Y en la fresca mañana de aquella isla canaria, como el agua cristalina de un estanque, como la sábana blanca de la pureza, acaricia los cercos labrados que protegen del viento y que guardan el fruto de una tierra de campesinos, es el silencio una página en blanco, transparencia de lo etéreo y lo divino, pocas miradas conviven con la esencia y la maravilla del milagro, en este instante de gloria se magnifica lo natural con la belleza más absoluta de la tierra
Masdache,
el pueblo clavado a las rocas del volcán que busco el hueco para crecer blanco junto
a las parras y las palmeras, que sellado de rofe negro agrietado, guarda en las
bodegas y aljibes el néctar de la vida en la tierra de fuego. Lanzarote, isla
de luz y cielo.
al
hombre que arrancó al canto, el eco de una isla y la estirpe de una familia de
cantadores, Los Corujo son a Lanzarote, como la lava al volcán dormido.
Foto:
Gustavo Medina.
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