Entre el barranco y la montaña quiso excavar en el tiempo, el secreto de los antepasados que guardaron los elementos, cueva tallada en la roca que apenas la luz alcanza, que misteriosamente te revelas como caverna de añoranzas.
Y entre tus paredes apiladas se esconde lagartijas que viven en el paraíso de una tierra olvidada, Caideros que bañan juncos, que ayer enhebraron cestas hoy reverdecen alegres, sin nadie que poden crestas
Inviernos que llenan aguas de escorrentías, a sabiendas del regalo, guardamos para sequías
Allí nació el milagro de descubrir en la roca un escondite seguro, el agua que nadie toca.
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