Seguimos anclados en aquel tedioso y lento andar del tiempo por las veredas y caminos, los isleños usaban como animal de transporte las bestias, que llevaban las cargas en albardas, serones y anganillas. Y así transcurrieron más de 300 años hasta que llegaron los primeros carruajes. Pero el transcurrir de los tiempos pernoctaron animales, carros y vehículos hasta bien entrado el siglo Veinte. Desde la primera transición de la bestia al vehículo. Desde 1850 a 1970, largos 120 años, que compartieron carreteras y caminos, el futuro era inminente y los tiempos iban a mejorar notablemente para todos.
EL BIRLOCHO / Foto Surdoc
Pero vayamos más lentos,
vayamos al ritmo del censo de la época, así el primer control provincial se
llevaba a cabo con el siguiente registro en 1850
Caballos en la isla de Gran
Canaria. 1.200, Camellos. 30 mulos 100, Asnos 3200 Y Bueyes y vacas 8.000 Uds.
La necesidad de hacer un censo de animales de transporte y ayuda doméstica era
el primer factor del progreso para los siguientes años venideros.
Otra de las curiosidades más
entendibles, que actualmente se organiza en las fiestas de las tradiciones, son
las competiciones de arrastre de carga con bueyes, este deporte llegó a ser la
primera competición de las islas en las fiestas patronales, como espectáculo de
masas, las mejores yuntas de reses, aun hoy se conservan
en algunos lugares, cerca de
las iglesias antiguas, Grandes bloques de piedra, que se usaban para dichas
competiciones en arrastre de corsa.
La necesidad de abrir las
comunicaciones entre pueblos de las islas, arrancó con la fundación de las
primeras empresas de transportes de carruajes, tirados por bestias. Arrancó en
canarias; en 1854 en Tenerife y en 1860 en Gran Canaria, ya comentamos las
ventajas de la capitalidad de una sola provincia. Y como las prohibiciones
llegaban antes que las actuaciones, cabe destacar que ya en 1772 se emitió un
bando donde se prohibía, arrastrar maderos o corsas, por las vías donde
pudieran andar carruajes a rueda, esto sucedía muchos años después.
La primera empresa en fundar
el transporte de Carruajes en Tenerife para viajeros entre pueblos, la creó los
hermanos Hardinson. El 4 de enero de 1854, estableciendo el recorrido entre
Santa Cruz y la Laguna, invirtiendo un capital social de 50 acciones de mil
reales de vellón
En Gran Canaria, tras la apertura de la primera carretera insular entre Las Palmas y telde, se funda la empresa de transportes de carruajes La Primera. En 1860. Por D. Nicolás Massieu, Pero no fue hasta el 4 de febrero de 1863 cuando se abre el túnel de la Mar fea -La Laja- comenzando a operar regularmente con Telde, Con el sur, Tafira y Monte Lentiscal.
CENSO DE CARRETELAS DE TIRO, ONNIBUS, BIRLOCHO
Cabe la anécdota de que la venta de billetes de viaje era superior al número de asientos del carruaje, y por dos veces consecutivas el viajero Antonio Calimano, se tuvo que quedar apeado, con un cabreo monumental, alquiló un Charabán -carro de un solo caballo- a un transportista de Telde, se presentó en la capital y denunció ante el Ayuntamiento, el abuso cometido, tuvieron que devolverle el importe del billete, no sin antes un juicio de acusaciones. De aquel primer expediente de los primeros viajes queda el billete que se expidió y que presentó como denuncia.
Pronto le seguiría, la
competencia, una segunda empresa del Transporte en Gran Canaria en 1864 fundada
por D. Hipólito Lustré y familia. Emprendedores de Teatro y Gimnastica que
habían obtenido gran popularidad en la capital.
En la capital eran famosos
los viajes de ocio, de Las Palmas al Puerto de luz, a tomar un caldo de pescado
y volver en la caída de la tarde. Los que no tenían coche alquilaban entre
cuatro cinco uno y disfrutaban del tiempo y la jornada.
En los periódicos locales de
1865 se ofertaban además viajes a tomar una escudilla de leche recién ordeñada
fuera del área de Triana, un cochero esperaba todas las mañanas en el camino
nuevo, solo había que madrugar, para poder disfrutar del aperitivo, *desde el
amanecer hasta las ocho- y el viaje los llevaba a la hacienda Molinos de Viento
en el barrio de arenales. El vaso de leche y el viaje de ida y vuelta costará
un real de vellón y 24 céntimos. Rezaba el anuncio.
Y con los primeros
reglamentos emitidos, los primeros impuestos generados, llegaron también las
desgracias. El primer accidente de carruaje con muerte se produjo en 1861 en el
camino viejo de Tafira, el carro volcó quedando atrapado D. Fortunato de la
Cueva, comandante del castillo de San Francisco del Rey. El segundo y de gran
conmoción generalizada se produjo en la carretera del puerto a Las Palmas, del
impresor del periódico La correspondencia y el Ómnibus. D. Isidro Miranda,
sucedió cuando se soltó la chaveta que agarra las ruedas del carruaje, cayendo
al suelo y saliendo despedido. Hubo que amputarle la pierna machacada.
“No es necesario, ni
materialmente posible, el mencionar tan sólo los nombres de las víctimas que la
rueda ha causado en la Isla. Su número va siendo tan crecido, por desgracia,
que pronto la epidemia de cólera -la mayor calamidad padecida en Gran Canaria-
quedará en este aspecto en segundo lugar”.
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