Y
en esos pasajes de búsqueda, descubrimos lugares que nos subleva la visión, el
entendimiento, las perspectivas. La isla es tan inmensa, rica y variada, que
descubrir sus encantos escondidos en los miles de paisajes y miradas, nos
llevaría una vida entera el escudriñar sus caminos, sendas y carreteras.
Los
pueblos del norte tienen mucho de estos encantos, que pasan desapercibido en la
inmensa riqueza del paisaje, por ello nuestro anhelo de momento es saber de su
existencia y acercar su localización, pues poco más podemos hablar en un simple
paseo por su geografía.
Ruta
para todo tipo de motos. Partimos de la rotonda del Pagador, al
pie del pueblo del Roque costero y majestuoso que parece una colmena blanca de
mejillones apiñada y dormida sobre el susurro eterno del mar del norte. Estamos
en el municipio costero de Moya. Y subimos por la depresión de Cabo verde, la
GC-75, entre una hondonada de Palmerales bien conservados que imitan oasis
salpicados de vida entre los riscos y humedales.
El
cruce de Cabo Verde, lo tomamos a la derecha GC-752 y remontamos por una pista
algo más estrecha que la anterior, pasamos la cantera de cabo verde, que junto
a la de Arucas, han decorado la mayoría de las fachadas y casas coloniales de
Canarias, en el primer cruce de derecha entra el camino al Morro. Podemos
llegar hasta el final, entre fincas y cercados de tosca blanca, para tener una
visión de la costa de San Felipe y el charco de San Lorenzo. Continuamos
remontando entre las casas antiguas de la calle principal del pueblo de cabo
verde y buscamos entre los pasillos y callejones de la Cordillera que nos lleva
a nuevas visiones hacia el otro lado al imponente Barranco de Moya y el
Hormiguero
En el Risco de los andenes se asienta el mayor número de habitantes de Cabo verde, aprovechando las vistas sobre las plataneras de Cabo verde un paisaje sacado del caribe isleño y el soco de las rocas de la Montaña, muestra balcones y miradas sobre el amplio paisaje, Por allí baja el camino de barbarita y más allá el camino viejo, o el camino del Andén que juntos conforman el casillero de andanza, de la parsimonia del tiempo antiguo que se mantiene en estos pagos, la presa de Cabo verde siempre con agua, mantiene el color del paisaje atrapado en sus barranquillos de piedra
Para
los más atrevidos hay un paseo de algo más de un kilómetro, por la umbría hasta
la Hoya Calvo desde este lugar y por tierra, adentrándonos por la garganta del
inmenso barranco de Moya, que abre sus entrañas desde el mar hacia las cumbres
de Galdar.
Por
supuesto Moya como marca de repostería y cocina esta tomando buena nota y
elaboración con la croquetería de Moya, en la que puedes comprar y saborear su
fama. En Cabo verde encuentras una de sus tiendas.
Descubre,
conoce y, sobre todo cuida tu tierra.
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