza cautivaron sus miradas hacia el palmeral, cuanto amor derrocharon en sus virtudes, y en las cumbres de su cenit. La vieja montaña de las Palmas tiende el manto al norte cayendo por el viso de sus palmeras muertas para sacar su fortaleza de antaño, abajo el valle, la solana, el barranquillo de Juan Inglés, desde el lomo del Palmital en la distancia, al Lomo del rayo de en medio. Dos barrancos engrandecen tu riego. La abejera alta, y el de los Morenos creando un paisaje casi bíblico de oasis en un valle escondido.

San Roque, sacó su perro a pastorear, saco su ganado a pastar, sacó su brillo de un pueblo con identidad, dormido y paciente, cadencias de otros tiempos más esplendidos donde sus paisanos comparten lo mejor de su cultura y fieles anfitriones del momento. Lucidez espléndida de sol y encanto. Quien no conoce sus perfiles verdes que explotan en los cielos del valle. Quien no conoce sus ecos veraniegos de esplendor Y arriba la cantera, en el roquete caballero la marca municipal divide como la sacristía de su Iglesia, las lindes de otros terratenientes municipales, los que olvidan que el pueblo es mucho más, que voladores y festejos.

San Roque un Valle de ensueño, dormido en el encantamiento de su palmeral.


sábado, 14 de enero de 2023

EL TECHO DE PAN DE ORO

 

El tiempo compuso las letras de la armonía en los perfiles de las casas viejas del pueblo, mas de cinco siglos de rezos y andares, sembraron la historia con el misterio del silencio y el encantamiento de una urbe medieval.

Juan Torres eufóricamente fue otro ilusionista de su destino, un personaje que creo la base de una gran familia posterior tan llena de gracia y desgracia en la supervivencia. Su familia de nacimiento se asentaba en la zona y la llamada del efecto barrio, le llevó a buscar con la intuición la residencia donde quería armar una familia feliz.

Por ello, cada vez que subía en la madrugada la calle altozano, el pensamiento le ordenaba el capricho, le confortaba el sentimiento agradecido de pertenecer a ese tipo de personas que la tenacidad le abre el camino de sus ilusiones, su vida ordenada con el valor de la abuela, creció en amor y valores y lleno la casa de hijos. Es verdad que aquellos pellizcos del destino, de las “perrillas” ganadas en la suerte, le abrió la luz que necesitaba para fraguar sus deseos.

Norita se acercó a la ventana de la habitación y escuchó a Juan Torres, hablando con el lechero, sobre los albores del nuevo día, era un amanecer plata que iba tomando brillo a medida que la luz, despertaba del sueño. El murmullo de otras voces lleno el aire de despertares y la vida volvió al barrio como sacada de las casillas del silencio oscuro. Los pernos del portón rechinaron al girar sobre su propio peso. Aquella puerta era tan antigua como la casa, debió ser un árbol enorme fuerte y prisionero que acabó cambiando su vida natural, por su vigilia urbana pintada de verde. Juan pensó después de mirar las bisagras que debía engrasarlas con molicote o cera. Hablaría con el carpintero del callejón para que le aconsejara.

El olor de la cocina corría por el pasillo buscando la salida de emergencia al aire, y en su paseo aromatizaba los rincones. Esa mezcla de café, gofio, leche hervida, queso, los duendes de la casona se ponían contentos cuando norita cocinaba, a veces el olor de sus potajes, subía la calle altozano, giraba en las carreñas y llegaba a la salida del barrio por la calle portería. Algunos aromas se despedían por San Sebastián, mientras que otros tiraban para el Roque, era un desfile de repartos por la ciudad, hasta aquellos olores seguían las tradiciones de las casas, el paseo de la vida por las calles de San Francisco.

