A veces la realidad supera la ficción, cuando el ser humano toma decisiones políticas para salvar el mundo. Esta obra de arte representada en una fuente en Berlín es un grito del silencio a la testarudez humana, al egoísmo de la civilización actual. Cuanto tiempo debemos esperar para que nos llegue el agua al cuello en discusiones absurdas sobre el ombligo y el interés de las minorías, en prejuicio de las mayorías. Es increíble y cierto, los mensajes de angustia de la madre tierra manifestando con catástrofes los reparos ausentes de la sociedad, que piensa tarde y mal.. En este representación de la triste realidad queda el eterno dilema del hombre se autodestruye
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