La madre tierra es capaz de sorprendernos en su infinita sabiduría, que ha convertido los acontecimientos naturales en una forma de transmitir pensamiento y belleza. De llevarnos a reconciliar nuestras decadencias con la antigüedad del planeta y la realidad de sus maravillas.
Esta curiosidad natural se encuentra en Ginosa -Tarento- Al sur de Italia, tierra dorada de sol, que baña el mediterráneo en su infinita antigüedad de culturas milenarias. El Olivo centenario ha llamado la atención a los curiosos, ya que su enorme tronco, se ha convertido en la cara de un filosofo pensante. Con la expresión de sus ojos, nariz y boca incluso, el soporte de su mano en la barbilla en la actitud pensante.
Según los testigos históricos hablan de unos cuantos centenares de años, aunque la localización de su lugar de ubicación la mantienen en secreto los protectores del medio. Del Parque natural regional de Gravine Joniche, para evitar su deterioro o atentados de curiosos. Una vez más nuestra madre naturaleza nos sorprende con sus espectáculos naturales vivos; El olivo de luras, el castaño de los cien caballos, El doble árbol de Carzoso. Y muchísimos árboles milenarios, que siguen desafiando la existencia de su longevidad.
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