Juanillo, tienes el desayuno listo, le decía la abuela al papa Juan, y como sabía que no le gustaban los huevos fritos, le decía “quieres que te fría dos huevos mi niño”. Solo para oírlo refunfuñar. guevos… Sabes que no me gustan los huevos fritos. Norilla. No se cuantas veces te lo digo. Pues a mi si me gustan Juanillo, los tuyos. Y el viejo sonreía con la mirada, por aquel sentido del humor tan espléndido de Norita Tejera, una mujer inmensa que lo enfrascó en la vida con una elegancia extraordinaria.

miércoles, 11 de enero de 2023

LA PALMITA –- GAMONAL BAJO – EL CASTAÑO

 

El eterno y variado paisaje de medianías de Gran Canaria, esconde multitud de rincones en poco espacio, tantos como imaginamos y repasamos constantemente, para buscar nuevos apéndices de los mismos lugares con otras vistas y miradas.

Los pueblos del interior, se multiplican de enlaces y pequeños núcleos habitados que forman los barrios de muchos de ellos. Diseminados, aldeas, barranquillos y hondonadas de las que siempre hemos recapitulado bien por la toponimia o bien por el lugar geográfico del sitio

La ruta de hoy es apta para todo tipo de motos. Y confluye en ambas direcciones un buen trecho de variedades.

Partimos desde el Madroñal, de alguno de los restaurantes que por allí abundan,  estamos en el municipio de Santa Brígida y vamos a tomar el primer cruce o entrada desde la GC- 15 a la cruz del gamonal, justo frente a la antigua iglesia del Madroñal, entra la calle GC- 132, que entre murallas de cultivos atrapados, nos saca al barrio la Palmita, que comienza un descenso entre el caserío hasta cruzar el barranco de Mireles que baja de San Mateo.

La carretera es estrecha pero con buenos pasos de desdoblamiento llegamos a las casas del Lomito donde avistamos el diseminado de la Cruz del Gamonal y su amplio esparcimiento rural. Siguiente cruce bajamos el barranquillo de la izquierda hacia el Gamonal bajo, que conectamos unos kilómetros más abajo entre fincas y descenso, hay bonitas vistas de la portada verde enfrente y el barranco que cierra un pequeño embalse con agua y mucha vegetación.

Continuamos la bajada por entre el pueblo del Gamonal bajo, que se encuentra apiñado sobre varios lomitos con bonitas vistas a Santa Brígida y hacia las cumbres de la Cruz del Gamonal arriba. Cerca del barranco avanzamos por los palmerales del Castaño y descubrimos una de las más bonitas estampas verdes de Satautey en La villa de Santa Brígida. Frondosos palmerales verdes bien conservados visten esta zona de laderas y barrancos.

En la zona nos encontramos algunos centros de salud mental, con mucha antigüedad. La carretera nos saca justo detrás de la estación de gasolina de Santa Brígida y a la General que entra al pueblo bajando desde San Mateo. La GC- 15

Si no conoces la villa bien merece una parada y un paseo por el casco histórico de muy buen porte y en bonito estado de conservación. Cuenta además con el museo del vino y una multitud interesante de oferta gastronómica y cultural

Descubre, conoce y cuida tu tierra


domingo, 8 de enero de 2023

LA LUCIDA AURORA

 

foto Sam Mao

La madera de la casona crujía de vez en cuando, era como un multiplicador de pequeños efectos, donde cualquier elemento invisible se hacía oír, a veces en la oscuridad uno se acostumbraba aquellos ruidos que nunca sabía interpretar más que por esas extrañas vidas que posee la materia, a la que no damos importancia. O a la que los propios sueños se encargan de inventar las pesadillas, cuando el desorden de las preocupaciones enhebra las historias más rocambolescas.

Juan Torres dormía de un tirón metido en aquellos pijamas largos y en los repasos de la triste llama de la palmatoria, hablaba con Norita, todas sus hileras de gestiones y preocupaciones, hasta quedar dormido entre las palabras. Norita escuchaba sin interrumpir y añadía soluciones de tregua o verdad, para que el duro corazón del viejo, se ablandara o reaccionara a tomar sabias decisiones en el transcurso de la vida. Ella jamás intervino en sus decisiones, hábilmente amortiguaba la solución con la inteligencia que siempre definió su personalidad de madre, esposa, abuela, todo amor y cariño, en cualquier circunstancia.

