En
ese mismo instante, los primeros partes de la batalla desatada se informatizan;
las 4.30 H de la madrugada del 25 de Julio, nació Famara Suárez Santana: Parto
normal. Tiempo, peso, auscultación, medidas, respuestas, estímulos, visión.
Mientras los padres suspiran de ternura y fortuna, el procedimiento interno
hospitalario de la máquina del control, a puesto en marcha el proceso de registrar
todo; seguramente a la nieta de esta niña recién nacida -Famara- en el futuro, la
sociedad moderna le añadan el chip, para el control informatizado de su
existencia. A lo que primeramente habrá que tachar la casilla del sí quiero, la
misma casilla que nos otorga la libertad de la protección de datos.
En
el Lomo Magullo, los gallos, después de la manifestación, no han puesto el despertador,
-por aquello de los ruidos y las multas del ayuntamiento, dicen los sindicatos
que es ilegal no permitir que los gallos canten de madrugada- los perros
duermen en hamacas y mantas paduanas y los pájaros vespertinos se han tomado la
noticia como un emoticono más, hartos de tanta información. Con la brisa de la
madrugada sube un murmullo de felicidad por el valle los nueve, corre por la Hoya
Manrique sobresaltando a los gatos, Casa blanca, Carrión, Tundidor, la Regala, en
el Lomo las Lajas suenan varios ladridos de sorpresa, la noticia del nacimiento
de Famara había rebotado en los cuadradillos de la obra, tirado otro puño de
aguacates enanos al suelo y caído a través de la maltratada buganvilla al patio
los leones. M & M: Mate y Marley, solo dieron unos ladridos de mala gana,
pero de buena fe. Como enterados de la noticia, -muertos de sueño de Morfeo-
comunicaron con la mirada, que, si no hay más novedad, siguen durmiendo que
anoche estuvieron de guardia. Los ratones reunidos se dieron un banquete de
libertad y charla. Ahora que el gran jefe encerró a esas bestias, detrás de las
cercas. Le dijo el ratoncito Pérez a Pitxi y Dixi. -Ratones veteranos que se
pasan la noche trasnochados, echando copas y asustando a las gallinas- Y en la
plaza de las Nieves, se agitan los banderines de colores y los aires de fiesta
hacen palpitar las bombillas de los ventorrillos dormidos. Y en la torre de la
iglesia chica, los grillos empujan el badajo de la campana para anunciar la
buena nueva; el esfuerzo, los deja agotados; aun así, consiguieron que sonara un
golpe de campana, que se multiplicó por mil en un montón de conciencias duermevelas.
Las abuelas más veteranas; comentaron en sueños. Nació la nieta de Estrella y
Esteban y en esa extravagancia inexplicable de los sueños, algunas otras
dijeron y “Esa chiquilla maneja la moto como una loca” mientras que otros
angelitos la cuidan. Mireusté…
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