Y
es que, aunque parezca poco son 80 años de diferencia prácticamente, esta
observación viene a colación, por la conversación tan interesante y sugestiva,
que tuvieron ayer Dayana y Carmensa. Mientras Rosa Marina disfrutaba en
silencio de sus quehaceres caseros escuchando la rima de dos mujeres tan
distantes.
Bisa.
Le decía Day a Carmensa. Yo tengo que ordenar este lugar tan grande, tu
mientras estas ahí sentada replicando mi conducta, tengo que echarle de comer
al perro y sabes que me gusta que coma despacio, para que pueda crecer y así
podrá hablar igual que yo. El perro la miraba con cara desconsuelo y gemía como
solo lo saben hacer los perros, pidiéndole algo más de comida, ya que las minúsculas
piezas compactas del pienso tardaban una eternidad de las manos de Day, al
hocico del animal. Mientras conversaba con la Bisa. Es que es un desesperado para
comer. Bueno a mí también me pasa cuando Abu, me corta las frutas, que me desespero
por que me encantan. Day mira esto, la Bisa trataba de robarle sonrisas y simpatías
mientras ella señalaba con un dedo arrendando las mismas mañas que hace la bisa,
como intimidando con fotocopia la posición de su postura.
Se
acercaba cariñosamente a la Bisa y le decía Abu. Como dando un aprobado a sus
conversaciones. Mientras la Bisa pensaba que aquel pizco de mujer era capaz de
gobernar al mundo con su actitud. Cuanta energía contenida manifiesta. Venir a
casa de la Abuela es un regalo de familiaridad que la hace feliz, hablaba con Carmensa,
diciendo que el abuelo Paco, es un cielo, me da mucho cariño y yo no puedo
decepcionarle porque me compra muchos regalos y me atiende genial, es un
superabuelo, que me lleva de paseo y me enseña las cosas del mundo.
Carmensa
bajo al entendimiento infantil arrullándole cariños y cortesías, mientras Day,
le decía abuela tu no entiendes que no puedo compensarles a todos por los
cariños que me dan, tienen que tener paciencia, yo necesito comprobar mis posibilidades,
todo están grande y esta tan alto, que aquí abajo, solo conozco al perro, pues
mantenemos el tipo y la altura debajo de la mesa o por el suelo.
Pero
en breve me soltaré hablar y tendremos unas conversaciones interesantes Bisa, A
mi me gustan muchas cosas que he visto por el mundo y aunque no pueda hablar prometo
aprender en breve y escucharas con atención donde viven mis otros abuelos. En un
país muy bonito y frio. Fui con mis padres hace unos meses, y tenías que ver
como nos adoran también allí y mis abuelos hablan otra lengua diferente a la de
ustedes. Yo se lo que me dicen y detecto su infinito amor.
El
perro con unos pocos granos de pienso en los intestinos, decidió, no perder más
el tiempo en el mecanismo de espera impuesto por Day, hablando con la Bisa. Se
suele echar y mirarte con fijación, aunque a veces se relaja y se duerme.
La
Bisa recorrió todo el año 1943 hasta 1948. Buscando algún recuerdo em su mente,
que le acercara a Day -acababa diciendo que éramos tontos e inmaduros de crecimiento-
porque su clarividencia estimulada es un don mágico para un niño, su actitud
una independencia par su crecimiento, su amor familiar un desarrollo para su
existencia.
Que
hermosa conversación mantuvieron ayer la Bisabuela Carmensa con la Biznieta Dayana.
Aunque Day siempre tiene la última palabra, afirmando con el movimiento de cabeza
su propia credencial.
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