Despertó y sentó de nuevo en el borde de la cama, y resonó que tenía que mear. Y pensando que, desde la última vez, había pasado cuatro horas no más… Me estoy haciendo mayor -pensó- El reloj marcaba las dos y cuarto, hasta las cuatro, que solía levantarse, aún quedaban casi dos horas, eran aquellos despertadores que te grababan el tic tac con eco en el sueño, y que antes de sonar, le aplastabas la perilla de la alarma, por que movía todo el edificio y se levantaba toda la vecindad. Siempre pensé que uno despertaba antes que el despertador para evitar el escandalo que armaba, que parecía enfadado con vigilar el tiempo del sueño de cada uno. Tal vez por que no descansaba nunca y menos cuando la mano del viejo, giraba la mariposa todas las noches antes de meterse en la cama, detrás para darle cuerda hasta la máxima tensión de carga. Como si le retorciera las orejas y este se vengase en la madrugada.

Arrastrando las babuchas en los pies con deslizamiento silencioso, avanzó hasta el portal de la habitación donde se encontraba la llave de la luz triste, que desperezaba a encender al giro. Era corriente de 125W en hilos de cobre, aun estaba lejos la modernidad, pero era un buen adelanto para aquella casona antigua, que soportaba ya más de 300 años en la Montañeta del altozano. Ella se erigió como convento en los albores de la conquista, luego fue viejo almacén de santos y relicarios de los otros edificios de San Francisco. Y lo que ahora era un largo pasillo corredor que distribuía la casa a ambos lados, antes fue un largo balcón abierto a las plataneras de las Carreñas, con el poniente a los pies separando norte y sur en dos pasajes de una canarias antigua y entrañable. Por un lado, la calle altozano empedrada y de un ajetreo diario usual, por el otro, el cercado de plataneras que abanicaban los alisios al refresco de los balcones corredores, donde se colgaban racimos de piñas, ajos o cebollas a secar

LOS LLANETES - LAS JULIANAS - LUIS VERDE

  


Seguimos buscando los rincones de Gran Canaria en las cercanías, en el paisaje escondido ese que solo encuentras cuando eres capaz de forzar una escapada aventurera, el famoso dicho de perderse para encontrarse con grandes cosas que nunca conocimos, por no atrevernos. 

Hoy hacemos una ruta sencilla pero cargada de elementos aborígenes, con una estampa como las que buscaban nuestros antepasados para vivir tranquilos, por ello se fueron a vivir a las riberas de los barrancos, donde la abundancia de vegetación agua y cuevas hacían la vida más sencilla. 

 

Vamos a seguir descubriendo Valsequillo y su variopinta caldera de hundimiento, que hace un cerco de cordilleras en descenso desde la cumbre central, a ambos lados del valle para bajar al mar lindando con la ciudad de Telde por el Este.  

 

 

Partimos desde la Rotonda de la barrera, junto al surtidor, el último barrio de Valsequillo antes del descenso a Telde. GC-41 Hay buen surtido de bares por la zona donde tomar café.  Partimos hacia el casco de Valsequillo por el Llano del Conde y justo en la entrada del Roque, giramos a Izquierda por la entrada señalizada de los Llanetes.

viernes, 6 de enero de 2023

EL DIA QUE CONOCÍA A MARYLIN

 

Ella era morena -antes- de mirada profunda y brillo en sus ojos oscuros, su mirada era una radiografía de la vida, un diagnóstico de su mundo y aunque confundido quedaba a atrapado en su imantada presencia, siempre aprendí que el amor, nace, se exhibe y nidifica em su explosión que comparte, ilustra y resplandece. Ella era consciente de sus habilidades para captar la energía positiva de su vida. Como encontrar sus demandas, sus controversias, asistencias, anhelos, conexiones…

Esa rubia imponente que le robó a su destino su alma, que hecho el mal de su lado, que sopeso la justicia, el equilibrio, la satisfacción de enhebrar la vida con artesanía de bienestar para todos, de pulsar los miedos, las intolerancias, las fatigas. A luchadora no hay quien le gane a protectora no hay quien se atreva, a benefactora le puede la lucha, todo honor y entusiasmo y pasión.

