Hoy se me ocurrió como diversión del pensamiento, sin acritud, cuando saludé a los familiares y conocidos en el tanatorio. el detalle moderno de situaciones del pasado, me pareció divertido y atrevido esas secuencias del pensar, aquello de las plañideras modernas, que visitaban los tanatorios considerando las perdidas como una oportunidad de consuelo y amistad. no había llanto, había tertulia e intercambio de pareceres e informaciones contenidas para el encuentro, era un lugar perfecto. la situación el muerto sin dolor, el apoyo moral y psicológico a la familia y la oportunidad para refrescar el tiempo desde el último encuentro. Los últimos detalles sociales, las revoluciones de la pasividad, la mecha de encender una nueva sintonía divertida, que tendrán estas plañideras modernas que alegran las tertulias de los muertos encontrando el lugar perfecto para pasar la información desapercibida de connotaciones emotivas y de magnitudes extraordinarias. buscando el equilibrio de su aportación a una sociedad mediocre. Que no quiere heroínas, ni sacrificios. Y es que las tradiciones del eterno comentario y feliz tertulia se esconde entre los muertos, entre el espacio que les otorga la despedida. Aunque no se lamente con llanto, ni facciones, ni partidas económicas que ayuden a la exhibición del dolor.
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