sábado, 1 de julio de 2023

ANCOR Y GAVIOTA

 


Ancor es un divino tesoro, un chico iluminado de carisma, pensamiento y actitud. Es a toda la familia el punto y aparte de la lealtad el aprendizaje y las virtudes. La mano derecha del abuelo, del padre, la madre, la abuela, la tía, el tío, el hermano, los primos. Una especie de personaje peculiar gratitud constante, valiente y entendido en materias agrícolas, ganaderas. Todo un aval para un prometedor futuro. Su perrito Gaviota es la solución al tiempo de aprendizaje, la compañía animal con la que surte los efectos de la amistad y el control de la compañía.

El día que la gallina puso un huevo y lo encontró, descubrió el poder de la gallina y el milagro del huevo. Fue dando clases de reproducción y cuidados de las aves de puesta. Y consiguió que todos le concedieran la virtud del maestro, que observa, aprende y alimenta sus sueños de conocimientos. Le pide a la abuela que no le tire las pipas de los aguacates, ni de las semillas, para replantarlas y cuidarlas, regándolas cuando viene del cole, se regocija de los milagros de la naturaleza y consigue que nos cuestionemos su categoría humana infantil.

Es ávido y capta con una inteligencia especial los acontecimientos a su alrededor, está siempre cavilando y perfeccionando todo lo cuestionable con un entusiasmo increíble para su edad. El día que la profesora lo presentó en clase como un niño comprometido con los animales y la naturaleza. Y le preguntaron que si las cabras que cuidaba, daban mucha leche. El con la sabiduría de un viejo experimentado les soltó con increíble entusiasmo de maestro. Que no… Que las cabras estaban “ajorrás”.  Vamos que se secaron. Y hasta tubo que explicar el concepto.

En el último cumpleaños ideo un plan con la tía él quería una tarta especial, pero quería que fuera una sorpresa, entonces le pidió acompañarla a la pastelería que el personalmente le pediría al pastelero que le hiciera algo creativo. Y Así fue. Le llevó una cabra de play móvil pequeña para decorar la tarta, y le pidió que se la colocara allí en un punto de la circunferencia, la cabra tenía que asistir a su cumpleaños en forma de ritual infantil de juguete.

Estos días atrás le pedí, que el día que cogiera limones me consiguiera unos cuantos para zumo. Y dejó la conversación a medio, sin decir nada desapareció. A los cinco minutos apareció con un kilo limones en los bolsillos, recién cogidos del árbol. Toma Feli. Aquí tienes los limones. Increíble, como soluciona todos los retos que se le cruzan. Y la abuela lo tiene siempre en la lista de los encargos, pues adquirido una habilidad especial para ser útil.

El mensaje antiguo de la abuela Benita con respecto a esta naturaleza tan genial de Ancor rezaba: La ayuda de un niño parece poco, pero el que la pierde se vuelve loco.

Grandes estos dos personajes tan familiares como Ancor y Gaviota. Dos duendes de virtud y energía.


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