Debió hervir su sangre en su lucha interna. Tanto que subió a la superficie, para tomar aire y reconvertir su fuego en tierra calcinada. El paisaje que va dejando es tenebroso, sombrío, funesto, una pesadilla para la comunidad, un tormento para los débiles, un sacrificio para los desafortunados, el manto negro que cubrió montaña abajo se fue tejiendo de espanto, de nieve negra de fuego, polvo muerto del infierno y dentro de unos años después del terror, será oro negro de visita. Será intocables cenizas del dolor y la lluvia volverá a llenar de verde los pinos, de piel esperanza los montes y de miradas y rastreos los valles.
Este apocalipsis de la tierra, conjura luchas, desespera a náufragos que no saben si al final les ahoga la gracia de la salvación o la misericordia de la casualidad es un castigo pronuncian, es un laboratorio comprueban, es una universidad investigan, es el mayor espectáculo natural de los últimos años en media Europa, se le han tomado millones de imágenes y fotografías. Nunca antes ningún evento natural estuvo tan cubierto de seguimiento y atención.
Y en tu piel quemada recordando la niñez, nos tirábamos por el arenal, deslizándonos sentados en cartones o sacos. Jugamos descalzo como si fuera una playa sin sal, ni agua. Era excitante correr y voltear llenando de cosquillas la planta de los pies y de picores de granos escondidos los dedos, entre la maldad y la bondad siempre se escondió la voluntad, y como darle la vuelta a todas las suertes o desgracias de la vida.
Pensando en tu suerte mi querido Adelto.
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