Ese día, lo recuerdo bien, declaré otra mujer en apariencias, ella libre, imponente, exclusiva, la madre de… La esposa de… La autoridad de… Cuantas aptitudes le cayeron de repente. Pero mantenía el tipo como un angel rosa, rubio. Esplendoroso, confundido con su autoridad de musa de un Velázquez. De Diosa de Confucio. Adivina de platón, fidelidad de emperador. Siempre atenta al pensamiento libre, siempre resuelta en el planteamiento duro…

Ella llegó escoltada en un Buick V12 de 1932 una de esas extrañas obras de arte que aún ruedan por nuestras geografías de los sueños de la poca existencia y esplendor ocasional. Ella giró su silueta en donaire. Expreso felicidad en su instinto, colapsó el aire del misterioso encuentro de atracciones espontáneas. Contaminó el silencio de los pájaros, que escoltaron sin trinos de rama en rama su profunda convicción. Lleno de voz y susurros el deseo, la arritmia de la música entrañable de los compromisos y bailó su generosa silueta antes de abandonar su personaje de Marilyn. Se entregó a la justicia de su libertad personal, a la causa de su extraño personaje habilitado.

Yo aun, miro el cuadro de su abundancia genuina, para pellizcar mi encuentro como el día que conocí a “Marilyn” en mi vida. Y que Dios me regaló su compañía y virtudes para encontrar la razón de su existencia y la mía

LA MAMANORA

 

Hay momentos en la vida donde hablas solo con el pensamiento, donde el tiempo es un tormento que mide la luz de una esperanza que se apaga. El deslizamiento de las zapatillas de pepe, por el pasillo era un compás de brillo en cada pisada, era un deslizar de la suela de goma contra el piso de cemento del corredor de aquella vieja casona de San Francisco, y la luz regalaba brillos en las horas del mediodía, era como el camino de Santiago, kilómetros y kilómetros de pensamiento encapsulado en el corazón de los peregrinos. Ante paisajes celestiales de miradas al encuentro, El tío Pepe fue el fiel servidor de mamá Nora, el soldado que vigiló la guardia del castillo de su reina. El que abrió el portón de Altozano y dio la orden de paso de todos los que se acercaban a pedir a “mamánora” su consejo. Su guía espiritual de los vaivenes de la vida. Ella escuchó por bocas ajenas los aconteceres de la vida, siguió viviendo en los pensares de quienes regresaban a su hogar y les traían las noticias del mundo, ella interpretaba sus angustias, sus alegrías, sus ilusiones y las reconvertían en cuentos de felicidad contenidas, en esperanzas al encuentro de corazones rotos, de tareas ingratas, de obediencias disciplinadas, ella amortiguaba el efecto rebote y transmitía el consuelo generoso y el aliento filosófico. Cuantas verdades encerraban sus palabras, por haberlas vivido, por haberlas compartido, por haberlas sentido como si fueran suyas, más las propias hilvanadas con los aconteceres de su destino. Altozano se convirtió en la patria chica de la familia grande. Era el rosario de las cuentas y de volver a empezar. Y fue el tiempo el único testigo de cantares espontáneos en explosiones felices. Y hablaba pepe en consejo subyugar consigo mismo, cocinando sus propios cometidos de oficial en pensamiento libre y formalidad castrense. A veces sin saberlo, marcaba el paso, como obediencia a su entrenamiento, regalaba a sus ordenes una marcha espontanea formal. Y al pasar a la altura del recibidor donde la abuela, pasaba los días esperando a alguien con poder para llevársela. Saludaba con giro disciplinado de la cabeza. Paso firme y marcha lenta, admirado su obra en ciclos repetitivos. Mientras la abuela mandaba el pensamiento a la academia, aquellos días felices donde la vida, le enseñó a interpretar su suerte y sus inquietudes. Ella andaba entusiasmada con poder actuar en el Pérez Galdós, -en sueños- cuando ante su disciplina de canto las hijas de los señores de Manrique de Lara, le miraban de reojo y sonrisa, diciéndole Norita instrúyenos a cantar otra vez la canción de la Regina. En el fondo, la abuela era de una dulzura transparente a la que nadie osaba herir, pues su néctar producía felicidad a borbotones y habilidad para reconducir cualquier altercado de celos o empatías.

