Cuando la caravana del rallye llega a la etapa de descanso, todas son caras de gozo, es como haber conseguido la graduación para el segundo grado, algunos llegan arrastras con el equipo y la mochila destrozados de sobreesfuerzo, otros llegan con las ilusiones hundidas por los reveses del destino, pérdidas, pinchazos, etc. Otros levantan el vuelo hacia hospitales cercanos y de ahí estabilizados hacia su país de origen. El Dakar es un tremendo ciclón que barre el desierto en busca de gloria y de penurias. Es cruzar el infierno porfiando las grandezas del diablo y la belleza de Dios.
Algunos o incluso la inmensa mayoría, solo ven arena, dunas, Ouads, crestas onduladas y se agarran al GPS para que les saquen de esas trampas, solo ven arena y cielo, roca y horizonte y un único objetivo, llegar. La caravana no se detiene, el rally continúa y toda esa gigantesca maquinaria en marcha es un rodillo que deja profundas huellas en una franja del paso por desierto, Es un ciclón que juega con la arena, la seduce, la salta, la espolvorea y en él, van las ilusiones de los intrépidos de los actores que, anclados a sus máquinas, intentan hacer suya su gloria, navegar los océanos de la tierra desierta
¿Pero
donde está la grandeza de la aventura? si el reto es mayor por la naturaleza de
la competición, no hay aventura sin riesgo, pero aventura con riesgo mayor, es
una apuesta del ser humano y sus grandes locuras mediáticas, La gloria equivale
a recibir las migajas del destino y la superación de los retos. Es verdad que
el rally a dado un giro hacia la seguridad, con un seguimiento médico aéreo
espectacular y que tan solo la fatalidad pasará alguna factura puntual, pero la
cordura y la evolución han convertido el Circo en dos espectáculos paralelos.
Los que van a ganar, los que sueñan con acabar.
Planeta
de simpatías que escondes en tus desiertos los mensajes de los ancestros, que
tan solo el tiempo y la paz de tan brutales escenarios, acongojan al profano y
empequeñecen la razón humana, tierra de civilizaciones de oriente, Mesopotamia
y la India, cuna de las grandes religiones. Tierra de luz, Este del sol
naciente que al día eres oro, que baña el paisaje almacenado en la inmensidad
de dunas y relieves y de noche eres negra oscuridad atrapada bajo la magia de
las estrellas que te vigilan y la bóveda celeste que mece tu cultura antigua y
lejana
Hoy
el Rallye Dakar es un foráneo que cruza tus tierras y en el vierten placeres y
retos de otros mundos, buscan llegar a la meta, a una con objetivo de
supervivencia, pero estos son solo caprichos del ser humano y sus entusiasmos
deportivos, gracias a ellos, conocemos otros escenarios, sus grandezas, su
enorme poder mediático nos transporta a todos los rincones del mundo, a
visualizar un contenido especial, son las olimpiadas del motor extremo y la
supervivencia, un rallye que lejos de asustar, atrapa a quien merodee por sus
escenarios y sus estructuras. El guion está escrito. Que tendrá el Dakar, que
no deja de llamar. El desierto y sus hechizos. Sin duda son emociones que solo
quien las vive las graba a fuego en su vida. Y se siente afortunado de tales
suertes
Hoy
reflexión para todos, definición de estrategias, dosificación de la energía y
el aprendizaje, intercambio de experiencias en la gran familia, replanteamiento
de final de carrera, queda otra semana dura, donde volverán aparecer trampas e
ingratitudes, por ello la marcha que debe poner nuestro equipo es el de regreso
a casa con los deberes hechos y experimentados, volver a Jeddad debe un paseo
de supervivencia, que ya las calamidades caen por lotería del destino.
Al
equipo Canarias Dakar, custodiado por Gran Canaria, isla europea del deporte,
mantienen alta la bandera de la autonomía de estas islas y su representación en
el lejano oriente, un pulso de mucho coraje por la esencia internacional de
mayor cobertura mediática mundial, por el reto que supone su puesta en escena y
sus objetivos.
#344
Pedro Peñate. Rosa Romero, Jose Suarez, Pedro Martínez, Cristo. Gracias por mantenernos ilusionados y
representados y por no tirar la toalla. Suerte en ese regreso a Jeddad. A por
la segunda parte de la carrera.
