Ni que el tsunami del tiempo
barra las conciencias y modifique los genomas. Ni que el salto al vacío de la
era de las luces de carburo, sustituya a los hilos de colores de los leds, -O las
máquinas de escribir dejaran de teclear para ser sustituidas por comandos de
voz con IA-, ni que el “quitrín “de caballos -primera diligencia- de Antoñito
Velázquez lo reemplace un tesla eléctrico y con cabina espacial. Ni así: Consiguen
que el alma del Almogarén evolucione o modifique su mensaje antiguo,
reivindicativo de canción protesta; exaltación de la filosofía de su creación
en los años setenta.
Visto en el tiempo de
evolución, nos obliga a reflexionar que el fenómeno -musicalmente hablando- en
valsequillo y en dos colectivos protege el alma y la filosofía del canto de la
tierra sin prostituir el mensaje, ni las florituras del sonido, Una evolución
enraizada en los mismos principios que el Rancho de ánimas. El respeto a su
filosofía de colectivo tradicional perenne, calco de su existencia, continuo.
No necesita “trending topic” ni corrientes alternativas de fusión. Solo esencia
de grupo, mensaje de letras de ayer y coro de canto: Almogarén en estado puro.
Volver a disfrutar del mestizaje de sus acordes, con el grito ahogado de
libertad para los pueblos de la tierra que son esclavos de su destino, que son
mensajeros solidarios de la libertad heredada.
Almogarén despertó anoche en
la resurrección de su pasado intacto, apenas contaminado de nuevos tiempos y honrando
las viejas mañas de las coreografías, para resultar su condición atemporal de
grupo tradicional, resucitar la composición esta vez, en voz de los no tan
jóvenes puretas, tonos altos, graves y con el murmullo de los ancestros. Su
aniversario que se acerca también al medio siglo de presencia, viene en el
orden del apego a su esencia existencial, a la eterna reivindicación de
protesta y exaltación de la identidad canaria de pueblo o aldea global contra
la barbarie. Palestina en el corazón del grito.
Sentir que el mensaje sigue
siendo atractivo y constante idealiza la glorificación del tiempo, como
estandarte en vías de extinción, un portentoso enigma al respeto de sus
demandas de justicia y paz a través de la cultura del pueblo. Almogarén hizo de
la resurrección la clave de su identidad, emocionante y campechano concierto de
los hombres patrios de esta desaparecida banda de revolución setentera con la
nueva aportación de valores musicales del pueblo
Ellos pusieron el broche de oro del aniversario de la Asamblea Valsequillera, ellos fueron los cimientos del partido y propiciaron su partida en el juego político para el bienestar y equilibrio de la sociedad de la génesis democrática y ellos siguen siendo el cáliz de la humildad con la naturaleza de lo fundamental y magno de las cosas sencillas y con alma de Almogarén. -Lugar de culto sagrado- Que dormiten de nuevo sus duendes y cuiden la esencia de su grandeza, porque las bodas de oro de su filosofía, bien merece la continuidad de la leyenda
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