Querer es poder, constancia
por los objetivos es la meta, ilusión por desarrollar el contenido es la
esperanza. -Epicteto- el filósofo griego que defendió que lo que de verdad
inquieta al hombre no son las cosas, si no las opiniones acerca de las cosas y
para querer que tales actos importantes tengan la mejor prensa, debemos
enmarcarlas de ilusión, trabajo y constancia.
Hoy quiero regalarles a todos
el valor más humano que avala la convicción de hacer de nuestros anhelos un
estado de fe permanente. La esperanza, como estado de ánimo realista y
optimista sobre la voluntad de que el cambio es posible, con el compromiso de
que lo empiezas tú, si lo deseas de verdad.
Hace ya unas cuantas legislaturas,
nos acercamos asamblea Valsequillera con la misma ilusión a desarrollar
los anhelos de los proyectos para gobernar un pueblo, buscando y apostando por
fórmulas diferentes de trabajo y exposición para conseguir objetivos y en todos
estos años, jamás e visto flaquear la esperanza de los justos, de un colectivo
que lleva la bandera del honor y la honestidad en sus principios, la humilde
nobleza de la gente que cree en que las cosas se puede hacer de otra manera, más
diversa, justa y equitativa, en esa tesis, trabajan como hormigas, luchan como
jabatos, se manifiestan con la empatía de ser libres en sus debates y asambleas
tan llenas del romanticismo de la antigua política del pueblo, aportan su esfuerzo como valor constante, sus
manos, sus ideas, su sabiduría. La familiaridad con que se llena el espacio de
las virtudes es tan generosa, que nada tiene comparativa. Ni por asomo, a esta
grandeza de los colectivos humanos.
En asamblea Valsequillera,
las personas llegan ayudan, aportan lo mejor de sí por desarrollar los proyectos,
se dan un baño de humildad con los valores que nos unen y dejan siempre la
huella de su trabajo por la comunidad como un bien necesario, los egos se
difuminan, las dudas se aclaran, los objetivos se manifiestan y la línea de compromiso
es la voluntad de cada uno. Parece una utopía en pleno siglo XXI Donde todo se
compra y se vende a golpe de poder. Pero es tan real que nos enorgullece su
acertado destino, nadie viene a buscar nada que no sea ecuánime de un colectivo
unido, preocupado por el bienestar de su pueblo
Hoy me encontré a Pipo, nuestro querido Pipo que un día brilló en la política por usar la misma fórmula de la asamblea que lo llevo hasta allí. Y me sentí tan agradecido de su talla personal por el talante continuo de honor y naturalidad con el guion que la vida le dio, para desarrollarlo y hacernos sentir orgulloso de su elegancia política. La gente le saluda con un cariño especial, sin falsedad. Llegar, aportar lo mejor de si y sembrar la esencia de asamblea Valsequillera cuando toca gobernar.
Y los ciclos se repiten, por
que nadie está invitado a empoderarse del poder del pueblo, el servicio al
pueblo y a sus virtudes es trabajo y constancia, es ilusión y anhelos y la
agradable sensación de poder aportar a que la sociedad sea mejor y más grande
en valores. Por ello, está ilusión perenne de esperanza y sosiego en cada nueva
legislatura es el resultado del trabajo personal de cada uno, de la voluntad de
mejorar las situaciones anómalas en la demanda de ese valsequillo ejemplar.
Pase lo que pase el fin de semana,
nos sentimos ganadores porque el cambio lo empiezas tú y eres ese enlace de
continuidad de nuestras ilusiones, las que se manifiestan cuando las cosas no
van bien, cuando la gente deriva sus responsabilidades y convierten en prioridades
sus caprichos, los actos de servicio a los demás no son obligación de nadie,
pero si argumentos para no actuar como si estuviera en su finca privada.
Asamblea Valsequillera, es el
honor de los que trabajan en silencio y consiguen los objetivos -partiendo
almendras, una a una-. Realzando el valor de su artesanía y sus tradiciones, su
idiosincrasia y ruralidad, disfrutando la generosidad de trabajar por la comunidad
del pueblo en su esencia, pero siempre preocupados por las cosas bien hechas
por principios y deberes ante la sociedad.
Unidos por el deporte, la
juventud y la cultura. La que en su tesis más profunda hace mejor, más justa y
equilibrada la sociedad.
Gracias por no desviar la
ilusión y la esperanza, porque el cambio lo empiezas tu
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