sábado, 9 de marzo de 2024

Ese espacio infinito de pensamiento

Alguien repite la frase urgente, de no matar el tiempo, pues es el susodicho quien te mata a ti. galopando hacia la frontera de la madurez, se escurre la mirada hacia el interior de los archivos que guardamos de la vida transitoria, parece un registro gigante, cuando en realidad es apenas unas docenas de recuerdos, nítidos algunos, borrosos otros, sin voz, apenas coloreados, secuencias e imágenes que vomita el pensamiento si lo fijas en alguna carpeta del recuerdo. Si al archivarlos los guardaste sin las etiquetas de las emociones. Entonces el propio cerebro se a encargado de eliminarlos para seguir haciendo hueco a nuevas experiencias, más placenteras. Hay quien tiene la capacidad de no dejar de etiquetar esas sensaciones que produce el pulso de la vida en los acontecimientos. Y enriquece sus valores en una transformación espiritual filosófica, que curioso, esa barca que cruza los agitados mares, a veces con tempestades y luego después de pasar las tormentas, navega serena, plácida, escuchando el chapoteo de sus remos como quien navega un lago dormido, que invita al disfrute de flotar sobre la inmensidad desierta del agua. A lo lejos, en las orillas vemos alejarse, el paisaje esculpido de vida, bosques y montañas, costa y armonía. Mientras te pones a registrar los archivos sensitivos de la memoria, a ejercer de contable de tu vida, a sumar registros, actuaciones, errores y perdones. En esa barca que no necesita viento que la mueva, ni velas que la empujen, va solo la inercia del pensamiento seduciendo la paz, el encuentro contigo, con aquel niño mariposa que tocaba con ternura las texturas de la vida, que aprendió rápido con la voluntad de avanzar y descubrir. Recuerdas al joven que se comió el mundo, con la energía de la primavera, con la fuerza del temperamento, aquel adulto que cumplió su destino ejerciendo los valores que la sociedad le exigió, aquel abuelo, que regalaba sonrisa, ternura y sabiduría. Cuantos patrones acechan nuestro tiempo, el recorrido de nuestra vida. La verdadera sintonía de ordenar el espacio infinito de nuestro pensamiento, con la palabra armonía. Por que ella forma la estructura elemental del ser humano, la ligereza de navegar con las etiquetas de tus archivos emocionales encapsulados con su energía autónoma y clarividente.


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