Y
en aquel pasillo largo de color encontré la inmensa suerte del tacto sensible y
la abundancia natural. Firmes tus troncos, agarran la tierra con la fuerza de
la vida joven y musculosa, de sabiduría antigua atrapada en la columna de los árboles,
las secuencias del color en las estaciones convierten tu pasillo en un paseo de
hojas caducas y embrujadas, las hojarascas que acolchan el camino dejan sortear
el color de las hojas en su caída, para formar el más bello tapiz natural, es
un súbito y atractivo paso de las hadas, es un túnel azulado cuya magia se deja
enredar de los sarmientos de sus ramas, para acariciar el aire y filtrar los
sonidos que armonizan tanta belleza. En su andanza encontraras razones, en su
mirada disfrutaras sensaciones y en su infinita belleza la gracia divina y exultante
de atrapar tu sensibilidad del lado de los pintores, del lado de los poetas,
del lado de los espíritus, del lado de los caminantes. La tenue luz mantiene el
encantamiento en el aire y abraza la fuerza antigua de unos árboles que han
danzado el tiempo con armonía y seducción. Cuanta lucidez en el camino.
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