Deja que suelte la palabra, que labre el pensamiento en un caudal de lectura e inspiración, la suerte de tener el mecanismo que elabora el tejido literario para disfrute del pensamiento activo. Soñar y contar los sueños, vivir y contar la vida desde la observación y las perspectivas. Es la melodía de la lectura quien lleva en volandas la suerte del encuentro. la filosofía de una vida buscando la plenitud a través de jugar con las letras y los mensajes encriptados que desvelan belleza literaria

sábado, 19 de noviembre de 2022

HOY YO VI, QUE LLOVIO...


Tal vez en una de aquellas gotas que cayeron al suelo, iba mi nostalgia y mi demanda, yo suelo ser solidario con el campo miro la expresión de su belleza invernal y detecto, si el sol mete más energía que el equilibrio de su esplendor, luego pienso que tal vez, en esa compensación de la vida con el astro rey, se vaya y añoren tantos misterios que me enredo en el pensamiento, para abstraerme de mis causas justas. Efectivamente llovió, y me alegre por la hierba, sé que estaba sedienta, que las noches de lágrimas y condensaciones no llegaban a tallar la voracidad de un sol que entona y saca pecho a todas las plantas. Vivir en el paraíso tiene delirios de belleza, se confunde la primavera con el otoño y el invierno. El verano es cosa del sol constante, con la suerte de un rocío esporádico, aparecen miles de insectos que reivindican huelgas de naturaleza, es una explosión sin control de repente todos se manifiestan con una algarabía, digna del final de una guerra, o de un aterrizaje espléndido en la luna del siglo 19. Pero como puedo hacer lectura del misterio natural, como puedo interpretar los ciclos si la vida es un misterio constante enaltecido por este recital de abundancia de soles y gotas asociadas en rocío, que escapan buscando fecundar vidas en territorios de luz perennes. Detrás de las nubes bajas, se esconde el verde de mis sueños, me consuela su ternura vital, es un cuento que no termina mientras las aves, zarandean columpiando aleteos sin compás. Llovió y fui victima de mi nostalgia, el invierno de mis pensamientos, sacude plumas de inspiración de un alma poseída por el don de la sensibilidad mas inadvertida.  Miro a través de la ventana de mi hogar las nubes altas, se toman un respiro del trabajo, para jugar con el cielo azul de las alturas. Caprichos aéreos y gaseosos, tal vez. Todo es belleza serena, bondad de un Dios omnipotente.


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