domingo, 15 de junio de 2025

LENTA DESPEDIDA


Es la noche de las canteras un halo seductor de nostalgia, el ruido del mar afuera atraviesa las viejas paredes del hospital de San Jose y el rumor de las olas de la noche cálida, mecen el sueño de sirenas de mama; ella, en su inmensa paz, solo se le escucha la respiración pausada constante; es una magna espera de concentración a que su dueña la muerte, venga a buscarla. Todos sus pensamientos son un tributo a ese desconocido, es un estado de sumisión y entrega en el que su cuerpo se abandona y su mente se va liberando del propósito terrenal para volar entre mares y nubes gaseosas blancas. Ella sobrevuela la tierra soltando los últimos lazos que la mantienen a este lado del reino, su cuerpo ya es ligero y no supone lastre alguno, su pensamiento es etéreo y sobrevuela su existencia terrenal, como pájaro que añora abandonar su nido, yo la observo a distancia, no quiero interferir en ese proceso sagrado de evaporarse, sé que está en paz y también sé que el amor que siempre me profesó y me regalo se siente confortado con mi guardia y lealtad, yo escucho sus latidos... Y apruebo su despedida, como ella, cuando cogía mi mano y me decía vete al cole, tus amigos te esperan, vas aprender mucho, me soltaba con ese amor inmenso, vigilando mis pasos firmes, decididos. Allí quedaba la sonrisa de orgullo de su responsabilidad. Queda la infinita fortuna de sentirse amado, por ella; que bonito mama todas las cosas bellas, que me diste, por la naturaleza divina de ser parte de ti. En algunas tardes de tu despedida, cuando te asistía la charla me preguntabas tus dudas existenciales. ¿Y tú qué opinas de esto? de la vida... Yo sonreía y hablaba haciendo tesis de consejero, y creo que lo más que te divertía de mi pensamiento era el análisis teológico de la fe, sin pasiones eclesiásticas, esa postura de la duda existencial, de un Dios supremo, si no de la manipulación e interpretación de los hombres del concepto según sus miedos o debilidades. Hablamos de la esperanza y de la profunda convicción de la fe, como aliado perenne a los caprichos de la existencia. Mama siempre fue una alumna fiel al dualismo humano y la fe ciega del amor de Dios, a ese amor se agarró siempre y de ese amor sacó sus conclusiones, cuando el agua le llegaba al cuello, cuando el mundo la lanzó al vacío. Y aquí estas mamas entre toda la veneración de tus santos, entre una legión de ángeles que, sentados alrededor de tu lecho, te acarician transmitiendo paz y esperanza.  Y como todas las cosas de la vida hasta por la muerte, hay que esperar, somos hijos de su voluntad y caprichos. Vete cuando quieras yo estaré a tu lado siempre, jamás dejaré marchar tus recuerdos


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