jueves, 22 de mayo de 2025

QUERIDA MAMA. EL MAR

Como anda mi niña, la acaricié tiernamente, ella estaba inerme -dormida no, en trance lejano, seguramente viajando en los enredos de sus sueños- su cara de paz, justificaba un viaje profundo ausente, perdida en esos laberintos de los archivos que aun pudieran quedar salvados de su memoria. Me quedo observando su cara arrugada, llena de dobleces de piel que ha perdido su juventud, su perfil de mujer que un día fue hermosa físicamente y siempre mantuvo altiva esa elegancia, ahora es un espiritu atrapado en un cuerpo que busca escaparse de esa cárcel de estructura humana. Apenas si siente cuando la incito a despertar, pero adivino por mis caricias que sabe que yo e llegado, que estoy junto a ella, con mi forma de honrarle amor.

Afuera el rumor de la playa las canteras, es una sintonía diaria que entra sin permiso en el viejo hospital de San José, un enclave majestuoso para una senectud feliz, una especie de Villa del paraíso en la antesala celestial, En una leyenda junto al monumento del mentor Dr. Bartolomé Apolinario de la avenida, reza la construcción en 1891 del asilo de San José, como promotor y defensor de la necesidad de la transición digna de los mayores. Viejas fotografías apuntan aquel paraíso de playa donde los ingleses y canarios descubrieron el placer terrenal, las puestas de sol, el aroma marino impregnando el litoral con abundante espuma blanca recién golpeada en las rocas de la barra, que enviaba pequeñas burbujas convertidas en gotas de agua saladas a llover en la avenida, en la cara de los turistas ingleses, que se enamoraron para siempre de este regalo paradisiaco.

A mi madre siempre le encantó el mar, -la playa- le inspiraba una paz profunda, renovadora, cuando estaba triste pensaba en el mar, le ayudaba a relajarse, siempre decía que le hubiera gustado vivir junto al mar, pasear descalza por la arena de la playa, todos los días, dejando que las olas salpicaran sus pies, era un bálsamo de placer, para sus sentidos; tenía una conexión especial con sus saladas caricias. Todos los veranos de la niñez, bajamos a la playa de Melenara o la Garita, con los primos y la tía Landy, eran los días más felices de nuestras vidas, tan emocionante para los que vivíamos en las montañas, -la montaña o el campo, daba trabajo y responsabilidades diarias- La playa era el relax, la diversión, el parque temático de la imaginación jugando en la arena con los primos, que recuerdos más eternos

Ahora siento que escucha el mar en su espera de partir, el aroma a la brisa le llega directamente a su habitación, la puerta de la misma, está orientada a la playa y desde allí se disfruta con la mirada al final de un corto pasillo. -Es como un bungalow, -se dice- de los años sesenta, aquellos que invadían las terrazas en la arena. Cuando entro a su habitación, observo a través de las puertas de rejillas ovaladas la brisa y veo la espuma blanca de la barra, rebosar sobre un cielo azul que une la playa y el cielo. Y entonces creo que está en el lugar correcto, para la partida, respirando el aliento de los suyos y cerca del mar evocador y el cielo espiritual. Cuantas cosas mama, nos marcan el camino, siempre recuerdo que me confirmabas en tus introspecciones que tenías genes del Sajorín – bisabuelo francés, soldado de Napoleón- Que soñabas cosas que luego ocurrían o que hablabas con las personas que nos dejaron, en conversaciones cotidianas, que curioso y que real, por los detalles que siempre comentabas. Siempre flirteabas en dos mundos, como si tuvieras un poder extraordinario de clarividencia y sensatez…

