Melodía Vespasión

Quien nunca haya paseado en vespa, no puede entender la melodía "vespasión".

Arriba en el Rosario están de fiestas. A los banderines de papel de colores que zarandean al compás del viento, se une otro puzle con otro rosario de vespas de colores en la plaza. Todo huele a alegría y primavera, abrazos de bienvenidas, efusivos saludos... Es la reunión anual de aquellos maravillosos locos y sus coquetas Vespas. En cuanto el sol intenta liberar la mañana, van apereciendo como abejas al panal, tremenda algarabía.

Continúan desembarcando en Santa Cruz, es el último grupo que viene de la isla redonda, ellos sólo entienden de fiestas, motos y amigos. Llegan rezagados y el municipio los recibe con la alegría del anfitrión. Pronto, la partida es un ensayo atronador de sonido, un experimento químico de aromas y mezclas, una salida al infinito y más arriba, sin calentamiento. La proseción parte, todos rotundos y con las "Pepitas de colores" destellando emociones.

Tenerife, esconde callejones y regala altura y miradores, toda la isla es el manto del Teide que cae por sus laderas y según la posición geográfica, pinta todos los tonos del verde en el norte y ocres en el Sur. Callejeando entre olores sabatinos de hogares que desperezan al mediodía, por pistas rurales bacheadas y decoradas de abundante alisio en ramas y rampas a prueba de frenos, te pierdes en cada esquina, hasta que descubres que todo es hacia arriba o hacia abajo.

Ravelo, la Esperanza, el Sauzal...descubrimos el cariño y cuidado de los viñedos, que tan buen vino regala y tantos "Guachinches" activa. La entrañable sensación de andar por casa se convierte en añoranzas de compartir más nuestros rincones, con nuestra gente.

Después de reagruparnos en la "Garañona" y de saborear unos exquisitos donuts chicharreros, avanzamos soltando la madeja con la cuerda de vespas kilométrica. Las miradas y gozos de los viandantes se contagiaba con las bocinas de los agradecidos al paso de tan curiosa caravana de primavera.

En la Guancha descubrimos al "Quema Hierros", donde se come exquisito y con trato excelente.  Despuès subimos al cielo por empinadas cuestas, buscando nubes en la montañeta y encontramos niebla que juega con los rayos del sol. El frio y alisio verde te acompaña de la mano y te entregan con frescor a la frontera cálida de Santiago del Teide. Pronto corremos al ritmo de estas chicas por el anillo insular, buscando el Sur y su agradable y eterno verano.

Descubrimos el camping Nautas y lo poco que dura una noche de fiesta inmensa y cálida. Compartimos la experiencia de las cabañas, escuchamos el concierto del silencio aplaudido por buhos y lechuzos,  regado por el gran Jorge y el gran Jaime, todo honor su visita.

El despertar nos trajo un cielo nuboso y con pereza se mantuvo en la mañana. Despues de un breve paseo por Guargacho y el Médano, enfilamos por Granadilla y la Martela, la más divertida de todas las carreteras que andamos, hasta que la empinada Vilaflor nos subió en volandas de nuevo a los Llanos de Ucanca y al imponente escenario de la lucha y caprichos del Titán.

Salimos del volcán que asusta, con  todo ese valle tostado de rocas bizcochadas, corriendo por por el cielo de las cumbres de Izaña para ver el mar de nubes que nos iba a devorar más tarde.

Bosques de frìo y niebla, toboganes infinitos hasta La Esperanza. Que no te pille el frío bajando ligero de abrigos, tiene tiempo para congelarte, para clávarte sus puñales hasta el alma. Experiencias pasadas en ese descenso me recordaron como se las gasta el alisio cuando los gallos cruzan ese corral. Y por fin llegamos y la comida de la despedida. Excelente lugar, agradable y buena mesa... abrazos, piropos y buenas vibraciones. Un año más brilló la camaradería, lo exquisito y familiar. Somos afortunados en una hermosa tierra.

Esto se acaba, el vespasión 2017 ya es historia. Una bonita escapada, donde ver el cielo y la tierra es posible. El norte y el Sur es viable. Todos los amigos vesperos de Canarias deseable.

Gracias. Todos han estado a la altura del más simpático evento del año.