Pepe se clavó, a la altura del recibidor, que distrajo el pensamiento absorto de la abuela, hizo una media vuelta con una precisión ensayada de alto rango disciplinado. Gestó el quitarse el tocado. Y expresó en perfecto español ensayado. ¿A su majestad le apetece un cafecito? Es la hora oficial. Dijo la abuela, para entrar en razón. ¿Es la hora majestad? Repitió Pepe, tranquilo de haber enviado el mensaje correcto. Y sin querer deslizó una pequeña mueca parecida a una sonrisa disciplinada. A lo que la educada abuela en clases de canto y bordado, en las mejores academias de Las Palmas de Gran Canaria, en los años veinte, en el codeo con la aristocracia de la época emergente de una ciudad venida a más. Contestó. En perfecto español educado entre Marpequeña y el Callejón del Castillo. Con un donaire. Púes cógete el culo. Soldado.


EL MESON – EL HORNILLO – LA REYERTA

 


Volvemos a las medianías de San Mateo, ahora que los relinchones afloran, las margaritas se revelan y las abejas trabajan como si la primavera continuara desde el último verano. Y es que la isla desde aquellas lluvias generosas del famoso “tiempo del sur” tranquilo y acuífero, no ha bajado el verde intenso, es uno de los años que el invierno canario es más largo, y nos quedan los meses de las flores temporales, almendro, trebolina, retamas. Que maravilla vivir en canarias.

Ruta apta para todo tipo de motos.

Vamos a partir de San Mateo, pueblo que siempre está de moda por su actividad comercial y pueblerina, las tiendas aún funcionan con la sintonía de la normalidad, los restaurantes siempre a tope y selectos, el viejo molino del gofio, aromatiza la calle con una entrega histórica de su vida útil, y es que este rincón de Gran Canaria, bien merece todas nuestras visitas y consumo.

EL MOVIMIENTO EN GRAN CANARIA. CAP 6

Se había enterrado el siglo 19, ya quedó atrás la triste melancolía de un paisaje diáfano, el movimiento en Carruajes había experimentado un auge descomunal, y en la alta alcurnia, se hablaba de las corrientes industriales de la Europa del metal y la combustión. Los inventos, antes de nacer ya se hacían viejos. Y todos auguraban el despertar de la combustión a vapor o gasolina en el inmediato siglo XX los elementos que llegaban paralelos hacían presagiar un resurgir de una nueva modernidad antes poco usual. Pero no tengamos prisas por el futuro, que ya está aquí.

                                                      Triciclo francés conducido y elaborado por Albert de Dion


Arucas tuvo la suerte de ser la primera ciudad del archipiélago que vió rodar un artefacto de combustión a vapor sin tiro de caballos de sangre, el primer vehículo que arribó a las islas lo hizo a mediados de 1901. con un traqueteo inusual era un triciclo a vapor. Un vehículo francés, tipo; Albert de Dion, Botton o León Serpollet que escupía humo, a través de un tubo que salía de una caldera tipo cilindro y a la que Don José Claris, Ingeniero de la industria Azucarera de Arucas. Atizaba carbón u madera para hacerlo andar dando pujidos. Aquella efeméride histórica tubo un principio feliz pues no era ni moto ni un coche. Era un triciclo. Pero andaba solo. Los datos más significativos que gastaba 2 kilos de carbón por kilómetro, “madre del amor hermoso” y llegaba alcanzar los 45 kilómetros por hora. Todo un récord. Había nacido la autonomía y el movimiento mecánico, imaginen que ya no se hablaría de otra cosa en los siguientes meses, años, siglos. Tremendo espectáculo. 

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