lunes, 30 de diciembre de 2024

GIRA EL MUNDO. GIRA


Soplado por el viento, mecido por la mar, pintado por la aurora, dormido por las sombras, al despertar, añorado por la belleza constante de su luz y matices, Cuanta armonía baila en la soledad del mar, cuantas historias cuelgan tus velas, cuantas tormentas tus nubarrones y puestas de sol en un altar.

Y el halo de tu luz que no cesa, y el latir de tu vida que danza en movimientos, que corren tras del sol, delante de la vida. Tal vez tus ojos no logren ver los colores, ni tu alma sentir la nostalgia del tiempo, pero la melodía sigue sonando, la tierra sigue girando, por los siglos de su verdad, cuanta belleza serena, armonía en una postal.

Y volverá el mañana a levantar tus sueños, y volverá el mañana a brillar, despierta pronto que el mundo sigue girando y no va a parar.  nuestra vida son estaciones, es lucha por la realidad, es valiente quien trabaja por la esperanza y la justicia social

Y en las arrugas de tu piel, curtida va la experiencia de esa lucha sinigual, somos mensajeros del tiempo, que pasamos de puntillas por la corteza de la tierra, apenas unas huellas para seguir el camino, apenas aliento para justificar el destino…

Gira el mundo, gira.

sábado, 28 de diciembre de 2024

EL OLIVO QUE PIENSA

 

La madre tierra es capaz de sorprendernos en su infinita sabiduría, que ha convertido los acontecimientos naturales en una forma de transmitir pensamiento y belleza. De llevarnos a reconciliar nuestras decadencias con la antigüedad del planeta y la realidad de sus maravillas.

Esta curiosidad natural se encuentra en Ginosa -Tarento- Al sur de Italia, tierra dorada de sol, que baña el mediterráneo en su infinita antigüedad de culturas milenarias. El Olivo centenario ha llamado la atención a los curiosos, ya que su enorme tronco, se ha convertido en la cara de un filosofo pensante. Con la expresión de sus ojos, nariz y boca incluso, el soporte de su mano en la barbilla en la actitud pensante.

Según los testigos históricos hablan de unos cuantos centenares de años, aunque la localización de su lugar de ubicación la mantienen en secreto los protectores del medio. Del Parque natural regional de Gravine Joniche, para evitar su deterioro o atentados de curiosos. Una vez más nuestra madre naturaleza nos sorprende con sus espectáculos naturales vivos; El olivo de luras, el castaño de los cien caballos, El doble árbol de Carzoso. Y muchísimos árboles milenarios, que siguen desafiando la existencia de su longevidad.


viernes, 27 de diciembre de 2024

CUENTOS DE LA IMAGINACIÓN

 

Con la pereza del arriero andando va por el camino del valle, cargado de historias y experiencias sobre los lomos del pollino, el cargamento literario avanza despacio en los recovecos colombianos, el “biblioburro”, lleva los sueños de los niños pobres de los poblados rurales, transporta los cuentos de un mundo posible y una imaginación poderosa.

Luis Humberto Soriano, licenciado en literatura española, pensó como llevar la cultura a los lugares más recónditos de Colombia y alimentar la ilusión por la lectura de los pequeños. Entonces creó en 1997 en la Gloria -Magdalena-. Su Biblioteca ambulante a lomos de los burritos. Alfa y Beto sus amigos a los que gusta identificar con su proyecto. De un viaje hacia la imaginación y el aprendizaje. 

Solo puedo encontrar y dibujar este romántico y silvestre -como confiesa en sus entrevistas- como el alma que despierta a la curiosidad del mundo infantil, a esa parte dormida de una población que ya es rica en naturaleza y que tan solo le falta la divina providencia del saber. Gabo -Garcia Márquez- estaría orgulloso de su trabajo y bien cabe en uno de esos personajes ilustres y aventajados de Macondo. 

Recorre a diario, 20 y 30 kilómetros por todos los rincones del horizonte selvático colombiano y sus pasajes se adivinan como una bendición de felicidad por compartir cultura y saberes, fomentando la imaginación y erradicando la ignorancia. Los chiquillos de los pueblos, al dar la voz de alarma de alguno, ¡ahí viene!... La jarca de angelitos entusiasmados por el nuevo cargamento de reparto corre a su encuentro felices.

