Ácaros
de luz, polillas invisibles, silencio en una tarde iluminada, tan solo el sol
enhebra el destino de la tierra, es un sueño tostado en la puesta de sol, es
plenitud viva en la magia de sus cumbres, llena de sombras, llena de color, el
polvo juzga el relieve poniendo el contraste con las siluetas en los paseos de
la libertad. El mar de nubes duerme el mar y en Alta vista la última vigía de
la luz espera el milagro, una princesa aletea como las mariposas la intensidad
de tanta belleza y antes que muera la tarde, sus latidos emocionan una renovada
energía por la vida.
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