Y
en el silencio, la elegancia invadió con luces de misterio un silbido siniestro...
Poderosas
razones en la tentación de fingir un encuentro, fortuito deseo que escapa al
control. La intención es sueño que persigue el pensamiento, abandonar la idea
no forma parte del misterio. Sensualidad que seduce con figura estilizada
dejando rastro de ser amada, ahora escucho el susurro de su voz, la calidez de
su alma, el tacto de su piel, la respiración pausada, adivino la humedad de sus
labios, la sonrisa de su cara. Que me no me despierte aun que elegante paseo en
sueños, por los jardines de la eterna juventud del deseo.
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