jueves, 6 de abril de 2023

COSAS QUE LA LUNA SABE

 


En esta luna rosa de abril, como se le conoce en el argot de la selenofilia, no por el color que emite si no por el bautismo de la pascua, cuyos anacronismos temporales daban sentido a su manifestación puntual antes de la semana santa.

Volvemos a mirar su atracción como atrapados por su influjo, el dulce imán de las noches claras, que interviene en tantas manifestaciones de la tierra y su población. Este satélite milenario, arrancado de la creación de la tierra por un impacto, conforma la imagen bucólica y esperada de la armonía de la tierra, sus mareas y su estado de la búsqueda del equilibrio de sus fuerzas gravitacionales.

Cochero. Prepare el carro de caballos, quiero viajar en la plenitud del naciente, rumbo a la Gavia, quiero ver una vez más mi poblado aborigen, las tierras donde mis ancestros caminaron y procrearon la vida, ellos eligieron un lugar encantado, lleno de higueras donde cantan los pájaros, llenos de umbrías donde el sol respeta las sombras y se asentaron guiados por sus instintos, en tierras altas, barrancos de medianías y montañas.

El Sajorín caminaba por el lomo la Gavia, con aquella paz inmensa y de cuando en cuando se arrodillaba y ponía los cinco sentidos más su intuición sabia, cuando escuchaba el rumor del agua de las entrañas de la montaña, acostumbraba hablar en silencio como masticando conversaciones intimas con su pensamiento, estaba poseído de la extraña virtud de los sabios y cada día que el sol o la luna aparecieran de nuevo le daba la gratitud con la mirada de fe y la fusión de su entendimiento.

Una tarde que volvía con su nieto del lomo del vinco, bajando las crestas de las umbrías que, en la caída del sol, proyectaban las sombras al naciente y se manifestaban los conciertos del aire fresco sobre las hierbas, su nieto Miguel, no le preguntaba, dejaba que el silencio, le enseñara a respetar los tiempos de preguntas y se dejaba atrapar por el ejercicio de escudriñar todo a su alrededor, era una técnica que bien rápido aprendió de sus abuelos. Las respuestas están todas ahí en el paisaje, en la tierra, en el aire, en los cambios de estaciones, en el comportamiento de los animales, de las aves.  Era la cronología del aprendizaje infantil y había que ensayar el primer defecto juvenil. Las prisas por conseguir los objetivos.

Caminar sobre la tierra se había convertido en una expresión de andar por la vida, con la observación como testigo de su curiosidad, la universidad de la vida esta a tu alrededor y tienes que aprender las lecciones que ella te regala, decía con la paz de su fusión espiritual con los elementos.

Cuan larga es la tarde le dijo en la fuente la Yegua, tomando agua haciendo canastilla con las manos, esta noche dormiremos en este lugar, observa a tu alrededor, cuanta tranquilidad y equilibrio, todos los elementos están agradecidos al proceso del día en plenitud, los árboles, las aves, los campos. Buscaremos algunos frutos y comeremos algo, antes del descanso.  Esta noche es mágica, por que conocerás la belleza de la luna, que aparecerá barranco arriba en cuanto la luz del sol, le de el relevo. Una sonrisa agradecida de nieto, le decía que tenía una lección muy importante que aprender con la noche y la luna llena.

Los higos maduros que duermen tras las hojas, se pueden comer, su temperatura se ha equilibrado, aunque debemos comer pocos, tenemos algo de gofio en el zurrón y agua, haremos una pequeña pella mezcla con higos y verás que saciaremos nuestro jilorio. Abuelo la luna dicen que no se puede mirar mucho rato. ¿Quién te dijo eso Miguelillo? Yo la he mirado a veces y me parece que tiene un poder hipnótico tremendo, pero no le hago caso, mi primo Eduardo dice que no se puede mirar por que te vuelve loco. Ja, ja. Sonrió breve el Sajorín, extrañado por las conjeturas de las mentes infantiles aunque encaminadas a buscar sus propias respuestas de los misterios.