Luís cuando llega a nuevos visitantes, les lee en algún rincón bajo un árbol, la sintonía literaria de Platero y yo -de Juan Ramón Jimenez- y describe con entusiasmo del profesor ilustrado el cuento, que llega a tocar los corazones infantiles de este hermoso país. Llegar a los lugares tan alejados por caminos y veredas solo es posible en burro. De ahí su bonito proyecto, que nace para iluminar, siente que con la edad se vaya perdiendo su mensaje, que ya han captado miles de personas, niños y mayores

La mayoría de estas zonas rurales siguen comunicándose en burro, por veredas transitadas por arrieros, donde la comunicación se convierte en la magia de parar el tiempo y descifrar la belleza natural que nos rodea, un espectáculo que evangeliza el proyecto de por si en un hermoso cuento para contar más allá del continente y del país sudamericano, que brota con la fuerza de la esencia. 

Que hermosa leyenda de navidad


martes, 24 de diciembre de 2024

MOTOS DE MI NIÑEZ

 

Ya estaban en mi vida, cuando llegue al barrio, las sentía zumbar por la carretera, como las moscas danzando una comilona. Intento ubicar la primera imagen de las dos ruedas se me hace borroso y ruidoso. Las conocía y tambien a sus felices propietarios, sabía quién era habilidoso para maniobrar y quien más torpe. Analizábamos desde el minuto cero, las primeras emociones que nos transmitían las motos. Marcas de pequeña cilindrada, que invadían el espacio abierto del campo y era el ruido la primera señal de alarma, escuchamos su llegada y advertíamos su paso sin entusiasmo, era un bien necesario, un salva kilómetros laborales, con aquellas maravillas llamadas ciclomotores, que para nosotros eran motos, directamente -por supuesto con dos o tres años de edad, un ciclomotor era bastante grande- y subrayo, la evolución. Marcas que, dependiendo la fama, se recomendaban más o menos, el caso significativo de las nacionales e italianas. -vespas- La moto casera, la herramienta familiar del padre o el abuelo. Luego las marcas emergentes, que usaban reclamos publicitarios para exhibir su condición de favorita, como Derbi -campeona del mundo- cuantos miles de pequeñas antorchas vendió la fábrica de los derivados de bicicleta. Fue una auténtica revolución motorizar este país de pobres obreros. De salvar las distancias, resolver el trabajo y desencadenar las pasiones de la juventud, amor, escapadas, amigos y vuelta al curro.

domingo, 22 de diciembre de 2024

LA ESTACIÓN DEL INFINITO

 

Mirando al cielo con los ojos cerrados, lamenta y clama su transición, esperando que una luz infinita atrape y transporte su energía espiritual al otro lado, Ya no forma parte de este mundo y se ha puesto en la larga fila de la estación, allí espera día tras día el tren que debe llegar, se oye a lo lejos a veces, más fuerte y cerca, otras enmudecen su existencia sin indicios de chirriantes vagones, sus manos han soltado el equipaje, camina lenta observando los raíles, escudriñando los andenes, mirando al infinito, mientras una lluvia persistente y fina embadurna un paisaje de melancolía. No hace frío y su cuerpo semidesnudo y descalzo flota en un suspense de lamentos y reclamos. Ya no reprocha su existencia, oye voces que parecen ecos, son palabras cariñosas que golpea con afecto su conciencia, que le invita a sentarse, a relajarse a soltar la agonía de acelerar su destino. Aceptar una cucharada más de existencia. Pero ella se come el bocado de las prisas a duras penas y sigue caminando por la estación dormida ahora, sueña recoge del suelo unas flores amarillas y blancas -margaritas salvajes- y saltando en su niñez llama a su madre, mientras canta romances antiguos, con un puñado en la mano izquierda y una cascada de sueños que se mezclan con ilusiones, calvarios, penas y alegrías. Su madre la observa condescendiente y piensa en su niñez y en el espiritu libre que quedó atrapado en un tiempo que no era el suyo. Sonríe para sus adentros y le muestra labores para combinar con sus desplayes de caperucita. 

Los murmullos la despiertan y sin abrir sus ojos sigue danzando sobre olas de una tempestad sin definir, la sacuden y emite de nuevo lamentos, como si estuviera amarrada al árbol de una vida que no quiso nunca, una vida de arresto y mandato, una vida de tristeza y desespero. Ella ha rezado en esta vida para salvar mil almas, viaja en las paredes de su memoria, con una palmatoria en triste llama, avanza reconociendo todos los muertos del pasado. Algunos siguen vivos después de morir, otros siguen muertos después de vivir, los primeros se mantienen aislados por sus miedos al desapego, otros caminan en círculos mirando ventanas altas que apenas dejan pasar la luz. Están atrapados en sus juicios esperando veredictos, pero están muertos, otros están en un estado etéreo sonriendo y flotan como listos para evaporarse o despegar a otra dimensión, ella sigue avanzando por los pasadizos de sus sueños y sigue descubriendo las penas de la existencia, como liberar esa carga. La lucidez se acerca y le aconseja. Debes dejar de velar a los muertos, de llorar su existencia, déjales en paz. De su pasado no se aprende, más que sus destellos de amor. Su mente medita en blanco y piensa en la curiosidad de los laberintos, una sonrisa le relaja las pesadillas. Escucha el rubor de olas que plácidamente se desbordan corriendo por la arena, mientras la luz del sol brilla en el espejo de su alfombra y ahora mira a sus pies como la huella de sus pasos se hunde en la arena, mientras el agua le hace cosquillas de rebosos…

