A menudo los rincones de nuestra isla nos llevan a lugares vírgenes de una naturaleza monumental e inhóspita. Esto sucede en los grandes barrancos del sur, espacios naturales que, al no estar conectados activamente con la vida cotidiana, han permanecido inertes en el tiempo, con una soledad insalvable de abismos y crestas.
Espacios que nos empequeñecen por su abundancia escarpada y su infinita desertización Si hace más de cincuenta años, se abrieron la mayoría de las pistas que trazaron nuestra isla de Gran Canaria, unas en busca de pozos para extraer agua, otras para galerías, otras para la creación de embalses, que muchos de ellos, solo llegaron a su cimentación y para ello remontaron lugares increíbles, como el que queremos descubrir hoy.
RUTA
APTA SOLO PARA MOTOS DE ENDURO O TRIAL AVENTURA
Nos
vamos a viajar a orillas del barranco de Tirajana, entre Sardina del sur y
Aldea blanca, lugar donde comenzaremos la ruta de hoy. Recordamos que, para
acceder a este lugar, se debe tener experiencia en enduro o trial. No apto para
curiosos en moto. Vamos a subir por la pista de tierra que arranca al final de
aldea blanca y que sube por el poblado de los Sitios de arriba y de abajo,
rumbo a tirajana por la vertiente norte del macizo o triangulo de Amurga, esta
ruta nos remonta hasta cerca de la Hoya grande –Tirajana- y tiene unos 14
kilómetros de tierra.
A
escasos 500 metros de la pista de Aldea blanca – tirajana de tierra, vamos a
tomar la primera pista olvidada de la izquierda – intuir bien el corte en la
montaña, es bastante invisible por abandono- que se eleva hacia las crestas del
Morro de la Florida. Y se retuerce entre barranqueras por el naciente del mismo
lugar, la pista remonta destrozada con mucha dificultad Zigzagueando las
primeras cumbres, donde se abre las vistas sobre el barranco Las Palmas a la
izquierda y el Morro del Cuervo. A medida que avanzamos por la cresta de los
culatones, se nos encoje el alma sobre el espejismo de una visión brutal de la
naturaleza, los cortes de la montaña son tan caprichosos que nos llevan a
paisajes de western o colorado. Avanzamos en algunos tramos aéreos de buen
firme y un trabajo formidable cuando hicieron esta pista en los setenta, que en
muchos pasos tuvieron que armar obras increíbles sobre la cima de la montaña
Nos
metemos de nuevo debajo de los riscos de amurga y vamos serpenteando sobre el
abismo y ganando altura hasta cerca de 800 metros casi sobre un andamio, aquí
debemos ser prudentes en algunos pasos donde los riscos se han desprendido
invadiendo la pista y creando el camino de cabras. Llegando al final después de
costear la ladera de la montaña, encontramos los restos de lo que pudo ser una
sala de máquinas para la construcción del embalse de la escalera – Solo se hizo
la cimentación y abandonó- a la izquierda sobre el caidero del barranco de las
palmas.
El
paisaje es increíble por el ancho de la montaña y los abismos que la rodean,
precaución para los endureros acostumbrados a estos monumentos naturales. Un
lugar que la naturaleza guarda entre Lajiales tostados y abismos olvidados.
Descubre,
conoce y cuida tu tierra
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