 

sábado, 17 de mayo de 2025

QUERIDA MAMA. TU LIBRO

Hola mama, estabas tan guapa y atenta en la presentación, -sentada en una esquinita de mi corazón, con los pies colgando de un remo de arterias y dejándote impulsar por mis palpitaciones- siempre a la retaguardia de las impresiones, a pesar que nunca te gustaba la exhibición pública, notaba ese orgullo de madre en la atención de tu mirada, en la expresión de los ojos de tu alma, aquellos ojillos que me hablaban y me pedían respuestas, y a cambio te daba unas caricias de amor y sonrisas. Ese peregrinar de tu otoño, removiendo las hojas húmedas recién caídas, apartando la hojarasca y separando los ocres del árbol leñoso y frondoso que fuiste, encontraba perlas escondidas en las mismas lecturas que me habías contado, al volverlas a repetir, verificaba nuevos detalles que me alegraban tanto. – y es que la memoria es como el paisaje, cada vez que lo escudriñes de nuevo, encontraras más detalles que lo hacen indescriptibles-.

Los genes de tu bisabuelo el Sajorín mutaron en tu persona, reforzando tu sabiduría y tus silencios. Recuerdas cuando decía que tenía que escribir estas memorias, pero que lo haría desde mi niñez, desde lo más profundo de mi nostalgia, de los cimientos de mi existencia consciente. Yo quería escribir las “Memorias del despertar”, la conciencia a la vida, estoy vivo, por lo tanto, existo. -Como en Hamlet, el eterno pensamiento de Shakespeare, ante la vida- Ser o no ser, esa es la cuestión.

Cuando hace ya más de un año decidí escribir el libro que nos recuerda quienes éramos, te pregunté que tú serías el refuerzo de mi memoria, mientras hacíamos ejercicio para mantenerla ocupada buscando recuerdos,-Constaté que habías incendiado algunos archivos tortuosos de tu existencia, porque te hubieran destruido lentamente- hoy me siento agradecido de haber tomado aquella decisión  a tiempo, -entrabas en el bucle de borrarlo todo y quedarte muda como la tía Agustina, cuando descubrió que las cosas este mundo ya no le interesaban-, en mi obstinación por conseguir los objetivos, comencé relatando los apartados más antiguos, nuestros antepasados, descubrir a través de las pocas fotografías los detalles, para centrar la atención del recuerdo.

Volví a San Francisco, al barrio artesano de mi infancia, que seguía intacto. Comencé a descubrir cuantos barrios y pueblos de Telde habían dentro de esta ciudad-, detrás de aquellas murallas blancas que encandilaban, tan gruesas y silenciosas- pero el pasaje del altozano de San Francisco era el fuerte con el castillo del cuento encantado.  Me metí dentro del cajón de madera otra vez, que me hizo mi padre, -para ayudarte en tus quehaceres-, no acostumbraba a llorar mucho, salvo para hablarte y reclamar una misera atención a mis necesidades. Pero yo no sabía que tú, una chiquilla con dieciocho años, que le dieron cuerda de su reloj biológico para hacer: de hija, hermana, nuera, mujer, esposa, madre y viuda tan niña, ahora sé, porqué San Francisco nunca te gustó. Allí se quemaron las naves de tu juventud, un episodio triste de tu vida, sin complacencia.

Estabas tan llena de ilusiones y sueños, a veces te escucho cantar en mis pensamientos, con melodías alegres de canciones de amor antiguas y siento una compensación en mi nostalgia. Lo hacías a menudo, -soltabas ese canto de joven, que guardabas en la nostalgia de los dias felices-, era una manera de liberar tu carga oprimida, de aquella mujer valiente y honesta, que siempre fue mi madre.

Gracias por regalarme el pensamiento, el recuerdo y la vida, seguiré charlando contigo, porque se que llevas el libro en el corazón y te pasaste días abrazado a sus páginas paseando, meditando las cosas del mundo y te lo llevabas a la cama contigo, -Para aliviar tus sueños con poesía- era el tesoro del amor encapsulado. Tus recuerdos serán inmortales querida mama, estas entre nosotros y te seguiré descifrando mientras viva.