Se oye un fuerte pitido en la estación a lo lejos y la algarabía de las partidas, entonces corre con la angustia y el desespero de no llegar al peaje, gritando esperen, esperen… Pero el tren gira de nuevo lentamente echando un humo blanco que vuela y disuelve las vías, se ha vuelto a escapar…  La estación está desierta, llora y llama a su madre de nuevo. entonces se sienta en el andén y se pone a tirar piedras contra las vías metálicas, golpea el metal y suena a campanas, recuerda la misa y corre a buscar el traje de encajes con florecillas de borbotones y se mira en el espejo de un charco de agua. Se siente coqueta y busca los pinceles del decoro para presentarse delante su madre como regalo de voluntad, corriendo por las veredas, tropieza y sangran sus rodillas, llora y lamenta la mala hora, la mala suerte, la mala dicha, la maldita existencia de sus enredos. El tren vuelve a escucharse entrando en la estación, pero ahora está lejos y sus lágrimas y cojera no la dejan correr a su encuentro. El recuerdo de sus padres se acerca, le sonríen y la consuelan.



LLORA EL CIELO

 

Llora el cielo y sus lágrimas salpican la tierra reseca y dormida, y en la corteza de los almendreros el negro de sus corazas se humedece y mantienen inerte sus varas de alambre. Llora el cielo y la tierra es ahora un pañuelo de lágrimas que se empapa por zonas, todo es silencio manso, mientras las gotas mas alegres se deslizan por los toboganes de sus hojas y saltan al precipicio de la tierra, dejando engullir su melancolía

Llora la tierra y ahora fecunda en nuevos nacientes, los brotes verdes de la vida, resucita el milagro de los ciclos y crecen alborotados por la dicha. Atrás quedan los campos verdes sembrados por el esfuerzo, mientras la nostalgia avanza en el andén de la locomotora de la existencia.

Mucho amor para toda la familia y nuestro recuerdo para la mama grande. Teresita Muñoz


domingo, 15 de diciembre de 2024

CIEN AÑOS DE SOLEDAD

 

Pocas veces la imaginación de la literatura, se puede plasmar en una serie de Netflix, con tanto acierto y cercanía. Conocer los sueños de Jose Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, dejarse atrapar por la belleza oculta de la selva colombiana, de la noche de los tiempos, para perseguir el sueño de su dorado. Perderse -después de muchos días de avanzar, buscando el mar- en la gran ciénaga dando vueltas en bucle para encontrarse de nuevo. Macondo era apenas una aldea de veinte casas, de barro y cañabrava construidas a orillas de un río de aguas diáfanas, que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas blancas y enormes, como huevos prehistóricos. Los sueños de los Buendía, comenzaban a fraguarse en un cuento que te lleva en volandas por una emoción en construcción constante. El mundo era tan reciente, que había que nombrar a las cosas señalándolas con el dedo, todo comenzaba a tener sentido de una supervivencia mágica en un lugar encantado. Y luego en marzo aparecían los gitanos. Conocer a Melquiades y al maestro protector de las maravillas de la alquimia, la intensa amistad que selló con José Arcadio, que cayó atrapado en la curiosidad de la ciencia y el descubrimiento. El ritmo trepidante de la obra, nos va embadurnando en un realismo mágico sin comparativa -donde los efectos especiales, no matan el espectáculo del cuento- Desde la exhibición del gran Imán que conseguía arrastrar todos los metales a su paso y en palabras de Melquiades comentaba que las cosas tienen vida propia, que tan solo hay que despertarles el ánima.

La plataforma de Netflix a hecho una gran apuesta de escenificación, personajes, escenarios y contenido. complementando algunos pasajes con la lectura para mejor entendimiento de la obra maestra de Gabriel García Márquez. -Gabo, lo soñó, lo creó, lo expandió entre la selva y la cultura indígena con el arraigo castellano, añadió los sueños de los personajes y del cuento, el misticismo de lo desconocido y el amparo de la verdad. Los tormentos y las pasiones humanas a través del deseo, la locura, la precognición, La felicidad contenida y en esta trepidante y descomunal ensalada de pasiones y sentimientos de supervivencia. La arrogancia, la tiranía, la anarquía, la política, la religión. Todo con la curiosidad del descubrimiento constante en un edén terrenal. 

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