Un
pedacito de cielo, se encoge en su corazón y palpita con la necesidad de
manifestar su vida, de aprender y descubrir, porque está aquí. ¿Por qué le tocó
esta familia?: Este regalo, estas sonrisas… Su madurez, va escalando días con
puntualidad y fortaleza, con avidez y desarrollo, ya no es la recién nacida de
cristal, que parecía romperse con la mirada; va formando sus capas aislantes de
crecimiento y piel; estira sus facciones, su pequeño cuerpo de bebé se mueve
arqueando y girando su físico, ya descubre sus movimientos. Los de sus pies y
manos son activos y constantes, los de su cuello, gira en acuerdo con el sonido
que percibe, responde a la voz, buscando con el movimiento, el eco de las
palabras o arrullos. Está erguida siempre, por que interpreta esa postura como
la mejor para sus consultas y golizneos.
Famara
duerme y toda la legión de angelitos le susurran en sueño, ella boca abajo, y
con la cabeza girada, a descubierto una posición excelente, para calmar sus
digestiones y complacer sus pequeños músculos que ejercita, desde el minuto cero
de su despertar. Ahora y en naturaleza de sus cansancios, va estirando sus
sueños, más plácidos cada vez y menos oportunos, comienza a descubrir la naturaleza
de la adaptación del exterior, encuentra en el intercambio en el placer de
medir los tiempos de comer, llorar o dormir. Mientras todos la miran y quieren de
esta bondad una hermosa niña que colme la felicidad de los suyos; los relevos
generacionales se manifiestan en estos ciclos de creación, Abuelos padres, hijos,
nietos y cambió de ciclo. Y así hasta el infinito de la cobertura en la tierra.
El aprendizaje es ahora, la explosión del amor infantil, hay que prepararlos
para la vida adulta, para fortalecer el pensamiento, la palabra y sus obras.
Famara
llegó en la bonanza, en la tecnología, en la bondad y en el ciclo de las
entendederas y derroches. Su tiempo -este que pasa tan rápido- ya tiene fecha
de expedición, el crecimiento y el desarrollo lo va realizando con nota y
etapas, su pronta conexión con los estímulos de la vida le auguran un
aprendizaje rápido y tierno, resuelto en una cuna de amor potente y familiar. Famara
es hoy dueña de sus destellos y estos flashes de su mirada le marcan el destino
de su integridad.
Pedazo
de flor encantadora en su expresión de vida. Jardín mimado con amor.
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