 

miércoles, 14 de mayo de 2025

LA ILUMINACION DE UNA ESTRELLA

QUE TU ESTRELLA NUNCA DEJE DE BRILLAR EN LOS CORAZONES DE LA HUMANIDAD, AMIGO PEPE MUJICA 

La grandeza serena de la sencillez, la sabiduría plena de la verdad
Un regalo de humanidad de persona, una fuente inagotable de inspiración y exaltación continua de los valores que nos hacen sentir la vida. Estar vivos y llenos de ese halo divino que exalta la cálida, transición humana del ser. Un enamorado de la tierra y de la naturaleza, el sendero donde la comunión espiritual es la integridad constante de sus deseos. Un Guerrero de la justicia como recordaba en sus citas, llenas del virtuosismo en sus notas amables, siempre introspectivas y con una carga profunda de simbolismo y filosofía.
En su senectud este viejo de lealtades era un manantial, donde se refrescaban las conciencias, una fuente inagotable de cristalinas aguas de espejo y vivencias. Un experimentado profesor que no callaron nunca, porque su verborrea era un grito constante de libertad al regalo de la vida, del comportamiento adverso, de la debilidad del ser, un cazador de conciencias con las armas de la tertulia y el consejo del mate. El viajero incansable de las proezas, la balanza de un equilibrio mordaz y seductor. 
Mientras la hipocresía del mundo del petrodólar, soñaba con el regalo del avión de oro de 400 millones de dólares al “trampismo” del mundo, este viejo sabio, seguía apurando su querido amigo el escarabajo, medio destartalado, pero tan fiel como su perro, que le cubría de gozo, en sus viajes a la chacra de sus tierritas entrañables. Allí en el patio de su casita, acompañado con su sencillez, compartía tertulias con grandes amigos del mundo del pensamiento y la cultura, que llegaba a su altar, a sentir su aliento inagotable de esperanza.
Que grande Pepe, esa fuente de sabiduría y concilio. Esa mirada antigua de viejas glorias solidaria y generosa. Tus secuencias son de un tiempo que se dobló a tu persona, que se rindió a tu verdad. Pasarás a la leyenda del recuerdo terrenal y seguir llenando de luz celestial tu sabiduría infinita.
Gracias por haberte conocido en un mundo tan tirano


 

lunes, 5 de mayo de 2025

MEMORIAS DEL DESPERTAR


Hola amigos,

Damos otro pasito en los proyectos de la vida, después de muchos años con la “matraquilla” por fin, podemos presentar nuestro primer libro, fruto de un trabajo de ilusión y recuerdos Muchos conocen a este escribiente, pero pocos aquella infancia donde crecí y maduré mi persona.

Toca contar otras historias, a buen seguro te sorprenderán. Esta vez va por la familia y los recuerdos de ayer. Aquellas memorias del despertar, que me enseñó a descubrir el mundo con ojos de aventurero.

El próximo viernes 16 de mayo a las 20.30 H. en el Centro Cívico de Valsequillo, -Anfiteatro- junto a los campos de futbol e institutos, tenemos una cita contigo, para contarte otras historias y compartir este reto literario. Gracias.

Espero puedas acompañarnos. Abrazos.

domingo, 4 de mayo de 2025

VI ENCUENTRO DEL VERSO IMPROVISADO. PAQUITO SÁNCHEZ

 

Fue a finales de los años sesenta, cuando en mi tierna memoria infantil se grababan las músicas radiofónicas, cantos populares y folklores de la tierra. Recuerdo con especial hincapié aquellos puntos cubanos que nos trasportaban a un caribe canario de hermandad cercana. Los versos improvisados de poetas agrarios con una sabiduría madurada en los quehaceres de la tierra y la virtud del conocimiento de vidas de ajetreo y voluntad. En aquellos pasajes de mis sueños encuentro abuelos y tíos abuelos, conversando en la sintonía del caribe, era poesía de palabra rural. Eran piques sanos del conocimiento, virtudes del trovador de cuento. Ahí tejían con el juego de palabras la sabiduría popular, que entraba a jugar con ritmo constante enzarzando mensajes de palabras y consonantes.