Cuando
la caravana del rallye llega a la etapa de descanso, todas son caras de gozo,
es como haber conseguido la graduación para el segundo grado, algunos llegan
arrastras con el equipo y la mochila destrozados de sobreesfuerzo, otros llegan
con las ilusiones hundidas por los reveses del destino, pérdidas, pinchazos,
etc. Otros levantan el vuelo hacia hospitales cercanos y de ahí estabilizados
hacia su país de origen. El Dakar es un tremendo ciclón que barre el desierto
en busca de gloria y de penurias. Es cruzar el infierno porfiando las grandezas
del diablo y la belleza de Dios.
Algunos
o incluso la inmensa mayoría, solo ven arena, dunas, Ouads, crestas onduladas y
se agarran al GPS para que les saquen de esas trampas, solo ven arena y cielo,
roca y horizonte y un único objetivo, llegar. La caravana no se detiene, el
rally continúa y toda esa gigantesca maquinaria en marcha es un rodillo que
deja profundas huellas en una franja del paso por desierto, Es un ciclón que
juega con la arena, la seduce, la salta, la espolvorea y en él, van las
ilusiones de los intrépidos de los actores que, anclados a sus máquinas,
intentan hacer suya su gloria, navegar los océanos de la tierra desierta
¿Pero
donde está la grandeza de la aventura? si el reto es mayor por la naturaleza de
la competición, no hay aventura sin riesgo, pero aventura con riesgo mayor, es
una apuesta del ser humano y sus grandes locuras mediáticas, La gloria equivale
a recibir las migajas del destino y la superación de los retos. Es verdad que
el rally a dado un giro hacia la seguridad, con un seguimiento médico aéreo
espectacular y que tan solo la fatalidad pasará alguna factura puntual, pero la
cordura y la evolución han convertido el Circo en dos espectáculos paralelos.
Los que van a ganar, los que sueñan con acabar.
Planeta
de simpatías que escondes en tus desiertos los mensajes de los ancestros, que
tan solo el tiempo y la paz de tan brutales escenarios, acongojan al profano y
empequeñecen la razón humana, tierra de civilizaciones de oriente, Mesopotamia
y la India, cuna de las grandes religiones. Tierra de luz, Este del sol
naciente que al día eres oro, que baña el paisaje almacenado en la inmensidad
de dunas y relieves y de noche eres negra oscuridad atrapada bajo la magia de
las estrellas que te vigilan y la bóveda celeste que mece tu cultura antigua y
lejana
Hoy
el Rallye Dakar es un foráneo que cruza tus tierras y en el vierten placeres y
retos de otros mundos, buscan llegar a la meta, a una con objetivo de
supervivencia, pero estos son solo caprichos del ser humano y sus entusiasmos
deportivos, gracias a ellos, conocemos otros escenarios, sus grandezas, su
enorme poder mediático nos transporta a todos los rincones del mundo, a
visualizar un contenido especial, son las olimpiadas del motor extremo y la
supervivencia, un rallye que lejos de asustar, atrapa a quien merodee por sus
escenarios y sus estructuras. El guion está escrito. Que tendrá el Dakar, que
no deja de llamar. El desierto y sus hechizos. Sin duda son emociones que solo
quien las vive las graba a fuego en su vida. Y se siente afortunado de tales
suertes
Hoy
reflexión para todos, definición de estrategias, dosificación de la energía y
el aprendizaje, intercambio de experiencias en la gran familia, replanteamiento
de final de carrera, queda otra semana dura, donde volverán aparecer trampas e
ingratitudes, por ello la marcha que debe poner nuestro equipo es el de regreso
a casa con los deberes hechos y experimentados, volver a Jeddad debe un paseo
de supervivencia, que ya las calamidades caen por lotería del destino.
Al
equipo Canarias Dakar, custodiado por Gran Canaria, isla europea del deporte,
mantienen alta la bandera de la autonomía de estas islas y su representación en
el lejano oriente, un pulso de mucho coraje por la esencia internacional de
mayor cobertura mediática mundial, por el reto que supone su puesta en escena y
sus objetivos.
#344
Pedro Peñate. Rosa Romero, Jose Suarez, Pedro Martínez, Cristo. Gracias por mantenernos ilusionados y
representados y por no tirar la toalla. Suerte en ese regreso a Jeddad. A por
la segunda parte de la carrera.
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