jueves, 25 de julio de 2019

SI QUIERO... CON AMOR



E
n una tarde de verano
empachado de Alisios, los grillos y cucarachas corrían por los perfiles de la ciudad de Arucas, buscando un lugar privilegiado para ser testigos presenciales del casorio del rey Fernando y Eva. La vieja ciudad de la cantería es a su vez un eslabón perdido que aparece para dejar constancia de notario de los aconteceres históricos. Y esta vez con todas las bendiciones de la comunidad Viejas Glorias, una especie de nexo de unión de la familia feliz.

El parque encantado de las flores, lo es también de las piedras que escuchan y muros que susurran encuentros, jardines anárquicos, sin disciplina ni arte floral, tan solo al abrigo de las sombras, de los árboles centenarios del parque.
Ya conoció de caballos y caballeros , carretas y carretones, de camiones de repartos y coches de hora. de romances bajo la luna y sexo en el cañaveral. El viejo edificio del parque, guarda silencio de los aconteceres. Y aquella tarde de Julio. Unos coches modernos entraban al recinto, con novios, amantes y padres, era un cotejo real y mundano. El hidalgo caballero Fernando con su princesa Eva con sonrisas de felicidad, y cómplices de su verdad. Héctor, El niño que volvió a enamorar a sus padres..

Si ya el amor lo conjugaron en todos sus verbos y ahora estaban ahí, intentando no permitir que el azar les robe la fortuna de haber enhebrando y tejido sus almas gemelas. Era un broche de oro a la gratitud del amor, ese que te hace valiente, y consecuente con los secretos y misterios de la vida. Tu, Fernando Lorenzo Gonzalez - En la chispa de humor natural que desprende por gracia divina- movió la cabeza como los perros aquellos, que colocaban en la trasera de los coches. Entre reproche y resignación. Quieres y respetas a esta mujer Eva. Y deseas dejar constancia delante de tu comunidad, del amor que les guía en la vida. Si quiero, 

Rompieron en aplausos, mientras Héctor observaba la alineación caprichosa de colores que se había formado al derramar los botes en el recipiente de Cristal. Era el juego del amor con sus padres y sonrió sabiendo el valor de los elementos.

Avanzada la madrugada, los grillos siguen cantando en los jardines, ante tanto desafino y jolgorio.. intentan comunicar que lo que allí pasó en su presencia. Fue algo muy grande y hermoso. El amor es compartir la felicidad y los momentos.

Muchas Felicidades Fernando, Eva y el amor de Héctor

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