El punto cubano era un romancero de rosario, agitado en el mensaje que enviaba al destinatario. El humor florecía con el entusiasmo de enhebrar, las palabras más rotundas que matizaban rematar. Aquellos sones de mi infancia, duraron tres estrofas en la revolución sesentera. En cuanto las radios subieron el volumen del pop internacional, de la alegría de la libertad se borraron de la mente juvenil y escondieron en la memoria de los ancestros. Fueron los mayores y sus herencias los que cuidaron de no borrar la retentiva, de guardar sus contribuciones como patrimonio de un pasado que pudiera volver como un concilio, ellos. Los abuelos mantuvieron en sus aldeas y barrios sus costumbres defendiendo el honor de sus antepasados, con aquel aroma a tradición lo transmitieron de hijos a nietos y formaron el vínculo de la continuidad.

El encuentro del verso improvisado de las Vegas de Valsequillo, es el culto de mantener el espiritu de las tradiciones más lejanas y acercarlas como un juego literario improvisado a la transición del futuro constante, cuanta gracia y honor en la semblanza del abuelo, Paquito Sánchez y Antoñita Pérez, que con el culto y el semillero familiar quiere prolongar su vida al más allá, su esencia de tradición al futuro de su generación, como el pasaporte principal de revelar los sueños de aquellas Rosas de Hércules literarias. 

La enorme cantera juvenil de las Vegas es una labranza del día a día, a este semillero de Paquito Sánchez acude la genialidad de los grandes juglares de este siglo, los criollos del folklore, los catedráticos del concilio. De la mano sagrada del gran Yeray Rodriguez los conciertos de la poesía improvisada son un juego de niños, una pasión enraizada que despierta un pasado dormido y traslada la emoción a un recuerdo no muy lejano de trovadores armados y desafíos cantados.

En las tardes parsimoniosas de mi niñez, sentado en la puerta de la cueva de la Pepina -casa de mis abuelos- amarrando manojos de Yerbas medicinales para vender en el mercado, escuchamos la Onda media de un viejo transistor de radio, que acompañaba la tertulia de las enseñanzas del abuelo. Entre radionovelas y pasajes locales, aparecía el canto del punto cubano y nunca olvidaré la estrofa encontrada que se quedó atrapada en mi mente, por la gracia del ensayo con mi hermana.

“Al carpintero Narciso, se le murió su mujer y como era de su querer otra de madera hizo. Fue tanto lo que la quiso que la guardó en una alacena, y ella sin culpa ni pena al carpintero cayó y ahora si digo yo, mujer ni de palo es buena”

Aquel estribillo siguió olvidado y enraizado en nuestras mentes, al igual que el son de los instrumentos que preparaba las improvisaciones, el punto cubano nunca se marchó de canarias y sigue más vivo que nunca en la gran familia de Paquito Sánchez que supo inculcar su valor, su fortaleza, su generosa entrega a la cultura popular del pueblo, que guarda sus mejores esencias para compartir con los suyos. El Rancho de ánimas y los versos improvisados rinden cálida cuenta y genial relevo al futuro de la constancia en el cultivo de las tradiciones.

Anoche disfrutamos de un encuentro lleno de esa reminiscencia del pasado, con un cartel de embajadores de primer orden. No podía faltar los grandes maestros. Anamary Gil. Emiliano Sardiñas. Raúl Herreras, Se María Dávila. A esta hermosa tribu de trovadores se le ha unido la fuerza de la juventud de las tierras altas de las Vegas. Gisela Guedes, María belén Sánchez, Pablo Guajara, Paco Guedes, Noa Alemán y un plantel más lleno de futuro y alegría: Gregorio del Pino, Elena Gonzalez, Adrián Henriquez, Ana Falcón, Adriana median, Luz Mila Valeron.

la cultura no puede estimular La memoria, si no se siembra, respeta y manifiesta. El pueblo da su mejor versión en sus cabales, la sabiduría es un don popular que se crece en la esencia de su conocimiento y comparte en el placer del entretenimiento. Estamos en la plenitud de ese encuentro. Los grandes retos son susceptibles de conservación y mejoras, -cuidar los detalles- como todo en la vida invertir en el potencial de esa juventud con buenas tablas, como lo ha hecho el abuelo Paquito Sánchez con su talante, a lo largo de su vida, es el mejor recuerdo a la memoria que no se olvida.



QUERIDA MAMA

Si supieras como está el campo que te vio nacer, es color de tierra agradecida y de aromas de retamas, aquella sensación que se quedó grabada en mi alma y sacaba la agitación de mi ser. Esta energía escondida casaba al vuelo mis ansias y evocaba un despertar del cuerpo y la mente que adivinaban presagios y emulaban actitudes juveniles.

Querida mama, no es porque sea tu día, que siempre lo fue todo el año, pero ese título primario ensancho mi alma de niño y lanzó mi libertad a la vida. Busco una imagen de aquel pasado y solo encuentro, un yo conmigo custodiado con la palabra haz lo que te apetezca, pero hazlo. Que rotundas palabras de aliento, ni una carantoña, ni un enfado agitado, tan solo; consejera del destino, del camino abreviado. Pasajera de la vida y en esos trazos casi como una hermana mayor vigilabas de cerca la verdad y el honor.

Querida mama, ayer me preguntaste por tu madre, otra vez, añorabas a la abuela, reclamabas su consuelo en un tiempo inmortal, por que la memoria es prisionera de incesantes pálpitos de amor grabado a fuego, es un regreso constante a una llamada de emergencia, tus ensoñaciones de esta vida te hacen vivir atrapada entre recuerdos de niñez y ese estado que navega en los mares del pensamiento, absorto, apenas con un murmullo de agua oteando un horizonte de cielo

Querida mama, son las flores de mayo la fragancia que unió tu alma de niña al atardecer de tu vida. Tu cuerpo vacío es ahora más frágil, va desapareciendo en el dibujo que esculpió el pasado, se vuelve etéreo agarrado a unas piernas de alambre que mantienen intacto la estructura de aquel edificio de bondad y energía. En tu mirada la mía, en tu pensamiento mil maneras de interpretar que está pasando a tu alrededor, aunque tu luz siempre brilla en ese pasillo ilustrado de sueños, buscas el túnel, la estación del último viaje, y el billete caduco en los laberintos del destino.

Cada día te veo más cerca de aquel cielo que me contaste, que te contaron tus padres. No dudo que con ellos charlas en tus sueños constantes, a través de esa corta distancia que separa tus anhelos del reencuentro, y allí están tus seres queridos, padres abuelos y hermanos. Todos los que se adelantaron en su brillo terrenal, no desesperan, solo sonríen, aconsejan, acompañan, sus cálidas miradas son el poema de una espera anunciada.

Querida mama, no temas a la muerte, por que sin ella no existiría la vida, no hay nada malo en morir, cuando el amor te guía, recuerdas la fe, esa fuerza misteriosa que nos inculcabas, la libertad para que tomara las decisiones de la vida con el sentido de la honestidad por bandera. Todos los tuyos están cerca, tu camino está adornado con piedras blancas, una escoba de palma avanza barriendo la senda por la que haz de pasar, y en ese recorrido que interpretas en sueño, está la bondad, el amor y el aroma de las flores que cultivaste en vida.

Somos la lucidez de tu alma, viajeros del tiempo, en la dirección del destino, sembrando la tierra de amor y belleza, justicia y esperanza. La misma semilla que tu sembraste y guardaste para las generaciones de tu raza. 

Querida mamá un día más somos recuerdos.


 

Entrada destacada

PASAJES AL MACHU PICCHU

Amaneció en el Valle Sagrado. Los Incas, establecieron aquí su imperio fundaron sus credenciales y adoraciones en toda su cultura se ad...

SIEMPRE ES MOMENTO PARA EL RECUERDO