Tú que dices abuelo. Que siempre observas con otra mirada todo lo que sucede alrededor. En realidad, los que se dejan atrapar por el influjo de la luna, se les llama lunáticos y acaban teniendo comportamientos extraños, cambios de humor, reacciones sin control -Son unas cabras locas- ¿Cabras locas?  Me estas diciendo que las cabras miran la luna y por eso se ponen a dar saltos por los riscos como poseídas por una fuerza extraña. -Más o menos Miguel- sabes que la luna tiene un poder imantado que hace que las mareas suban o bajen y eso lo puedes observar en las playas con el mar. Cuando hay luna llena, las mareas bajan mucho o suben mucho, pleamar o bajamar, se llama esta manifestación y es un fenómeno con la naturaleza del poder de la luna. Mientras hablaban Miguel se fue quedando dormido y la luz de la luna entro formando los recortes potentes de su luz a través de la silueta de la entrada a la cueva.

El Sajorín salió a observar la luna durante unos segundos y ella le ayudó a recordar su exilio, recordar su Galia, lejos quedaba aquella niñez alpina, en una tierra verde, con una cultura antigua y una revolución constante. La Francia de sus padres apenas la recordaba, pero en su corazón gabacho la nostalgia, le afloraba sentimientos de abandono y tristeza tan solo consolados por el esfuerzo de reconducir su vida en una isla lejos del continente. Nunca le habló a sus hijos de su pasado, quiso cerrar aquella puerta para siempre, no por orgullo, ni despecho, pues en el fondo nunca estuvo de acuerdo con la política militar del emperador de enviarlo al frente -ya sabemos de los destinos que manejan otros- El amaba su libertad, algo inviolable en un corazón puro, encontrar después de la desdicha y la prisión un lugar paradisiaco, sin contaminación donde la expresión más valiosa era el respeto a tu vida, fue un regalo a la paz y a la conquista de su sabiduría.

Abuelo, ¿estás hablando con la luna? se le acercó Miguel despacio y le agarró al hombro, estaban en el umbral de la cueva mirando al barranco iluminado por una luna inmensa y plena, en la que se podía ver con claridad la lejanía, disimuló su nostalgia y encauzó el acercamiento, invitando al nieto Miguel a sentarse junto al regazo.

Abuelo ves aquella montaña del fondo que tiene un pico grande. ¿Como se llama? Sabes que esa montaña es muy joven, pues nació de un volcán enorme que hay en su base, es Bandama, y eso se le llama el Pico de Bandama. El cráter de ese volcán están grande que parece la boca de un dragón milenario. Los ojillos de miguel intentaron ordenar la comparativa de su abuelo, con la de su imaginación.

¿Y ese dragón ya no echa fuego, porque escupía fuego verdad?

No ahora está en paz con la tierra que lo cuida.

¿Entonces los volcanes son lunáticos? Ja, ja… Probablemente comieron higos calientes y tuvieron que vomitar por indigestión -Escuchar a estas dos figuras, hablar, en una cueva, era un poema, en el que la luna se regocijaba- Cuantos elementos se podían añadir para que la conversación se prolongara en la quietud de la madrugada.

Debemos dormir algo más, para partir antes que D. Perico nos encandile. Comentó el abuelo, haciendo respetar la noche ¿Don Perico? Dijo Miguel sin identificar al sol. Pero no recibió respuesta del abuelo, sabía que el tiempo de preguntas daba paso al tiempo de pensamiento. Y la luna jugó con las sombras proyectándoles caricaturas -como dibujos animados- pero ellos ya estaban dormidos y no las observaron. Fue el regalo de sus duendes atraídos por la ternura y el sosiego. En realidad, había más invitados a la conversación; Dos Búhos, una lechuza, tres lagartijas perezosas y dos perenquenes. Ninguno se sintió incomodo. Estaban en paz con los elementos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

PASAJES AL MACHU PICCHU

Amaneció en el Valle Sagrado. Los Incas, establecieron aquí su imperio fundaron sus credenciales y adoraciones en toda su cultura se ad...

SIEMPRE ES MOMENTO PARA EL RECUERDO