Antes
de que el verano se haya extinguido el tiempo nos ha dado un regalo de
autoridad como hace muchos años no vivíamos, que el otoño traiga una tormenta
de agua serena y brutal, es un obsequio para los campos secos de las islas, y
convierten el pasaje otoñal en el invierno más largo que probablemente hayamos
recordado. De repente la temperatura a caído diez grados, las nubes se cobijan
de nuevo en las montañas y la tierra revientan agua por todos lados, pronto el
verde regresa a nuestros campos y nuestra mirada recupera el mejor paisaje
isleño el del disfrute en ruta.
Ruta apta para todo tipo de motos.
Cruzamos
varios barranquillos y lomos. El del frontón, la degollada colorada, el lomo la
cumbre, pronto tendremos una visión abierta de Cueva corcho y su famoso arco de
acueducto, que conecta desde el Lomo de hoya fría con las umbrías de corcho por
el barranco del charquillo, que más abajo se llama de madrelagua. Pasando el
arco de Cueva corcho conectamos con la GC-21 que lleva a Artenara desde Valleseco,
que en la dirección que vamos a tomar es a bajar a Lanzarote de valleseco. A la
izquierda de nuestras vistas el último fuego pasó factura también, pero el
milagro de la naturaleza a devuelto el color y los perfiles a la Hoya de la
tosca, donde comienza la gran depresión del barranco de la Virgen, El barranco
de los andenes y las famosas cuevas del anden abajo en el profundo tajo de
tantos barranquillos y riscos de piletas, todo un espectáculo natural de
magnitud.
En
el último pasillo bajando la GC-21 por la majada de las ovejas, encontraremos
una entrada de finca, acceso a la derecha de la umbría de corcho, que sube un
pequeño repecho y hay un buen aparcamiento antes de cruzar al interior del hoyo
los manzaneros, para introducirnos
aunque sea andando en el cortijo de Caldereta una serie de volcanes antiguos
cuyos cráteres abiertos han formado un precioso valle de manzaneros y pinares,
una estampa espectacular de amapolas y flora de primavera en las cumbres, merece
la visita, dejando la moto fuera si no queremos internarnos en la tierra que es
de varios cientos de metros y el acceso es restringido.
Casonas
tradicionales canarionas, y un cortijo de los que se añoran en los pasajes
alpinos, hay varios caminos reales que circundan este espacio natural de
inmenso valor paisajístico. Después de la visita podemos tomarnos el descanso y
el aperitivo en el cercano Lanzarote de valleseco a escasos kilómetro más
abajo.
Conoce,
descubre y sobre todo cuida tu tierra.
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