Con la pereza del arriero andando va por el camino del valle, cargado de historias y experiencias sobre los lomos del pollino, el cargamento literario avanza despacio en los recovecos colombianos, el “biblioburro”, lleva los sueños de los niños pobres de los poblados rurales, transporta los cuentos de un mundo posible y una imaginación poderosa.
Luis Humberto Soriano, licenciado en literatura española, pensó como llevar la cultura a los lugares más recónditos de Colombia y alimentar la ilusión por la lectura de los pequeños. Entonces creó en 1997 en la Gloria -Magdalena-. Su Biblioteca ambulante a lomos de los burritos. Alfa y Beto sus amigos a los que gusta identificar con su proyecto. De un viaje hacia la imaginación y el aprendizaje.
Solo puedo encontrar y dibujar este romántico y silvestre -como confiesa en sus entrevistas- como el alma que despierta a la curiosidad del mundo infantil, a esa parte dormida de una población que ya es rica en naturaleza y que tan solo le falta la divina providencia del saber. Gabo -Garcia Márquez- estaría orgulloso de su trabajo y bien cabe en uno de esos personajes ilustres y aventajados de Macondo.
Recorre a diario, 20 y 30 kilómetros por todos los rincones del horizonte selvático colombiano y sus pasajes se adivinan como una bendición de felicidad por compartir cultura y saberes, fomentando la imaginación y erradicando la ignorancia. Los chiquillos de los pueblos, al dar la voz de alarma de alguno, ¡ahí viene!... La jarca de angelitos entusiasmados por el nuevo cargamento de reparto corre a su encuentro felices.
Luís cuando llega a nuevos visitantes, les lee en algún rincón bajo un árbol, la sintonía literaria de Platero y yo -de Juan Ramón Jimenez- y describe con entusiasmo del profesor ilustrado el cuento, que llega a tocar los corazones infantiles de este hermoso país. Llegar a los lugares tan alejados por caminos y veredas solo es posible en burro. De ahí su bonito proyecto, que nace para iluminar, siente que con la edad se vaya perdiendo su mensaje, que ya han captado miles de personas, niños y mayores
La mayoría de estas zonas rurales siguen comunicándose en burro, por veredas transitadas por arrieros, donde la comunicación se convierte en la magia de parar el tiempo y descifrar la belleza natural que nos rodea, un espectáculo que evangeliza el proyecto de por si en un hermoso cuento para contar más allá del continente y del país sudamericano, que brota con la fuerza de la esencia.
Que hermosa leyenda de navidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario