-Como remontarnos a la
esencia pura que fundaron los atenienses En el año 595 A.C. Cuando el culto a
la democracia enfebrecía con el sentido común del pueblo. Aquellos espacios
públicos que llevaron los griegos una vez al mes, como mínimo a la colina del Pnyx
en un espacio dedicado, que podía albergar a unos 6000 ciudadanos, donde todos
podían intervenir en la asamblea y votar las decisiones simplemente levantando
la mano, la mayoría se imponía y las decisiones eran definitivas-
La calle isla de Tenerife una
vez más y desde hace treinta años, viene siendo el centro de aquel Pnyx griego,
donde los vecinos voluntarios de valsequillo, exponen sus consultas y obtienen
sus consejos y actuaciones. La asamblea Valsequillera hoy AV.
Siempre ilusiona a los ciudadanos por el contenido, por la transparencia y por
el sentido democrático de sus exposiciones por el bien de la comunidad, en estos
tiempos de alzamientos populares por el poder del pueblo, se echa de menos los
contenidos y las verdades sinceras, las que deben servir para dar cabida al
amplio abanico de demandas sin resolver, por ello como llamados a la expresión
de sus preocupaciones y anhelos, sirve la asamblea para aplicar el orden, la
lucidez y la resolución como propuesta comunitaria de los colectivos.
Con los miembros de esta asamblea Valsequillera y su proyecto confrontado con la luz del pensamiento democrático y libre, encontramos razones para seguir ilusionando y pensando en un activo cambio político, con caras nuevas, con gente fresca de pensamiento, palabra y obra. Con la ilusión de la gente del pueblo, cuantas cosas hermosas se pueden aplicar para mejorar el municipio que todos conviven. La política pública, no puede ser una manifestación de ego y directrices de unos pocos iluminados, tiene que ser el fruto expuesto en asambleas del sentido común de las mayorías, las necesidades básicas del bien social, con el esfuerzo por poner en marcha la maquinaria administrativa y resolutiva de los mecanismos y objetivos concretos de la sociedad competente.
Esto no es trabajo de unos
pocos, esto es un arduo trabajo, donde intervienen muchos colectivos afines,
mucha cultura inquieta, mucha memoria histórica olvidada. Muchos perfiles sociales.
Por ello, anoche cuando me acerque a la luz de las palabras que alumbran el
camino desde una asamblea democrática, me quedé con la ilusión constante de que
el cambio es necesario, es saludable, es primordial, para que la esencia
democrática del pueblo, vuelva por los railes del viejo tren que se paso las
estaciones del olvido popular y del encuentro cercano de los problemas de la
gente de a pie. Los que viven en este hermoso municipio de medianías de Gran
Canaria.
Y como reza el logo de Asamblea
Valsequillera, con todo el amor del mundo. El cambio lo empiezas tú.
Un mensaje directo al esfuerzo y a la consideración de un valsequillo mejor, pues
a Dios gracia, la sociedad es una enorme asamblea de actos y consultas, de pasiones
y comportamientos, de solidaridad y altruismo, no podemos olvidar nuestro factor
personal para que los cambios se produzcan con la ilusión que se solicita, y
sobre todo no olvidemos que la motivación la pones, la sugieres, la quieres tú.
Y en nuestra asamblea Valsequillera, tan llena de razones y conciliador carácter,
construye el futuro contigo, haz que la ilusión forme parte de los nuevos
tiempos para tu pueblo, la asamblea tiene la fuerza de tus deseos. El cambio
lo empiezas tú.
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