Hay una de pizca de chispa que arranca el motor de la creatividad, apenitas un cuarto de vuelta, - media manivela- Él se da el cachorro patrás y le florecen las ideas sin riego, en el pensamiento, entonces arranca la retahíla de la prosa y el prodigio de la memoria le va enhebrando la causa, los golpes de humor socarrón son muletillas del arte, que se cuelan solas, en el momento correcto. Mentiende¡¡…
De ahí su magia, su cultivo genial, sin mayor
amparo que la gracia, mayor tragedia que la chispa de la vida, mayor orgullo
que el arraigo isleño, cuando su figura se asoma al micrófono transformada en
Maestro Florido y su contenido verbaliza, hay un personaje nítido, simpático,
tan nuestro como la tierra, tan verbalizado como su instinto socarrón, tan genuino
como su humilde persona. No es un humorista, más. No es una expresión más de
desacatos a la profesión, sin verbo, ni gracia. Es la dulce sintonía de nuestra
esencia, de nuestras cosas, costumbres, maneras, tiempos. Nunca las mañas
pierdan su andanza por el pueblo llano, como el cantar de lo nuestro, como la esencia
de la natura. Su inventiva de la risa, debe ser registros protegidos por las
formas, archivos documentados por la gracia, garantía y esencia de nuestro
humor canario
No hay comentarios:
Publicar un comentario