Descubriendo los rincones de la isla redonda uno comienza a empequeñecer con la dimensión de las grandezas por descubrir. Cualquier escala de búsqueda tiene una variedad paisajística rica en contenidos. Tirar del hilo histórico de las tradiciones y la idiosincrasia refuerza los contenidos como verdadero potencial de tesoros por revelar.
Gran Canaria es una gran verdad. Un continente en miniatura en todos los conceptos, destacando los aspectos tradicionales, culturales y aborígenes, como un patrón de elaborado esmero y evolución. Recorrer sus cumbres, barrancos y hondonadas, debería ser asignatura para el descubriendo la admiración y el respeto, como línea de orgullosa continuidad. Recuperar toda su memoria y mantener intactos sus escenarios, nuestro deber.
Manuel Ortega. El último arriero de Risco Prieto, me contó con cierto rubor que cuando era niño, con 7 años, bajó con su madre de las cumbres y cuando pasó junto al mar, cerca del túnel de la Laja, le dijo con cara de sorpresa:
- Madre, ¿Qué estanque es ese?
- Eso es el mar mi niño. "Un tanque muy grande".