Junto al barranco San Miguel, Molinos de agua. Y recostado en sus riberas, duermen los inviernos el Colmenar Bajo, entrañable y peculiar, antiguo y estacionado, mira a las cumbres desde ese rincón enconado, cuando la tarde se acaba y la luz desaparece en la cumbre del ocaso, duerme la estación verde del frio, alumbrada por farolas de paso, que destacan siluetas entrañables entre tejados y huertos. Allí el viejo cuartel del colmenar, punto de osadía, destacamento que sirvió como el viejo poder militar en las medianías, Hoy guarda su recuerdo y memoria el edificio conservado con verodes adornados y entre los almendreros y acebuches eucaliptos centenarios, que ondean el viento en el silencio de las cuevas y terrazas del barranco. Valsequillo lleno de rincones y suspiros.
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